La escritora Jeanette Winterson. / Manuel Vazquez/Contour by Getty Images

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“La gente tiene cada vez más sexo, pero menos placer”

Sobrevivió a una infancia de maltrato y se creció una y otra vez ante la adversidad. Condecorada con la Orden del Imperio Británico -pero siempre desafiante- la autora de La pasión será una de las protagonistas del Hay Festival de Segovia.

De niña, no caía bien: era demasiado gruñona, demasiado intensa, demasiado rara. En su casa solo había un libro: la Biblia. Para Jeanette y su madre adoptiva, la señora Winterson, el centro de la vida era la iglesia pentecostal de Elim. Durante los veranos, iban de aquí para allá con una carpa para salvar almas. Lo llamaban las Cruzadas de la Gloria y anunciaban el fin del mundo en el condado de Lancashire.

Pero antes de que sonara la última trompeta, Jeanette se enamoró de otra chica de la iglesia. Leyó en secreto a todos los autores británicos de la biblioteca pública de la A a la Z. Amó salvajemente a Shakespeare y a Gertrude Stein. Hasta que su relación -con la chica- fue descubierta y trataron de arrancarle los demonios con un exorcismo, que solo le sirvió para darse cuenta de que había llegado la hora de huir.

Jeanette estaba acostumbrada a pasar la noche al raso húmedo del norte de Inglaterra (su madre la castigaba a dormir en la calle). Así que, a los 17 años, vivió en una tienda de campaña, luego en un coche y, finalmente, en casa de una profesora de su instituto. A los 18 logró una beca para estudiar en Oxford: "Tienes suerte -le dijo su tutor-, has sido el experimento proletario de esta universidad". Y no perdió el tiempo: en 1985 publicó 'Fruta prohibida', una ficción autobiográfica que se convirtió en un libro de culto, obtuvo premios y fue adaptada por la BBC.

Jeanette se hizo escritora y también famosa. No solo por sus libros, también por sus relaciones sentimentales, en especial la que mantuvo con su agente literaria Pat Kavanagh, esposa del escritor Julian Barnes. Kavanagh dejó a su marido por Winterson y luego regresó con él. Un romance de ida y vuelta que sirvió de inspiración a dos grandes novelas: 'El loro de Flaubert', de Barnes; y 'La pasión', el homenaje de Winterson a su amante. Después, la escritora tendría largas relaciones con una periodista y una directora de teatro; y en 2015 se casó con la psicoanalista Susie Orbach, especialista en trastornos alimentarios y la terapeuta de Lady Di. Cuando se conocieron, Orbach había estado casada durante 34 años y Jeanette era la primera mujer a la que besaba. Se enamoraron.

A sus 57 años, Winterson parece una mujer sin edad. Me recibe en su oficina de Londres, entre montañas de libros. Mide apenas un metro y medio, pero su cuerpo es compacto, y se crece con la palabra. La escritora proyecta su voz como una actriz shakesperiana, camina con energía, sonríe permanentemente -con sus rizos, con su voz, con sus hombros-, estrecha la mano con cálida intensidad y conserva el acento norteño de sus antepasados mineros, sobre todo, cuando dice la palabra amor [love] que en ella suena con marcada u: "luf". Una palabra que parece vertebrar su lenguaje.

  • Mujerhoy ¿Ha conseguido perdonar a su madre, la señora Winterson, pese a todo? Jeanette Winterson Sí, claro que sí, pero no lo conseguí hasta que escribí "¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?". Revisitar el territorio Winterson, desde la madurez, me permitió ver las cosas a través de su punto de vista. La suya fue una vida muy dura. Nunca fue feliz. Nunca tuvo derecho a elegir nada. Nunca durmió. No le gustaba el contacto con la gente. Pero tenía amor propio y me lo transmitió. A pesar de que no tenía nada, la señora Winterson ponía orgullo y cuidado en todo lo que hacía. Tocaba el piano cada día para sí misma. Y eso me gustaba de ella. Darme cuenta, desde la distancia, de su propia tristeza me hizo verla como un ser humano y no solamente como alguien que me había herido.

  • Mujerhoy Desde el principio habló abiertamente de su opción sexual, tanto en sus entrevistas como en su literatura. ¿Cómo ha logrado que se haya convertido en un tema irrelevante? Jeanette Winterson Hace 30 años hubo una auténtica voluntad de encasillar mi obra en un gueto gay. Fruta prohibida nació como un libro casi clandestino, pero la gente lo leyó, lo compró y se fue haciendo grande. En las últimas décadas, hemos vivido grandes cambios en la percepción de la identidad de género en los que me siento orgullosa de haber participado. Los hombres blancos heterosexuales no escriben libros solo para blancos heterosexuales, ni los negros gays solo para negros gays. ¿Por qué una historia de amor entre mujeres va a interesarle solo a un tipo de público? Encasillar las identidades es un cliché. Y yo detesto los clichés.

  • Mujerhoy La he oído decir en más de una ocasión que los clichés son peligrosos. ¿Por qué? Jeanette Winterson Porque desde el momento en que damos algo por sentado dejamos de cuestionarlo. Odio la idea de que, cuando alguien se hace viejo, ya no puede cambiar. ¿Qué gracia tiene atravesar la vida asumiendo que ya sabemos quiénes somos y cómo es el guión que debemos interpretar? Hasta nuestro último aliento deberíamos preguntarnos: "¿Es esto cierto?"; "¿Es este el mundo en el que quiero vivir?".

  • Mujerhoy No le gustan los clichés, pero adora los mitos. ¿Con cuál se siente identificada? Jeanette Winterson Me encanta la historia de Prometeo, cuando le roba el fuego a los dioses y es castigado en el monte Cáucaso, donde un águila devora su hígado cada día. Para mí, siempre fue una imagen muy vívida. Porque ahí está, quemándose al sol y generando un nuevo hígado cada 24 horas. Me encanta ese mito porque creo que es cierto respecto a las consecuencias de hacer algo difícil. Siempre hay sufrimiento en hacer las cosas de un modo distinto.

  • Mujerhoy ¿Y cuál es su pasaje favorito de la Biblia? Jeanette Winterson Hay mucho donde elegir... [Se queda pensando]. Pero en el Antiguo Testamento hay una palabra que siempre ha significado mucho para mí: hineni, que significa en hebreo "aquí estoy". Cada vez que Dios pide en voz alta que le sigan, alguien contesta: "Aquí estoy". Y hay algo maravilloso en esa expresión, que está muy presente en la cultura judía y tiene que ver con asumir la responsabilidad.

  • Mujerhoy ¿Cree que su conocimiento profundo de la Biblia la ha marcado como escritora? Jeanette Winterson Sin duda. Leer y escuchar la Biblia cada día en casa y en la iglesia me dio una escala enorme del mundo y de lo grandes que podían llegar a ser las historias. La Biblia es dramática, es operística. La manera en que está escrita es increíble, casi modernista. Además, hay mucha ira en la Biblia, pero no desesperanza. Y yo soy una persona muy alegre -que es algo que saca de quicio a alguna gente-, en gran parte gracias a la Biblia.

Ana Juan ha ilustrado las últimas ediciones de 'Fruta prohibida' y 'Escrito en el cuerpo', editadas por Lumen. / d. r.

  • Mujerhoy ¿Qué es el amor para usted? Jeanette Winterson Conforme voy creciendo, mi noción del amor se va expandiendo. Obviamente, romántica y sexualmente esa emoción es efímera. Yo no creo que tengas que dárselo a la misma persona durante toda la vida pero, mientras estás con alguien, lo único que tiene sentido es ofrecerle lo mejor de ti misma.

  • Mujerhoy ¿Y el sexo? Jeanette Winterson Para mí es el placer no verbal más intenso que existe. Me encanta tocar y sentir. Creo que el sexo es algo que, si lo haces de verdad, genera una intimidad y una cercanía única en la vida. Lo que me sorprende es que muchas de las mujeres heterosexuales que conozco no parecen tener mucho placer sexual. Me horroriza cuando me cuentan que sus encuentros duran, como mucho, 20 minutos. Alguien debería decirles a los hombres que 20 minutos no son suficientes. Me da la sensación de que, con la ubicuidad del sexo en internet, las 24 horas de porno al día y las apps de citas, la gente tiene más sexo que nunca, pero no demasiado placer.

  • Mujerhoy Alguna vez ha dicho que lo que más le molesta de Lolita es esa visión degradante del cuerpo maduro de las mujeres. Jeanette Winterson Todo este discurso de que las mujeres maduras son menos atractivas que los hombres maduros es un relato misógino construido por una sociedad que rinde culto a la juventud. El gran problema es que las mujeres se lo han creído y sufren. Mira, mi compañera Susie tiene casi 71 años y su cuerpo ha cambiado en los 10 que llevamos juntas. Obviamente es más vieja, pero es hermosa y amo cómo está cambiando. El cuerpo es hermoso en cada una de las etapas de la vida.

  • Mujerhoy Me chocó leer que en los periódicos sensacionalistas británicos decían que era una "destroza hogares", que los maridos temían a Jeanette Winterson. Jeanette Winterson ¿De verdad aparento ser una destroza hogares? [Risas] ¿Acaso es culpa mía que algunas mujeres casadas se hayan enamorado de mí? No.

"Vivimos instalados en el culto a la juventud, pero el cuerpo de la mujer es hermoso en cada etapa de la vida"

  • Mujerhoy ¿Pero cómo se sentía con la acusación? Jeanette Winterson Cuando tienes una carrera larga te das cuenta de que como escritora atraviesas ciclos. En algunas épocas todo el mundo te adora y en otras nadie te quiere. Lo bueno de hacerte mayor es darte cuenta de que todas las rachas se pasan. Y supongo que lo que pasó conmigo durante una época es que resultaba amenazadora por cómo escribía, por las cosas que decía... ¡y por las relaciones que tenía! [Risas] En fin, nadie puede llevarse las manos a la cabeza y decir que el adulterio es una gran sorpresa. La gente tiene affaires. El problema es que, excepto en la pornografía, a los hombres no les gusta que sus mujeres se acuesten con otras mujeres, incluso si es algo temporal, porque a algunos les hace sentir muy mal consigo mismos.

  • Mujerhoy ¿Qué cree que habría dicho la sra. Winterson dicho de esas acusaciones? Jeanette Winterson Habría culpado al demonio. Esto es exactamente lo que ella sabía que iba a ocurrir conmigo: el pecado. Para ella, el sexo -cualquier tipo de sexo, incluso con el hombre con el que estaba casada- era una idea tenebrosa.

  • Mujerhoy ¿Cuándo empezó a llamar a su madre señora Winterson? Jeanette Winterson Cuando me fui de casa. A partir de ese momento establecí distancia y llamarla así en público me permitió hablar de ella con más libertad e, incluso, con humor. Así evité el choque de trenes en mi cabeza entre la palabra mamá -y todo lo que evoca- con mi propia experiencia. Encontrar el nombre adecuado para algo te da poder. Es como en los cuentos de hadas. Cuando le das un nombre, de algún modo puedes controlarlo.

"Llamar a mi madre señora Winterson me dio libertad. Encontrar el nombre adecuado para algo te da poder"

  • Mujerhoy Tengo entendido que la escritora Ruth Rendell fue muy importante para usted. ¿Ocupó ella ese lugar de la buena madre que le faltó durante la infancia? Jeanette Winterson Sí, con ella nunca me sentí juzgada. Cuando la conocí, yo tenía 36 años y ella 53. Teníamos la misma agente. Ruth se iba a hacer una gira de seis meses por Australia y necesitaba a alguien para que le regaran las plantas. Yo vivía en una caja de cerillas y, además, necesitaba tiempo y espacio para escribir mi siguiente libro, La pasión. Así que me dejó su casa y, como soy tan ordenada, limpia y cuidadosa (como me enseñó la señora Winterson), a su vuelta todo fue muy fácily nunca dejó de ayudarme. Al final yo estaba en mis 50 y ella en sus 80, pero éramos grandes amigas. De hecho, pasábamos juntas todas las navidades. Dos semanas después de la última Navidad tuvo el ictus y ya no pudo hablar. Las cosas se pueden acabar en cualquier momento. [Recuerda con emoción] Esa ha sido una gran lección. Y puedo decirte que la la echo profundamente de menos.

  • Mujerhoy En España, cada vez hay menos solicitudes de adopción mientras crecen las de vientres de alquiler. A muchos padres les asusta no llegar a crear auténticos vínculos. Como hija adoptada, ¿cree que tienen motivos para asustarse? Jeanette Winterson [Suspira]. Cualquier niño, también los que nacen y se quedan junto a sus padres, van a tener problemas. La cuestión es que no ayudamos a los padres adoptantes a entender lo que van a vivir, así que están sobrepasados y muy solos. Un niño con una infancia difícil va a tener una adolescencia mucho más difícil. Si aprendemos a explicarles -a ellos y a sus nuevas familias- los retos por los que van a pasar, probablemente evitaríamos el desastre y ni unos ni otros creerán que están viviendo con monstruos. Necesitamos más inteligencia emocional. Tengo una amiga que adoptó a dos niños. Es una mujer muy inteligente, pero nadie la ayudó. Nadie le dijo que sus niños podrían volverse en su contra, que la odiarían, que buscarían a sus padres biológicos... Son situaciones terriblemente desconcertantes y todos nos deberíamos involucrar.

  • Mujerhoy ¿Nunca ha sentido la tentación de convertirse en una madre y hacerlo mejor que las suyas (la biológica y la adoptiva)? Jeanette Winterson No [solemne y rotundo]. Puede que la señora Winterson fuera un monstruo, pero creo que yo lo habría hecho peor. [Risas] Tienes que conocer tus limitaciones, igual que tus fortalezas. Y yo sé que soy egoísta. Probablemente sería un gran marido, pero no una buena madre. No soy idiota:y sé que para poder escribir libros o hacer obras de arte tiene que haber alguien ocupándose de todo lo demás.

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