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Si hay una mujer en la primera fila de la lucha contra el todopoderoso productor de Hollywood Harvey Weinstein, acusado de haber abusado en todas las variantes (desde el acoso hasta la violación) por más de 30 actrices y trabajadoras del cine a lo largo de tres décadas, esa es Rose McGowan. Las cosas se están poniendo difíciles para Weinstein, escondido en un resort de golf en Arizona: su mujer, la diseñadora de Marchesa Georgina Chapman, madre de sus dos hijos pequeños, le ha abandonado y la policía en Nueva York y Londres estudian distintas acusaciones que podrían ser aún objeto de causa judicial.
En las últimas horas, tres mujeres famosas más han relatado situaciones de acoso por parte de Weinsten. A Cara Delevingne quiso enredarla en trío con otra mujer, además de burlarse de ella por ser bisexual. A Kate Beckinsale la citó en su habitación de hotel para tratar de abusar de ella cuando solo tenía 17 años. Léa Seydoux cuenta lo mismo que tantas otras: se abalanzó sobre ella de nuevo en su habitación de hotel.
Probablemente empoderada por el respaldo de tantas mujeres que señalan hoy a Weinstein, Rose McGowan se ha atrevido a confesar que fue él el que la violó, hace 20 años, cuando acababa de saltar a la fama gracias a 'Scream'.
Según la investigación de The New York Times, McGowan firmó un acuerdo de confidencialidad a cambio de 100.000 dólares que le prohibía hablar como lo está haciendo hoy. La actriz lo ha roto y seguramente habrá de enfrentar una tormenta legal por ello, pero de momento ha acusado a Jeff Bezos, todopoderoso Jefe de Amazon y propietario del 'Washington Post', de no haberla protegido ni hecho caso cuando le contó que había sido violada por Weinstein. Esta semana también ha acusado a Ben Affleck y Matt Damon de ser "aliados de Weinstein". Debido a toda esta actividad de denuncia, Twitter suspendió ayer su cuenta y hoy las mujeres de Estados Unidos hacen huelga de tuits en protesta.