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“Tengo más herramientas para cantar que para vivir”

Cuando canta, su voz parece un cristal a punto de quebrarse. Con verdad, con luz, con morosidad, con un eco antiguo... Ella es única en su especie.

Silvia Pérez Cruz lleva una blusa de Marella. / Antonio Terrón

Beatriz G. MANSo

Creció rodeada de arte por todas partes, como una isla. Su abuela le cantaba canciones en gallego, su madre fundó una escuela de expresión artística y le ponía voz al dúo que formaba con el padre, que era guitarrista... Ella, siendo solo una niña, de vez en cuando también le acompañaba a la taberna La Bella Lola, en la playa de Calella, y le sacaba las lágrimas a la concurrencia cantando Alfonsina y el mar.

Muchos le pusieron nombre y cara cuando protagonizó la película Cerca de tu casa y recibió un Goya a la mejor canción, que también era suya. Sin embargo, Silvia Pérez Cruz (Palafrugell, 1983) no es actriz, o al menos no lo es la mayor parte del tiempo.

Con su particular estilo libre, canta y mueve emociones en castellano, catalán, inglés, francés, portugués y hasta en alemán. Ahora, Silvia Pérez Cruz está de gira con su último trabajo, Vestida de nit, que interpreta acompañada por un quinteto de cuerda.

La artista, con un vestido jaspeado de Cortana. / Antonio terrón

  • Mujerhoy Mujerhoy. Se ha ganado fama de inclasificable… ¿Se atreve a definirse y definir su trabajo? Silvia Pérez Cruz Empecé estudiando muchos estilos y eso me dio un vocabulario más amplio para poder expresarme, pero al final lo que busco son canciones que me enamoren para cantarlas a mi estilo y ahí es dpnde puedes encontrar lo que aprendí del flamenco, del jazz, del pop... Mi música es trocitos de todo eso, igual que como persona soy pedacitos de mi abuela, de mis padres, de mis amigos. Somos trocitos de personas. Pero hay algo que busco y que sí puede definirme que es el peso y la verdad.

Yo lucho para que la alegría sea creativa. No cantas desde la tristeza

silvia pérez cruz

  • Mujerhoy ¿Y el éxito no lo buscaba? S.P.C. El éxito para mí no es un objetivo, sino una consecuencia. El éxito es seguir siendo yo a pesar de todo, porque es un mundo que invita mucho a mentir y a que tengas prisa y yo quiero seguir yendo a mi paso, haciendo lo que me gusta y que además se vendan discos con cosas que no son nada comerciales y que la gente te respete: todo eso es un éxi

  • MH ¿Su padre también era músico? S.P.C. Mi padre trabajaba en una fábrica, pero su pasión era la música. Era un investigador de la habanera, iba mucho a Cuba y buscaba canciones anónimas, perdidas y olvidadas. Tocaba la guitarra, componía, era un autodidacta que se emocionaba con la música. La amaba profundamente.

  • MH ¿Él le contagió ese amor? S.P.C A mi padre no lo veía mucho y aprendí a comunicarme con él a través de la música, conversábamos cantando. Las primeras experiencias en público fueron con él. Pero quien me ha dado realmente las alas y la manera de vivir el arte es mi madre. Ella estudió Historia del Arte y fundó una escuela de expresión artística. También cantaba con mi padre. Poco antes de morir él, les escuché un día en casa. Hacía ya años que no les oía juntos y pensé: “¡Qué maravilla, son buenísimos!”

  • MH Dice su biografía que de niña cantaba usted con su padre en las tabernas. Cuénteme eso. S.P.C. Mi madre me dice que, cuando cuento esta historia de cantar con mi padre en las tabernas, parece que iba descalcita y con una cesta de sardinas. No es así, pero sí que es verdad que en mi pueblo hay un par de sitios delante del mar donde se cantaban las canciones de taberna que se dice y una o dos veces al año iba para ver a mi padre y cantaba tres o cinco canciones. Cuando mis padres estaban juntos, sí que íbamos los hijos de los cantantes con ellos, con cuatro años ya tengo recuerdos de ese ambiente…

  • MH ¿Allí se despertó su vocación? S.P.C. Llevo más tiempo vinculada al mundo de la moda que a ninguna otra cosa. De hecho, en los programas siempre intento apoyar a los diseñadores españoles, porque creo que tenemos unos talentos maravillosos en este país, y yo siempre intento impulsarlos. Para mí es un gran placer, porque muchos de los que me visten son conocidos y amigos míos.

  • MH ¿Y desde entonces, ¿cuál es el sitio más raro en el que ha cantado? S.P.C. De las experiencias más bestias que he tenido ha sido actuar en una prisión y en un psiquiátrico. Al psiquiátrico yo iba a ver a un familiar. Me obsesioné mucho con el tema de la locura y un día pensé en regalarles unas canciones. Cuando acabé de cantar, llegó un señor fumándose ya casi el filtro de un cigarro y me dijo: “Hoy has hecho algo muy importante”. Y se fue. Luego me dijo una enfermera que el hombre llevaba uno o dos meses sin hablar. Ahí pensé: “¡Ostras, qué bestia la música, el poder y la fuerza que tiene!”. Pero a mí me gusta cantar en cualquier parte. Me encantan los teatros de 2.000 espectadores, las salas de 200 y los bares con 15. Y si es alrededor de una mesa con siete personas, pues también.

Silvia Pérez Cruz lleva abrigo de Desigual sobre un mono de Sportmax. / Foto: Antonio terrón

"Escucho poca música porque me pone a mil el cerebro. Me mueve, me afecta"

Silvia Pérez cruz

  • MH Si le digo que escucharla casi me hace llorar, ¿se alegra o no? S.P.C. Me parece bien. Es algo que me ha pasado desde niña. Creo que es el efecto espejo: yo me abro, soy sincera cantando y a veces sucede que el público también se relaja y responde igual. Porque estamos normalmente muy cerrados, vivimos en soledad, encerrados en una¡ coraza y, cuando uno se abre, se permite sentir y vivir sus emociones.

  • MH ¿Es usted tan intensa en la vida diaria como en sus canciones y en el escenario? S.P.C. Sí, la verdad es que sí, soy muy intensa. Y muy sensible, súper sensible.

  • MH ¿Y cómo sobrevive en este mundo cruel? S.P.C. A veces con dificultad. Voy más avanzada cantando que viviendo, tengo más cosas trabajadas, más herramientas. Cantar me sirve como referente para vivir. Estoy descubriendo que soy muy sensible, no sabía que lo era tanto. Y no es fácil, no. Hay personas que no soportan ver los telediarios, por ejemplo. Yo no puedo tampoco. Las noticias las tengo que dosificar. Pero, por otro lado, me entristece que puedan llegar a no afectarme, que las malas noticias, a fuerza de costumbre, lleguen a insensibilizarnos. Yo tengo una empatía muy grande, algo que es una virtud en muchas cosas pero también es agotador y hace sufrir a veces.

  • MH Vivirá más intensamente el amor, las penas, los rechazos… S.P.C. Sí, te afectan profundamente. Yo lo vivo todo muy entregada y es maravilloso, porque te hace sentir y ver cosas en las que igual otros no reparan, pero también a veces es duro. Tiene las dos caras. “Es indecente, gente sin casas, casas sin gente…”, cantó cuando recibió el Goya a la mejor canción original por 'Cerca de tu casa'

  • MH ¿Qué le parece hoy incedente? S.P.C. Buf, muchas cosas. La mentira, en todos los aspectos. Esa frase es de la canción No hay tanto pan, que habla de las relaciones de poder centrándose en el caso de los desahucios. Yo siempre he cantado más en abstracto y esta era la primera vez que hacía una canción crítica, directa, y me resultó muy difícil.

  • MH Pero conectó con lo que sentía mucha gente… S.P.C. Sí. Estoy muy orgullosa de esa canción. Ha sido emocionante porque me ha dado muchos regalos al cantarla en Argentina, en Chile, en Uruguay… En todos los lugares donde he ido, he sentido cómo la gente la necesitaba y cómo la aplaudían en un aplauso que no era para mí, sino que seguían cantándola con las manos. Da mucha esperanza ver a la gente unida para según qué cosas. En este mundo individualista, a veces las personas se sienten muy solas y a mí me gustan estos rituales colectivos donde la gente se emociona junta. Para mí, la música es una revolución emocional.

  • MH ¿Y usted qué lee, qué escucha, quién la inspira? S.P.C. Las personas, la vida. Yo casi no leo, con la vida voy ya sobresaturada de información. Me encanta aprender de las personas del mundo del arte y de todos los oficios. El arte en sí también me nutre, me alimenta; del teatro y del cine he aprendido mucho y la danza y la fotografía me inspiran. Pero me gustaría leer más, tener otra vida para leer.

  • MH ¿En su casa siempre hay música? S.P.C. No, qué va. Ahora más porque vivo en la montaña y voy más sobrada de silencio, pero escucho muy poca porque me pone a mil el cerebro, me mueve, me afecta, me hace pensar, me vienen ganas de crear… y necesito descansar. Aunque ahora que me han regalado un tocadiscos, tengo vinilos y me hace gracia el ritual de poner los discos. Este año he estado escuchando mucho a Billie Holiday, a Luiz Bonfá, que es brasileiro, a Nick Drake… Hasta ahora tenía muchas ganas de indagar qué pasaba dentro de mí, antes que afectarme por otras cosas.

  • MH Tiene querencia por las canciones tristes. ¿Encuentra cierta complacencia en la tristeza? S.P.C. No, no. Las canto para ser feliz, es una terapia, así es como me limpio. No es que me guste estar triste, al contrario, me gusta reírme. Pero a nivel de repertorio, con las que llego a niveles de éxtasis más altos, con las que puedo hacer un recorrido emocional más rico, suelen ser canciones muy bestias, muy potentes. El pequeño vals [su versión de Take This Waltz, de Leonard Cohen], por ejemplo, me remueve. Tengo un amigo que dice: “Cantemos canciones tristes para ser felices” y es verdad, es una purga, enfrentarte a la pena, reírte de ella y soltar lastre. Hay una tendencia artística a pensar que en momentos tristes estás más creativo, que cantas mejor, pero yo quiero luchar para que no sea así, reivindico que la alegría tiene que ser creativa.

  • MH Giras, viajes, actuaciones nocturnas… ¿Cómo se combinan con la maternidad? S.P.C. Yo tenía muy claro que quería ser madre y que quería que mi hija tuviera una madre feliz y la música es algo que necesito, que me da mucha felicidad para compartirla con ella. Así que me inventé la manera de hacerlo funcionar, porque no hay referentes. La mayoría de los que van por ahí son hombres y las mujeres suelen ser el punto de referencia, las que se quedan en casa con el hijo. Lo que yo he hecho ha sido montármelo a mi manera; ahora mi hija tiene nueve años y hasta hace dos yo no me iba más de dos días. Es mucho más cansado, porque estás yendo y viniendo continuamente, pero quería disfrutar de ambas cosas. Ahora me puedo permitir irme 10 días a Sudamérica, por ejemplo, cuando si no tuviera a mi hija igual habría hecho giras de meses y meses, sería distinto. Pero me lo he tenido que inventar. Yo invento mucho: cuando no veo nada que me convenza, intento crear a partir de las necesidades.

  • MH ¿En qué la ha cambiado ser madre? S.P.C. Me ha ayudado a estar más conectada con la tierra, a no perder tanto el tiempo y a quitarme tonterías. Tienes una horita y haces la comida, lavas la ropa y escribes una canción. Vas a lo importante y te dejas de tanto misticismo de necesito ese momento especial y ese entorno ideal para la creación. No, se hace cuando se puede. Ayuda a normalizar todo un poco. Y el amor que te da, claro, ese tipo de amor es muy bestia.

  • MH Creo que durante el embarazo seguía de concierto en concierto, ¿no? S.P.C. Es que la música ha formado parte de mí toda la vida. Estando yo en la barriga de mi madre, ella cantaba y mi padre tocaba. Y a los tres años ya iba a clases de música. Es una forma de vivir y luego decidí quedarme embarazada y seguí cantando en una gira con Joan Díaz, un pianista. Recuerdo que me dolía tanto la espalda que, durante los solos de piano, me escondía por allí detrás y me tumbaba en el suelo. Hice muchos, muchos bolos hasta los ocho meses y medio, pensando que después nadie me llamaría. Pero ha sido completamente al revés: fue nacer mi hija y empezó a crecer mi carrera de manera exponencial. Antes los pasos eran pasos más pequeños y ahora cada vez son un poco más grandes.

  • MH ¿Tuvo que pelear con la culpa como tantas mujeres? S.P.C. Sí, porque la mayoría de las familias tienen otro tipo de vida y entender que la mía tenía otra estructura y estar en paz conmigo me costó unos años.Se pasa mal, te puedes sentir juzgada o juzgarte a ti misma al pensar que no lo haces como la mayoría de gente que te rodea, pero es que no hay referentes, es todo muy intuitivo, te vas guiando por la necesidad de la niña. Pero ahora es de lo que más orgullosa me siento y me gusta enseñarle que tiene que luchar también por todo lo que a ella le gusta.

  • MH Su hija también habrá salido amante de la música… S.P.C. Sí, le gusta mucho, es toda una artista

Créditos

  • Estilismo: José Herrera

  • Maquillaje: Gato (Kaasteel) para Maybelline

  • Peluquería: José Luis Ruzafa (Talents) para Moroccanoil

  • Ayundante de estilismo: Samuel Sanz

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