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Llevaban juntas desde 2013, cuando Stephanie Shepherd se convirtió en la asistente personal y, por tanto, en la persona que más sabe de Kim Kardashian, descontando a su familia. De hecho, la hemos visto frecuentemente en 'Keeping Up with The Kardashians', el 'reality show' que nos va contando la vida de las Kardashian-Jenner, siempre en posición confidente. La relación de ambas parecía ideal. De hecho, Stephanie había sido ascendida a manager de algunos proyectos de los Kardashian West, como los Kimoji o la colaboración de Kim con Kylie Cosmetics.
En un episodio reciente de KUWTK vimos como Stephanie tenía una conversación seria con Kim al respecto de su desenvolvimiento profesional. No se sentía demasiado realizada con sus tareas de asistente y Kim aceptó ascenderla. Sin embargo, en las últimas semanas la diva de la tele ha confesado tener la impresión de que las nuevas tareas superaban a Stephanie y, tras otra conversación esta vez totalmente privada, ambas llegaron al acuerdo de romper su relación. Pero, claro, esta es la versión oficial y políticamente correcta del asunto.
Otras teorías barajan motivos bien distinto. El más plausible, que Stephanie Shepherd se había convertido ella misma en una 'celebrity'. Con 900.000 seguidores en Instagram, no es competencia para Kim, pero aún así no parece encajar ya en el papel invisible que ha de jugar una asistente. Por lo visto, a Kim le sentó fatal una larga entrevista que Stephanie concedió al website Refinery29, en el que relató cómo había sido contratada, que suele regalar Kanye West por Navidad y cómo se sintió Kim tras el robo de París. Otra nota discordante: Stephanie es íntima amiga de Kourtney Kardashian, algo que tampoco le hace gracia a Kim. Además, ha salido ya con dos amigos de Kanye. Su novio es Larry Jackson, antiguo manager del rapero. Efectivamente: todo es un poco 'Melrose Place'.