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Una de las cosas que convierte a Jennifer Lawrence en una de las actrices de la lista A más populares y queridas por el público es su naturalidad y su sinceridad brutal. La actriz despliega un carisma tal, que podría caerse en medio de una ceremonia de los Oscar y resultar aún más adorada por ello (véase 2013). Pese a su juventud, no solo está ya entre las más grandes, sino que maneja el delicado equilibrio entre intimidad y publicidad como una auténtica maestra. Una prueba de ello son estas revelaciones al respecto de su ruptura con Darren Aronofsky, su último novio.
Aronofsky,director de cine casi de culto y más de 20 años mayor, y Lawrence han estado saliendo un año, tiempo suficiente para conocerse en una prueba para una película (mother!), rodarla con ella como protagonista, promocionarla, estrenarla y estrellarla en las taquillas. La crítica la puso pingando y el público tampoco salía dando palmas de alegría de las salas de cine. El desastre tenía que dejar huella en la relación, y Jennifer lo ha admitido en una entrevista con Adam Sandler en la revista 'Variety'.
'Estábamos en la gira promocional y, al volver al hotel, lo último que a mí me apetecía era hablar o pensar en la película', confiesa ella. 'Sin embargo, él era de lo único que quería hablar. Lo entiendo: es su bebé. La escribió, la concibió, la dirigió. A mí me tocaba interpretar el papel de la mujer comprensiva que apoya a su pareja, aunque en realidad estuviera pensando: 'Por el amor de Dios, ¿puedes dejar de hablar de 'mother!' por un minuto?'. Cuando las críticas (malas) empezaron a llegar, la situación empeoró. 'Era insano. Lo único que hacíamos era ponernos a la defensiva'.