Helle Thorning- Schmidt ha pasado de lidiar con crisis políticas y reunirse con jefes de Estado a viajar por todo el mundo protegiendo y defendiendo a los niños más vulnerables. Un giro de 180 grados que parece haber sentado muy bien a la exprimera ministra de Dinamarca. Thorning-Schmidt decidió abandonar una carrera política de mas de dos décadas después de una legislatura al frente del Gobierno danés y tras no haber podido revalidar su cargo, pese a ser la candidata más votada en las elecciones de 2015.
Ella asegura que no se arrepiente de haber dicho adiós a la política. Y menos desde que, hace año y medio, le propusieron liderar 'Save the Children', la organización no gubernamental dedicada a la infancia en la que trabajan 25.000 personas en más de 120 países. Ahora contagia entusiasmo cuando cuenta que, gracias al esfuerzo de muchos, están logrando mejorar las vidas de más de 55 millones de niños.
Dicen quienes la conocen que es incapaz de no comprometerse con lo que hace y que asumir nuevos retos nunca le ha asustado. Quizá por eso fue la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra de su país, enfrentándose al temporal de la crisis económica. Dos datos que deberían bastar para que su nombre sonara más allá de Dinamarca.
Sin embargo, para muchos era una total desconocida hasta aquel famoso selfie que protagonizó junto a Barack Obama y David Cameron. Aquella foto de los tres mandatarios posando desenfadados en el homenaje a Nelson Mandela dio la vuelta al mundo bajo titulares que tachaban a los políticos de frivolidad. La propia Thorning-Schmidt tuvo que defenderse explicando que la foto solo mostraba que los jefes de Gobierno ' somos personas normales'. La naturalidad con la que zanjó la polémica es la misma que muestra cuando se presenta con una gran sonrisa y un saludo amable que, de inmediato, hacen sentir cómodo al interlocutor. Pero que su aspecto dulce no lleve a equívocos: Helle Thorning-Schmidt dice con rotundidad lo que piensa. Por ejemplo, que cerramos los ojos ante las realidades que nos resultan duras. Ella prefiere enfrentarse a los problemas convencida de que otro mundo es posible.
Mujerhoy: ¿Cómo lleva el cambio de la política a una ONG? Helle Thorning-Schmidt: En cierto sentido, este trabajo tiene una perspectiva política, porque se trata de intentar cambiar la vida de la gente. Pero, además ahora, al ser parte de 'Save the Children', puedo comprobar el impacto del trabajo que hago. Si quisiera, podría contar a cuántos niños les hemos dado de comer hoy, a cuántos les hemos prestado servicios de ayuda, cuántos han podido acceder a la educación... Estoy convencida de que podemos cambiar la vida de muchos niños. Y también de que todos podemos formar parte de ese cambio.
Mujerhoy: ¿También nosotros, desde nuestras casas? Helle Thorning-Schmidt: Por supuesto. Me he encontrado con mucha gente que dice que se siente impotente cuando ve a niños sufriendo en Yemen, a menores hambrientos en África o a niños rohingya en una situación dramática en la frontera entre Myanmar y Bangladesh. A veces, la realidad es tan dura que no la soportamos y cerramos los ojos. Por eso, pido dos cosas: la primera, recordar que hay niños sufriendo en muchas partes del mundo; la segunda, convencernos de que podemos cambiar las cosas y hacer de este mundo un lugar mejor antes de despedirnos de él. Podemos formar parte de organizaciones como 'Save the Children' u otras para cambiar el mundo. Podemos hacer algo.
Mujerhoy: Una de las crisis en las que están trabajando con más intensidad es la de los rohingya. Helle Thorning-Schmidt: La situación es muy grave. En el último mes, más de medio millón de personas han llegado desde Myanmar a las fronteras de Bangladesh; y de esas personas, alrededor de 300.000 son niños. Estamos trabajando sobre el terreno tratando de ayudar al Gobierno de Bangladesh, entregando comida y buscando menores no acompañados, que son los más vulnerables. Si no los encontramos, son presa fácil para las mafias que quieren traficar con ellos, venderlos como esclavos o forzarlos a la prostitución. Nuestra tarea en Bangladesh es encontrar a esos niños, protegerlos e intentar las reunificaciones familiares. En las últimas semanas, hemos conseguido reunir a 2.000 niños con sus familias.
Mujerhoy: ¿Es más grave la situación para las niñas? Helle Thorning-Schmidt: Por supuesto, ellas lo tienen mucho más difícil. En cualquier crisis o guerra, una niña tiene 14 veces más posibilidades de sufrir todas las dificultades: ser víctima de trata, ser vendida como esclava, sufrir problemas de salud, ser casada a la fuerza... Ser una niña es más peligroso, aunque para los niños también es muy duro.
Mujerhoy: El problema de los refugiados también afecta desde hace años a Europa, a la que se ha criticado por incumplir los acuerdos y no afrontar la crisis de forma adecuada. ¿Qué opina? Helle Thorning-Schmidt: Yo me siento muy europea, he sido parte de quienes han tomado decisiones en el debate durante muchos años y creo que lo hubiéramos hecho mejor si hubiéramos sido más solidarios los unos con los otros. Entiendo el dilema al que los líderes se enfrentan en la crisis de los refugiados. No hace falta que diga que los países europeos pueden proteger sus propias fronteras, es un derecho de cualquier nación. Pero también creo que nos iría mejor en Europa si nos hubiéramos asegurado de que no solo unos pocos países acogieran muchos refugiados, de forma que se repartieran las responsabilidades.
helle thorning-schmidt
Mujerhoy: Hasta hace año y medio, había dedicado toda su vida a la política. ¿Por qué comenzó en ella? Helle Thorning-Schmidt: Soy realista, pero también optimista. Cuando era pequeña, llegaba a casa tras el colegio y, en ocasiones, comentaba que siempre hacíamos lo mismo y que creía que deberíamos hacer algo distinto. Entonces mis padres me preguntaban: '¿Qué has hecho para intentar cambiarlo?'. Creo que esa idea de que cambiar las cosas depende de ti, que tienes que usar tu voz para intentar lograr lo que crees justo, la tengo desde entonces. Siempre he intentado asumir responsabilidades, donde quiera que estuviera, y creo que por eso empecé en la política. Creo en la justicia y en la igualdad, y también en que se puede hacer algo por ellas.
Mujerhoy: Como primera mujer que ocupó el puesto de primera ministra en su país, ¿se sintió excesivamente juzgada? Helle Thorning-Schmidt: En política, ser mujer no es lo mismo que ser hombre. En las entrevistas nos preguntan cómo nos las arreglamos para tener una carrera y cuidar de nuestra familia, y con frecuencia nos ponen motes sexistas [a Helle Thorning-Schmidt la apodaban Helle Gucci, haciendo referencia a su supuesto gusto por los bolsos y complementos de lujo]. Toda mujer que trabaje en la política te dirá que hay diferencias, igual que no hay ninguna mujer en puestos directivos que no vea que la tratan de diferente manera por su género.
Mujerhoy: Pero no toda mujer que se siente discriminada se atreve a denunciarlo... Helle Thorning-Schmidt: Si hay discriminación, creo que es muy importante hablar de ello. No lo digo por mí, sino porque creo que como sociedad tenemos que conseguir que cada vez más mujeres participen en las decisiones que afectan a sus propias vidas. A hombres y a mujeres no les afectan las mismas cosas, y esa es la razón por la que las mujeres deben participar en la toma de decisiones con la misma intensidad, y también con el mismo salario que los hombres.
Mujerhoy: ¿Siempre ha sido tan reivindicativa? Helle Thorning-Schmidt: Soy feminista desde que tenía 11 o 12 años. [Risas]. En los 70, el feminismo surgió con fuerza también en mi país y creo que empecé muy pronto a preguntarme cosas como por qué a las chicas se las trataba de diferente forma que a los chicos o por qué no teníamos las mismas oportunidades.
Mujerhoy: ¿Cree que sigue siendo necesaria esa reivindicación? Helle Thorning-Schmidt: Mucha gente cree que ya hemos alcanzado la igualdad, y tengo que decir con rotundidad que eso no es cierto, ni en Dinamarca ni en el resto del mundo. Aún falta mucho camino por recorrer. Y creo que, si pudiéramos cambiar la forma en que el mundo trata y educa a las niñas, y ofrecerles las mismas oportunidades que tienen los varones, no solo cambiaríamos sus vidas sino también la economía mundial. No es muy inteligente mantenerlas al margen de la educación y del mercado profesional cuando crecen. Sencillamente, no tiene sentido que la mitad de la población no pueda generar valor para su comunidad. No se trata solo de un asunto moral, también es una cuestión económica.
Mujerhoy: ¿También queda mucho por hacer en Europa? Helle Thorning-Schmidt: Creo que muchas mujeres aún luchan por llegar a todos los frentes tratando de trabajar, porque quieren ser parte de la sociedad, y al mismo tiempo criar a sus hijos. Son especialmente vulnerables las madres solteras, y por supuesto aún hay grandes diferencias salariales entre mujeres y hombres. Lo ilustraba una campaña en la que mujeres jóvenes decían que deberían poder comprar todo un 20% más barato, ya que ganan un 20% menos.
Mujerhoy: ¿Recuerda qué es lo primero que hizo cuando decidió abandonar 20 años de carrera política? Helle Thorning-Schmidt: Al principio, la verdad es que no sabía qué hacer con mi vida. [Risas]. Pero entonces llevé todas las bicicletas de la familia a reparar a una tienda y di un paseo por Copenhague, una ciudad fantástica para recorrer en bici. Fue increíble, porque me encontré con mucha gente muy enfadada porque, aunque habíamos ganado las elecciones, no habíamos sido capaces de continuar en el Gobierno. Fue una forma estupenda de ver las cosas desde otro punto de vista y recuperar el ánimo. Hacía mucho tiempo que no veía la ciudad como una persona anónima a pesar de que un primer ministro vive una vida muy normal en Dinamarca.
Mujerhoy: ¿Como la protagonista de la serie Borgen? Helle Thorning-Schmidt: Vivimos una vida mucho más normal que la del personaje de Birgitte Nyborg, la protagonista de Borgen. [Risas].
De los 30 millones de niños y niñas refiguados en el mundo, 3,7 millones no están escolarizados. Uno de los objetivos fundamentales de 'Save the Children' es que tengan acceso a la educación, esencial para su futuro.
De los niños que permanecen en Siria, 5,8 millones necesitan ayuda inmediata.
De los 2,3 millones que han huido con sus familias, la mayor parte vive en campos de refugiados en países vecinos, como Líbano o Jordania, mientras que otros arriesgan sus vidas intentando llegar a Europa por mar. Procurar asegurar sus necesidades básicas de supervivencia y crear oportunidades de aprendizaje es una de las tareas de esta ONG.
Los desastres naturales provocan escenarios donde familias enteras necesitan ayuda. Solo el año pasado la ONG respondió a 129 emergencias en 60 países. El trabajo para reducir el impacto de situaciones de emergencia sigue siendo vital. Alrededor de 5,3 millones de niños mexicanos no han podido regresar a las aulas tras los fuertes terremotos que sacudieron el país el pasado mes de septiembre.
Desde 1990, el número de niños que mueren por causas evitables se ha reducido a la mitad. Sin embargo, en el Cuerno de África la situación sigue siendo dramática. Además, 6,5 millones están en riesgo de morir por desnutrición como consecuencia de las sequías que sufren Somalia, Etiopía y Kenia.
La trágica situación de los rohingya es insostenible. Unas 281.000 personas necesitan con urgencia asistencia alimentaria, entre ellas 150.000 niños menores de cinco años, para prevenir su desnutrición. Al menos 14.000 niños menores de cinco años podrían estar ya en una situación de desnutrición severa.
20 de enero-18 de febrero
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