Este verano, un software informático programado especialmente para la tarea confirmó que George Clooney, de 56 años, es el hombre que posee la belleza más perfecta del mundo. O al menos, más acordes con el ideal de belleza que defendían los griegos. Sus rasgos encajaban en un 92% en el ideal clásico del equilibrio armónico de rasgos. Por detrás quedaron Bradley Cooper (91,8%) y Brad Pitt (90.51%).
Sin embargo, aunque la belleza nos impresiona, son otras cosas las que convierten a George Clooney en una persona extraordinaria, capaz de gestos alucinantes que nos hacen pensar que su humanidad supera su perfección física. Esta semana hemos sabido de dos de estas cosas que le hacen destacar. La primera sucedió en un vuelo entre Nueva York y Londres. Al embarcar, los pasajeros se encontraron con un par de tapones para los oídos y una nota de disculpa de parte de George y Amal, adelantándose a las posibles molestias que el llanto de sus gemelos pudieran ocasionarles. ¡Qué movimiento más inteligente y considerado!
La segunda anécdota es impresionante. Randy Gerber, uno de los mejores amigos de Clooney, marido de Cindy Crawford, contó que en 2013, el actor invitó a cenar a sus 13 mejores amigos, los que le habían echado una mano en sus comienzos como actor acogiéndole cuando no tenía donde dormir, prestándole dinero, aconsejándole. Cuando se sentaron a la mesa, encontraron bajo las sillas unas bolsas. Contenían un millón de dólares para cada uno. Muchos de sus amigos tenían trabajos mal pagados, hipotecas y créditos para pagar los estudios de sus hijos que dejaron de ser una preocupación tras el generoso gesto de su amigo. Y como Clooney es prácticamente perfecto, no solo les entregó el dinero, sino que pagó los impuestos por adelantado. Para que fuera, íntegro, a sus manos.
20 de enero-18 de febrero
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