Alicia Vikander es el alma indiscutible de la nueva versión de ' Tomb Raider', el blockbuster sobre la aventurera y sexy arqueóloga basado en un videojuego, que supuso el espaldarazo definitivo para la carrera de Angelina Jolie hace ya 17 años. Quizá la carrera de Vikander, que ganó un Oscar por ' La chica danesa', reciba el mismo empujón comercial con esta película, en la que acapara todo el protagonismo. Hasta Roar Uthaug y Daniel Wu -director y coprotagonista de la nueva cinta, respectivamente- acaban hablando de la actriz sueca durante buena parte de la presentación londinense de la película. "Alicia es una máquina". " Alicia es imparable". "Comprometida al máximo". "Nunca se queja". "Inspiradora". "Trabajadora". "Centrada".
Hay una anécdota recurrente en la conversación: en una compleja escena de naufragio, con cañones de agua, grúas y máquinas de viento, la actriz fue arrojada al agua no menos de 50 veces. "Otra vez", decía al salir de nuevo. Finalmente, fue necesario hacer un descanso. Y no porque no pudiera más, sino porque su piel se había puesto tan azul que ya no daba bien en pantalla.
Alicia Vikander
Sin embargo, cuando Vikander, de 29 años, entra en la sala no parece en absoluto una fuerza de la naturaleza. Menuda, de piel olivácea y pelo castaño sencillamente recogido hacia atrás, sonríe antes de sentarse con las piernas dobladas sobre el sillón y se ríe, medio avergonzada, cuando descubre lo que han dicho de ella. Sí, es muy seria en el trabajo: "Crecí haciendo ballet. Eso te da un tipo de disciplina, de automotivación, que luego aplicas a todo lo que haces en tu vida. Ah, y también te ayuda en las escenas de acción, que, en el fondo, son coreografías. Estoy acostumbrada a darle instrucciones a mi cuerpo". Sobre la escena del naufragio, comenta: "Me encanta el aspecto físico de las películas de acción, ver hasta dónde puedo llegar. ¡Pero me han lanzado al agua en 16 de mis 19 películas! Se ve que una escena acuática siempre queda bien. Aunque, cuando la haces en febrero y repitiendo la toma 12 veces, no resulta muy agradable de rodar. Puedo aguantar los golpes y los cardenales -añade, arrebujándose en su amplio jersey gris-. Pero odio pasar frío".
A la actriz le importa mucho recalcar que el personaje que interpreta, la arqueóloga Lara Croft, ha evolucionado desde su primera aparición, en un videojuego de 1996, y desde las dos películas que protagonizó Angelina Jolie en 2001 y 2003 ("Claro que me habría gustado conocerla ¡Todavía quiero! La admiro mucho como actriz y directora"). Ahora es más humana y menos sexualizada. "Tiene todos los rasgos que hicieron que los espectadores se enamoraran de ella: es inteligente, decidida, valiente, fuerte. Pero también es vulnerable. El personaje ha cambiado porque el mundo ha cambiado, y para bien en este caso. Ahora no queremos personajes unidimensionales, sean hombres o mujeres. Queremos conocer todas sus facetas". En ese sentido, admira el trabajo que ha hecho Geneva Robertson-Dworet, coguionista de la película (y responsable también del guión de 'Capitana Marvel', que veremos en 2019). "Me hace muy feliz que las mujeres tengan un papel importante, que estén en las salas donde se toman decisiones. Nuestro trabajo en el mundo del cine es contar todo tipo de historias y, si cerramos la puerta a las mujeres, nos estamos perdiendo, al menos, la mitad de esas historias. Tristemente, en este tipo de películas las directoras o mujeres guionistas son casi inexistentes".
Hablar de género y cine nos lleva, inevitablemente, a Weinstein y a los casos de acoso sexual en Hollywood . Vikander aborda el tema sin titubeos. "Es muy empoderador ver lo que está pasando. El debate sobre el acoso sexual está en todas partes y quiero creer que no va a quedarse en un tema de conversación para una temporada. Espero que el cambio se produzca".
Alicia Vikander
Unos días antes de la entrevista se hizo pública una carta abierta, inspirada por el movimiento #MeToo , en la que Alicia Vikander y 600 actrices suecas más ("que vienen a ser, más o menos, todas las que hay en Suecia", bromea) denunciaban el acoso sexual en la industria del cine de su país. ¿Acaso lo ha sufrido? "No he sufrido acoso sexual -dice con firmeza-. He presenciado abusos de poder, pero acoso no".
En Suecia, el Gobierno movió ficha enseguida: reuniones con representantes de los actores, una ley que obliga a las productoras que opten a ayudas públicas a asistir a cursos de prevención del acoso sexual... ¿Un ejemplo para Estados Unidos? Ella se resiste a la comparación. "Suecia es un país más pequeño; y no hay que olvidar que, si estamos hablando de acoso sexual allí es porque la conversación nació en Estados Unidos. Pero sí, somos un país socialista, tradicionalmente igualitario. Mis padres se definen como feministas y yo nunca he sentido la menor dificultad en expresarme como tal. Es la forma en que me han educado. Es algo en lo que creo".
Alicia creció en Gotenburgo, entre la casa de su madre, actriz de teatro, y la de su padre, psiquiatra. Con su madre, era hija única; con su padre, la mayor de seis ("mi hermano pequeño ya tiene 16 años, ¿no es una locura?", comenta). Y entre sus dos casas había armonía. " Mis padres se divorciaron cuando yo tenía tres meses, pero siguen siendo muy buenos amigos", asegura. Su sonrisa, de hecho, solo palidece cuando, en la rueda de prensa, alguien le pregunta si para construir el personaje de Lara, que en la película busca al padre que la abandonó, se basó en su propia vida. "No -contesta algo ofendida-. ¿Por qué iba a buscar a mi padre, si estaba conmigo? No tenía más que levantar el teléfono y decir: "Hola, papá".
Tal vez por esa niñez entre dos casas bien avenidas, tiene un concepto muy personal del hogar. A los 15 años se mudó sola a la capital para asistir a la Escuela Superior de Ballet. "Un año después, empecé a referirme a Estocolmo como "mi casa" y mis padres se quedaron de piedra. Pero creo que la gente joven ahora viaja mucho y puede tener hogares en diferentes sitios. Cuando me trasladé a Londres, a los 19 años, llamarlo "casa" me costó más. Es una ciudad muy grande y yo, en aquella época, no sabía lo que iba a hacer y sentía mucha presión. Era duro. Pero encontré amigos y una comunidad, y entonces Londres se convirtió en mi hogar. Ha sido mi base de operaciones durante seis años. Pero viajaba mucho: a Nueva York, a Los Ángeles, a París... Y también empecé a sentirme en casa allí. Porque son sitios en los que, cuando aterrizo, sé a quién llamar". ¿Y ahora dónde está ese hogar itinerante? "En Portugal. Solo he pasado 45 días en Londres en los últimos dos años. Y, de pronto, Portugal apareció en el radar. Después del Brexit, lo vi claro. Me encanta el pescado, las sardinas, la temperatura. ¡Ayer comimos en la terraza!". Ese plural, por cierto, es lo más cerca que está de mencionar a su marido, el actor Michael Fassbender, al que conoció rodando La luz entre los océanos en 2014 y con el que se instaló en Lisboa, tras su boda, en Ibiza, el pasado mes de octubre .
Lisboa es la última etapa (de momento) de un viaje vertiginoso. Cuando Alicia Vikander cambió el ballet por la interpretación, a los 16 años, trabajó en series de la televisión sueca, cortos y pequeñas producciones. Su primer golpe de suerte llegó con 'Pure', una película que gustó mucho en el Festival de Berlín y le granjeó un papel en 'Un asunto real' (nominada por Dinamarca al Oscar a la mejor película extranjera) y otro en 'Anna Karenina', su primer rol en inglés.
Alicia Vikander
Hollywood la adoptó con entusiasmo. "Hace 10 años ni se me habría pasado por la cabeza que un día trabajaría en películas de habla inglesa. Pero creo que la industria del cine, ahora, busca el talento en todas partes. ¡Es la globalización! Muchas películas, como ' Tomb Raider', se ruedan fuera de EE.UU. y con equipos internacionales. Y, por suerte, ya me siento más cómoda rodando en inglés. De hecho, ahora no me salen las palabras cuando tengo que hablar en sueco. ¡Es una situación horrible!".
Con una carrera ya asentada, fundó su productora y encargó la dirección de su primer proyecto, 'Euphoria', a Lisa Langseth, la mujer que le había dado su primera oportunidad con 'Pure'. Fue una forma de cerrar un círculo, dice. "En mis primeras tres películas trabajé con directoras, y las tres me inspiraron: eran mujeres que hacían cosas, conseguían que las cosas pasaran. Cuando eres joven, te cuestionas y te importa lo que digan los demás de ti. Ellas siempre me dijeron que buscara mi camino".
"Es una historia de iniciación", afirma Alicia Vikander. En 'Tomb Raider' (estreno, 16 de marzo), Lara Croft no es la arqueóloga experimentada y dura que conocimos en la piel de Angelina Jolie, sino una jovencita que parte hacia su primera aventura. Comparten pantalla con ella Dominic West, Kristin Scott-Thomas, Walton Goggings y Daniel Wu.
Entonces llegó ' La chica danesa', la película que lo cambió todo. Este drama sobre el primer hombre que se sometió a cirugía de cambio de sexo en Suecia le proporcionó un Oscar a la mejor actriz secundaria en 2015. ¿Le cambió la vida? "En lo laboral... De momento, no lo sé. Porque antes de ganarlo ya estaba en conversaciones para hacer todas las películas que he hecho hasta ahora: 'Tomb Raider', 'Euphoria' e 'Inmersión', con Wim Wenders. Así que, en realidad, no he hecho nada nuevo después del Oscar. Y en lo personal tampoco ha cambiado nada porque mis amigos siguen siendo los mismos que hace 10 años".
¿Le resulta extraño el estatus de celebrity? "Solo cuando alguien lo saca a colación. [Ríe] Rodar una película es como cualquier trabajo: te levantas, vas al set, haces lo que toca... En la promoción te sientes de otra manera. Pero la promoción es solo una parte pequeña de esta vida. Es verdad que ha sido todo un viaje pasar del cine sueco a Hollywood, que he hecho muchas cosas por primera vez, que me he visto a menudo en territorio desconocido. Pero solo me doy cuenta cuando me paro y pienso: "Vaya, esto ha sido intenso". El rodaje de ' Tomb Raider' ha sido el más largo de mi vida, seis meses en los que he encontrado otro de mis "hogares" en Ciudad del Cabo. Ahora, por primera vez en año y medio, no estoy ni rodando ni preparando una película, y siento que tengo que parar, que necesito un respiro. Quiero dedicar tiempo a mis seres queridos".
20 de enero-18 de febrero
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