Fui a verla a la plaza de toros de Vista Alegre hace unas semanas. Toreaba con otros dos novilleros muy buenos, pero todo mi interés se centraba en ella, en Rocío Romero, fascinada como estaba ante mi primera experiencia de ver a una mujer delante de un toro de 500 kilos. Me sorprendió saber que había practicado gimnasia rítmica de niña y que hasta llegó a lograr un tercer premio nacional, ay, los estereotipos. Pero decidió hacerse torera, cuando se puso delante de un becerro a los 13 años. Pedí entusiasmada la oreja para ella tras su primer toro, como lo hizo toda la plaza, feliz de ver a una mujer en una profesión de tradición tan masculina , y en claro desmentido del machismo que asocian a las plazas de toros, otra vez los estereotipos.
Antes de empezar la corrida, puse todo mi empeño hasta conseguir una foto con ella. De cerca, sus rasgos aniñados y delicados, tan "femeninos", me impresionaron aún más, influida como estoy por esa imagen dominante de la valentía y del arrojo asociada a una estampa masculina. Me acordé de ella en las movilizaciones del 8 de marzoy sus debates, cuando pensé en las grandes diferencias que hay entre nosotras las mujeres, aunque todas queramos lograr la igualdad.
Para mí, Rocío Romero es un símbolo de revolución feminista , el cambio en su grado máximo, la imagen de una sociedad donde las mujeres ocupan posiciones completamente diferentes al pasado, donde han roto todas las barreras, las sociales, las profesionales, las de los viejos valores, masculinos y femeninos.
Y, sin embargo, sé que hay otras muchas mujeres que discrepan de mí. Las antitaurinas, en primer lugar, que jamás aceptarán mi símbolo porque cuestionan los toros. Y hay escasas esperanzas de que encontremos un punto intermedio porque nuestros debates siempre acaban igual, con una radical divergencia sobre la tauromaquia. Pero sé también que a lo anterior se sumarán las diferencias ideológicas en un país como el nuestro, donde algunos partidos son muy críticos con los toros y hace tiempo que buscan su prohibición allí donde tienen influencia en los Gobiernos.
Y si fueran pocas esas diferencias, aún nos quedarán las referidas al significado de la plena igualdad . El feminismo de la igualdad frente al de la diferencia. Para mí, no hay barreras impuestas por la feminidad o la masculinidad, y, además, tengo grandes dudas sobre las supuestas diferencias psicológicas entre hombres y mujeres. Por eso no me gusta que nos traten como seres vulnerables necesitados de protección especial. O como criaturas dulces, delicadas y pasivas. Por eso admiro a mujeres como Rocío, que dinamitan todas las convenciones sociales sobre la masculinidad y la feminidad. Ella es tan fuerte, aguerrida y temeraria como un hombre. O, quizá, como las mujeres del futuro.
20 de enero-18 de febrero
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¿Qué me deparan los astros?