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Dulceida, Paula Gonu... son la referencia para millones de personas a través de las redes sociales. Un comentario, un look, una canción, una jugada... cualquier cosa que hagan puede convertirse en trending topic en cuestión de minutos. Ellas lo saben y están orgullosas de ello.
Todo empezó con un blog de moda que lanzó en 2009, cuando era dependienta en Zara. Hoy, tiene más de dos millones de seguidores en Instagram y casi lo mismo en Youtube. Una foto suya, luciendo el modelito de turno o haciéndose arrumacos con su mujer, acumula cientos de miles de likes en cuestión de horas. Y eso les encanta a las marcas. A sus 28 años, ha escrito una Guía de estilo, ha lanzado su firma de ropa, su perfume, y hasta su propio festival (Dulceweekend), en el que se combinan música y moda.
Si hay alguien que puede hacerle sombra al imperio Dulceida es ella. Con apenas un año en las redes sociales, esta catalana de 24 años, que se define como “impulsiva, pesada, perfeccionista”, supera el millón y medio de seguidores. Comparte tips de belleza, anécdotas de viajes o retos que lleva a cabo con su novio, todo con un sentido del humor y una naturalidad que ha capturado a sus fans, a quienes saluda con el grito de guerra: “Hola, personas guapas”... una marca personal que ya ha estampado en gorras, camisetas y todo tipo de merchandising.
Empezó en 2009, subiendo versiones de canciones a YouTube. “Y le di un vuelco a mi vida. Aprendí a tocar la guitarra en internet, toda mi educación musical ha sido autodidacta. Y resulta que a la gente le gustó y puedo vivir de mi música. Jamás lo habría pensado”. Pero sus más de 420.000 seguidores se lo confirman. “Quien se resiste a las nuevas tecnologías se pierde mucho”.
Especialista en marketing en la compañía de videojuegos Bethesda, para ella jugar nunca ha sido un trabajo. Como gamer, es una mujer en un ambiente masculino, lo que la convierte, a su pesar, en centro de atención. “Lucho por lo que quiero, hay muchas mujeres así. Somos una generación de luchadoras”. Y como ex “niña pegada a una consola”, a los padres preocupados les diría que “más que juegos, son nuevos ámbitos sociales en los que se aprende. Mi inglés, mi capacidad estratégica y otras muchas cosas han mejorado, en parte, gracias a los videojuegos”.