Es una de las voces destacadas de la nueva poesía española. Autora de 'Manojo de abominaciones', 'Night club para alumnas aplicadas', 'Introducción a todo', 'Fresa y herida' y 'La edad de Merecer', recopila ahora sus trabajos más antiguos en Corazón tradicionalista (La Bella Varsovia, 2018), en el que encontraremos las que asegura que son las obsesiones de su poesía: “El amor romántico (y su desmitificación, o depende), la inquietud política y su tembleque, las arenas movedizas de la identidad (y de mis circunstancias agridulces: emigración, etc.), las palabras amistadas con espejos y mises en abyme, los dioses y los huecos que dejaron y cómo los vamos llenando, etc”.

  • Mujerhoy ¿Qué es para ti la poesía? Berta García Faet Corriente de energí­a, conmoción, ví­nculo, un inmenso hacer clic.

  • Mujerhoy ¿Cuáles son las obsesiones de tu trabajo? Berta García Faet El amor romántico (y su desmitificación, o depende); la inquietud polí­tica y su tembleque; las arenas movedizas de la identidad (y de mis circunstancias agridulces: emigración, etc.); las palabras amistadas con espejos y mises en abyme; los dioses y los huecos que dejaron y cómo los vamos llenando, etc.

  • Mujerhoy ¿Envidias versos ajenos? Berta García Faet Sí­, muchos. Por ejemplo, estos de Rilke: "Vivo mi vida en círculos crecientes, /que encima de las cosas se dibujan. / El último quizás no lo complete, / pero quiero intentarlo". O estos, ¡estos!: "El verano era ya como tu casa, / dentro sabes que están todas las cosas; / ahora debes salir al corazón".

  • Mujerhoy De todo lo que se ha dicho sobre tu generación, ¿qué es lo que más te molesta? Berta García Faet Hay críticas generales a lo bruto, pero pienso que en general la sociedad empatiza con mi generación, en el sentido de que pudimos estudiar, nos esforzamos, trabajamos y pensamos que haciendo las cosas bien nos iría bien. Muchos hemos tenido que irnos del paí­s y los que se han quedado, gente brillantísima, no tienen donde desarrollarse y aportar. La generación de nuestros padres y abuelos entiende esto y hay solidaridad. Por otro lado, y más allá de la crisis que hemos heredado, no todo lo negativo nos ha venido impuesto. Respecto al ethos millennial, tendríamos que ejercer más la autocrítica, salir de algunas de sus feas espirales. Por ejemplo, la relación que mi generación tiene con el consumismo (también el cultural), y con la vanidad (también la cultureta).

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