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Su precio: 500 vacas, tres coches y 10.000 dólares. El comprador: un hombre de 51 años. El "producto": una joven de Sudán de Sur de 17 años. No, no es el inicio de una novela. Es la vida real: año 2018. La terrible historia de la joven que ha sido subastada por su familia en Facebook nos ha dado un fuerte tirón de pelos, para recordarnos que la esclavitud sigue ocurriendo y que, además, se aprovecha de las redes -en este caso la más grande del mundo-.
En Sudán del Sur viven unos 9 millones de habitantes, de los cuales el 80% vive en extrema pobreza (con menos de un dólar diario), según datos de la ONU, y sigue siendo un país donde los matrimonios forzados son una práctica recurrente. El último caso que llamó la atención ocurrió este 3 de noviembre en Juba, capital de Sudán del Sur. Pero la trama y posterior subasta comenzó una semana ante, el 25 de octubre.
Según reportó la ONG por los derechos de la infancia Plan International, el 25 de octubre apareció publicado un post en Facebook, en el que salía retratada la joven Nyalong Ngong Deng Jalang, seria, con un rostro inexpresivo junto a un hombre sonriente. El mensaje de la familia era claro: el mejor postor se quedaría con su hija de 17 años. Hasta el momento se sabe que al menos cuatro hombres, entre los que figura un político, pujaron por la chica. "La han rebajado a una mera mercancía”, reclamó Philips Anyang Ngong, abogado especialista en derechos humanos a The Associated Press. Fue “la mayor prueba de abuso y tráfico de una menor y de subasta de un ser humano”, añadió.
El ganador de la subasta es un empresario millonario de Juba llamado Kok Alat, y el 3 de noviembre, nueve días después de publicar la subasta, la joven se vio obligada a contraer matrimonio. La menor pasó a ser la novena esposa del hombre.
Según informa AP, Facebook retiró la publicación el 9 de noviembre, seis días después, y ya era demasiado tarde.
El caso llegó a Plan International después de que causó polémica en medios locales, pero no precisamente por la terrible subasta humana, sino por la elevada cantidad que ofreció el millonario. Y es que en uno de los países más pobres del mundo tres coches (Toyota Land Cruiser V8), 500 cabezas de ganado (lo usual en ese país son 30 o 40) y 10.000 dólares parece una verdadera millonada. Los medios locales, que en vez de indignarse y denunciar este tipo de esclavitud, frivolizaron la situación a tal punto de llamarla "la novia más cara de África".
Sudán del Sur tiene una tradición cultural profundamente arraigada de pagar dotes por las novias, que generalmente consisten de ganado. También es tradicional casar a niñas menores. Aunque se ha proscrito esa práctica, el 40% de las niñas se casan antes de cumplir los 18 años, según el Fondo de Población de la ONU.