actualidad

Emma Stone: "Si seduzco, es por mi excentricidad"

Es una de las mejores actrices de su generación, pero su actitud independiente, natural y humilde hace que su virtuosismo parezca un juego. Ahora, la ganadora del Óscar por La La land se da el lujo de protagonizar Maniac, una serie psicodélica, y La favorita, una película de época inclasificable con la que está probando sus límites.

Haz click en la imagen y descubre las famosas que, como Emma Stone se atreven con el cambio de look radical, de rubias a morena./getty

Haz click en la imagen y descubre las famosas que, como Emma Stone se atreven con el cambio de look radical, de rubias a morena. / getty

Isabelle Girard

Reconvertida en una verdadera reina de las metamorfosis, Emma Stone no deja de deslumbrar al mundo con el poder de sus interpretaciones. Quizá por eso, a sus 30 años, es la actriz más valorada de Hollywood. Tras ganar el Óscar en 2017 por su papel como aspirante a estrella en La La Land, no ha dejado de añadir nuevos registros a su carrera: acaba de coproducir y coprotagonizar Maniac una inclasificable serie de Netflix (dirigida por Cary Fukunaga, padre de True Detective); e interpreta su primer papel en una película de época en La favorita, de Yorgos Lanthimos, ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Venecia, que se entrenará el 4 de enero en nuestra cartelera. La cinta, en la que la crítica ha querido ver reminiscencias de Stanley Kubrick, le ha permitido alternar con otras dos grandes de la interpretación: Olivia Coleman (sustituta de Claire Foy en The crown), que da vida a la reina Ana Estuardo, y Rachel Weisz, en el papel de su consejera, con quien el personaje de Stone se disputará la confianza de la monarca. Un triángulo femenino en disputa, en tiempos de sororidad, pero también una sátira de los usos cortesanos del s. XVIII, con lucha de clases incluida.

Dominar la ansiedad

La infancia de Emma Stone transcurrió en el estado de Arizona. “Fue mi universidad”, confiesa. Demasiado calor para la blanquecina piel de una pelirroja. Había escorpiones y serpientes de cascabel por todas partes, reptando entre las piedras. La joven pasaba las horas más calurosas del día en casa, al fresco, viendo películas con su padre para escapar de la canícula. “Eran, sobre todo, comedias musicales de los años 70, en las que salían chicas bailando con cardados en el pelo. Se me pasaban las horas volando. Ahí es donde me empezó a picar el gusanillo del cine”.

Pero no fue consciente de que algún día sería actriz hasta los 13 años, cuando su psicólogo le sugirió que hiciera teatro para calmar la ansiedad y los ataques de pánico . “Mi madre siempre me decía que tenía los nervios a flor de piel”, recuerda. En los escenarios aprendió a canalizar sus emociones y a dominar su sensibilidad extrema. Pero un día, al acabar un ensayo de teatro, tuvo una revelación casi mística: tenía que mudarse a Hollywood. Y tenía que hacerlo de inmediato. ¿Cómo podía convencer a sus padres? Con ayuda de un amigo –con método y de forma concienzuda– hizo un esquema con Powerpoint en el que anotó los inconvenientes, pero sobre todo las ventajas, de vivir en Los Ángeles. Y su familia le compró la idea: “Mi madre se vino conmigo”.

Al principio tuvo que emplearse a fondo: un casting tras otro, rechazos en serie, la moral por los suelos, papeles de segunda fila en películas para adolescentes, apariciones esporádicas en series como Malcolm o Medium… La joven actriz encajó esa etapa iniciática con la abnegación y la humildad de las personas apasionadas, estudiando por correspondencia y trabajando para ganarse la vida en un comercio singular: la Three Dogs Bakery, una panadería para perros. Solo ella podía conseguir un trabajo así. “Bueno, estaba enfrente de mi casa –se defiende–. Yo no forcé el destino y, además, siempre me han gustado los perros”.

La indomable

Jamás me ha apetecido interpretar a la típica tonta que intenta seducir chicos guapos".

En Hollywood existe la leyenda de que Emma Stone no le tiene miedo a nada. Y menos a ser objeto de burlas. En los programas de televisión se expresa como un torbellino, se sube a las mesas, baila, canta y besa a los presentadores, que a veces se ven sobrepasados por tanta energía indomable. Es, digamos, el extremo opuesto a Angelina Jolie: con esos ojos claros y ese cabello que se transforma, sucesivamente, en rubio, pelirrojo y castaño, lo suyo es una naturalidad de vecina adorable.

“Creo que, si puedo resultar seductora, es por mi excentricidad, mi risa fuerte, mi voz áspera, mi indisciplina… Fue Diane Keaton la que me hizo atreverme a ser yo misma”. Y así lo demuestran los papeles que elige. “Hasta ahora no había interpretado a femmes fatales o mujeres hipersofisticadas. Es algo superior a mí. Me encanta divertirme, teñirme el pelo y flirtear con todos los registros que no implican, necesariamente, sacarle partido a mi figura. Jamás me ha apetecido interpretar a la típica tontita que intenta seducir a chicos guapos”, dice.

Su primer éxito importante llegó en 2007 con la comedia Supersalidos, de Greg Mottola. A partir de ahí empezó a encadenar experiencias profesionales de lo más diversas: se sumergió en el humor negro con la comedia de terror Zombieland (2009), interpretó a una chica rebelde en Rumores y mentiras (2010) y encarnó a una mujer evanescente en Magia a la luz de la luna (2014), de Woody Allen, quien la considera simplemente “ la mejor actriz de su generación”.

Un giro inesperado

“Sus motivaciones son puramente artísticas”, aseguraba recientemente el actor Woody Harrelson, su compañero de rodaje en Zombieland. Y Ryan Gosling, con quien ha trabajado en tres películas, incluida La la land, no deja de llenarla de elogios, hasta el punto que ella ha confesado: “No concibo mi vida sin Ryan”. Él, claro está, estuvo a su lado la noche en que se llevó el Óscar a la mejor actriz. “Era como estar volando. Fue un momento increíble, inolvidable y surrealista”.

Estoy abierta a cualquier experiencia. Por ejemplo, ser madre sería maravilloso".

La estatuilla le dio “la confianza que necesitaba para perseverar en este oficio”, reconoce. Y esa confianza se ha visto reflejada en el golpe de timón que ha dado con Maniac, una de esas series de Netflix que deja a los críticos rascándose la cabeza, ya que ni Jonah Hill, su compañero de reparto “entendió nada” del guion según a confesado, y se embarcó en la producción solo por ella. Con la serie, Stone aborda un nuevo capítulo de su carrera. Alocada y llena de matices, la miniserie es una parábola cáustica de un mundo hiperconectado que, cada vez más, conduce a la soledad. “Tiene todo lo que me gusta: es sombría y humorística a la vez. Pero, sobre todo, quería trabajar con Cary Fukunaga, uno de los guionistas, realizadores y productores con mayor talento de su generación”, asegura la actriz.

Su interés profesional está más que justificado, ya que en el futuro se ve a sí misma como productora: “Hay tantas cosas que hacer, que aprender y que denunciar. Cuando actué en Criadas y señoras, por ejemplo, comprobé hasta qué punto una película podía transmitir un mensaje. Pude experimentar, como actriz, lo que fueron las leyes segregacionistas en EE.UU. y me sentí orgullosa de participar en una película que ha marcado a millones de personas”.

Pero a sus 30 años, los sueños de la pelirroja actriz son ahora más personales que profesionales. “Puedo decir que he cumplido los de mi juventud: ejercer un oficio que me gusta, tener amigos muy queridos y estar implicada proyectos excitantes”. ¿Qué cree que le falta en este momento de su vida? “Espero ganar en serenidad con la edad y estoy abierta a cualquier experiencia. Por ejemplo, ser madre sería maravilloso”, dice con una sonrisa.

No te pierdas...

-Cómo copiar en Zara el truco de estilista genial de Emma Stone

-Atrévete con las flores en el pelo como Emma Stone

-El 'collarbone cut' de Emma Stone va a ser el corte pelo de 2019

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?