Julieta luce una chaqueta de Georges Rech Paris, en El Corte Inglés. Los pendientes son de OSB Vintage. / cristina lópez

actualidad

Julieta Serrano, cómo ser una chica Almodóvar a los 86 años

A sus 86 años, es pura memoria viva. Una mujer lúcida y vivaz sin intención de retirarse. "¿Para qué? ¿Para morirme de aburrimiento?". Ahora vuelve al cine para interpretar a la madre de Almodóvar en Dolor y gloria.

Julieta Serrano conserva mucho de aquella niña "tímida y asustada" que se crió en el duro Poble Sec barcelonés de la posguerra. Menuda, pero en absoluto frágil, con esos ojos vivaces que le dan un aire de eterna adolescente, muestra una evidente curiosidad por los que tiene alrededor, como si aún le sorprendiera ser ella la que despierta tanto interés. Su lucidez es proverbial y no tiene rasgo alguno de divismo.

De familia humilde, hija de una modista y un administrativo, fueron sus abuelos, dueños de una compañía de zarzuela, los que le inculcaron el amor por el teatro, pero también el pavor a esa dura vida del comediante que ya habían transmitido a su padre. "Supongo que fue un actor frustrado, por la forma en que actuó conmigo", medita. Pero la niña que recitaba poemas subida a una silla demostró desde pequeña cualidades para el arte. Dibujaba notablemente, así que fue a una escuela de artes y oficios y, por las tardes, asistía a clases de teatro en una buhardilla del Institut del Teatre, donde coincidió con otra jovencísima Nuria Espert. A los 14 años, trabajaba ya en un taller de esmaltado suntuario, dibujando motivos que luego se convertían en orfebrería, y actuaba para compañías amateurs "que me buscó mi padre, pero advirtiéndome que iba a ser "un hobby, no una carrera". Lo demás, hasta el premio Nacional del Teatro concedido el año pasado, es ya historia de la escena, el cine y la televisión.

Aunque no se considera "para nada dotada de humor", Julieta se convertiría en los años 80 en personaje clave de dos de las más osadas comedias del cine español: fue la madre superiora de Entre Tinieblas (1983) y la madre (algo) psicópata de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), dos de los clásicos de Pedro Almodóvar, quien casi tres décadas después, ha vuelto a contar con ella. Y sí, otra vez para hacer de madre. Pero no una cualquiera: en Dolor y gloria [estreno, 22 de marzo] es el trasunto de Francisca Caballero, la madre del propio director.

Blusa roja de Martino Midali y pendientes de OSB Vintage. / cristina lópez

  • Mujerhoy ¿Cómo ha vivido este reencuentro con Almodóvar tantas décadas después? Julieta Serrano De la forma más natural. Llevaba desde Átame sin trabajar con él, pero simplemente porque no se había dado. Creo que si tenía algún papel de señora mayor pensaba, lógicamente, en Chus Lampreave, a la que siempre le iban a la perfección los personajes de Pedro. Pero nunca me sentí abandonada u olvidada. Aunque hemos llevado vidas muy aparte, Pedro me ha regalado muchas cosas. El éxito mundial de Mujeres..., pero también aquella jornada en Venecia, donde Entre Tinieblas dejó a público y prensa en shock. Cuando me llamó ahora, me sorprendió porque hacía mucho tiempo que no nos veíamos. No me imaginaba que quisiera ofrecerme un papel, pero me hizo mucha ilusión. Luego, cuando leí el guion, lo comprendí. Pedro ata todo exquisitamente bien: la película va de reencuentros y reconciliaciones, de la gente del pasado, de los años 80... Encajaba que quisiera volver a trabajar conmigo. El recuerdo es una materia presente en la película todo el rato.

  • Mujerhoy Además interpreta a esa madre que recuerda tanto a la de él... Julieta Serrano Bueno, Pedro nunca lo expresó así. Tampoco que Antonio Banderas fuera un trasunto suyo. Eso no se comentó en el rodaje. Yo iba a interpretar a la madre de un director de cine. Es verdad que en un encuentro para preparar la secuencia entre Antonio y yo, le insinuó cosas sobre su físico que... eran de él. Por supuesto, una lee el guion y algunas de sus indicaciones te dejan translucir que está hablando de su propia vida, pero fue muy sutil.

  • Mujerhoy ¿Le explicó por qué, al menos, quería que fuera una madre algo áspera, en el ocaso? Julieta Serrano Estaba ya en el texto. Es una madre que pide cuentas, sí. Que de algún modo está revisando su vida pasada: está en un punto límite, del que sabe que no va a volver, y se atreve a decirle a su hijo cosas que no le ha dicho nunca. No es una madre complaciente, ni sentimental, ni ñoña. Aunque le quiere muchísimo, le pone los puntos sobre las íes.

  • Mujerhoy ¿Ha encontrado a un Almodóvar distinto a aquel joven que la dirigía en los 80? Julieta Serrano Pedro en este rodaje ha estado muy tranquilo. Y ha sido muy cálido. Después de tantos años sin trabajar con él ni verlo con continuidad, no sabía cómo iba a ser. Pero ha sido todo muy afectivo, y eso que Pedro en los rodajes no habla mucho. Es curioso, porque en los 80 perdía más el tiempo [Risas]. Charloteábamos todo el tiempo, estábamos de guasa, nos reíamos e inventábamos sobre la marcha. Aunque él siempre lo tenía todo muy claro. Y eso que en aquella época tenía tal cantidad de cosas en la cabeza que a veces se le iban. Entonces no hacía nada por contenerse y ahora sí.

Hay que tener más memoria, recordar lo que fue la dictadura y, sobre todo, conservar lo que hemos ganado y no dar marcha atrás".

  • Mujerhoy Comenzó usted muy joven en el teatro. ¿Por qué decidió marcharse de Barcelona a Madrid? Julieta Serrano Era la posguerra, Cataluña y Barcelona eran un desierto, había una represión evidente a la cultura catalana... Pero yo nunca cogí la maleta y me fui. Yo era una cobardica y lo sigo siendo. Y tampoco creía en mí. Además, ya trabajaba y me ganaba la vida y ayudaba en casa. Pero José Luis Alonso pasó por Barcelona con la compañía de Tamayo y me vio en una obra en el taller de Miguel Narros. Le parecí muy buena actriz, así que me ofreció hacer una gira... Y me lié la manta a la cabeza. Pero yo siempre volvía a Barcelona. A cada obra que me salía, creía claramente sería la última y volvería a casa y se acabó. Pero no ocurría: llegaba a Barcelona y ya me reclamaban para otra. Así estuve unos siete años, pensando que se iba a acabar. Qué poca confianza tenía. Hasta que me di cuenta de lo estúpido que era ir y venir todo el rato. Y ya me busqué un sitio para vivir y me quedé en Madrid.

  • Mujerhoy Con Nuria Espert tuvo su primer encontronazo con la censura. Con la obra Las criadas, de Jean Genet, en 1969. Aquí se prohibió, pero ustedes la llevaron al Festival de Belgrado y ganaron el principal premio y el Ministerio de Cultura tuvo que estrenar. ¿Tenía conciencia política en aquella época? Julieta Serrano Pues claro, pero porque mis padres eran republicanos. Yo viví la guerra y aún más la posguerra, que fue dura, dura, dura. Para que entiendas como funcionaba la censura: primero ellos censuraban el texto y expurgaban todo lo que consideraran no apropiado, o sea las ideas. Luego el censor acudía al teatro a ver el montaje. Las criadas en concreto se hacía en un programa doble con una obra breve de Fernando Arrabal. Cuando el censor vio el montaje de Arrabal, se le debieron de poner los pelos de punta y el programa completo se prohibió. Los grises se plantaron en la puerta, algo inaudito, y nos quedamos en la calle. Pero Nuria y Armando [Moreno, su marido] lograron rescatar Las Criadas, ya sin lo de Arrabal. Se estrenó casi de tapadillo en Barcelona y, a través de Víctor García, que la dirigía, nos invitaron a Belgrado. Eso permitió que finalmente la estrenáramos en Madrid.

  • Mujerhoy Es fascinante cómo en la misma década podía estar en Las Criadas y, a la vez, dar sus primeros pasos en el cine en comedias de Mariano Ozores... Julieta Serrano Hice con ellos solo dos películas, la primera de pareja de José Luis López Vázquez y la segunda con Alfredo Landa. Lo que pasa es que yo era una actriz "dramática", mi físico era serio. No tenía las características de las mujeres que él buscaba, ni creía tener dotes especiales para la comedia. Por aquella época tampoco es que una dijera que no a las películas porque no le gustaran. Esto me permitió conocer otra parte del oficio. Y me llevó finalmente a Mi querida señorita (1972), de Jaime Armiñán, que fue nominada a los Óscar. Una película fantástica, y muy importante, que me amplió los horizontes en el cine.

  • Mujerhoy Esa fue una de las películas que marcaron la Transición. ¿Cómo vivió esos años y la muerte del dictador? Julieta Serrano Pues como casi todo el mundo: con una inmensa alegría. Bueno, como una parte del mundo, porque hoy ya vemos que otra parte no lo vivió así, y esa parte sigue viva... Bueno, no vamos a hablar de ellos. Recuerdo aquellos años de forma frenética: se crearon muchas cooperativas para montar textos que antes ni soñábamos con poder llevar al teatro. Aquello fue una descarga, como volver a respirar.

  • Mujerhoy El año pasado interpretó Dentro de la Tierra, una obra que viene a decir que la "España negra" puede ser tanto una realidad como un estado mental. ¿Usted vivió esa "España negra"? Julieta Serrano Y parece que vuelve ¿no? Con lo que ha pasado en Andalucía... Bueno, no quiero ni mencionarlos, como dice Pedro. Hay que tener un poco más de memoria, recordar lo que fue aquella dictadura de verdad, no lo que te dicen que fue esos que no la vivieron. Y, sobre todo, conservar lo que hemos ganado, no dar marcha atrás.

Almodóvar me ha regalado muchas cosas: Mujeres..., pero sobre todo la madre superiora de Entre tinieblas. El reencuentro ha sido muy cálido".

  • Mujerhoy ¿Existía feminismo en los 70, tal y como lo comprendemos ahora? Julieta Serrano Evidentemente, en el terreno del espectáculo, las mujeres no estábamos tan constreñidas. Se nos consideraba quizá inmorales, pero teníamos más libertad. O menos represión. Yo no, yo sí me reprimía, pero por todo ese ambiente de miedo de mi infancia, por no dañar a mis padres... Para ser sincera, mi libertad fue algo que tuve que ir conquistando poco a poco. Digamos que me apunté a vivir cosas que estaban pasando a mi alrededor, superando mis propias barreras. Eran cosas que vivía en el escenario, pero que no era capaz de vivirlas en la realidad.

  • Mujerhoy Hay algo que destaca mucho en su biografía: ese sentido de sororidad femenina, de hermandad, que vivió con Nuria Espert, pero también con sus grandes amigas Alicia Hermida y Berta Riaza. Ahora mismo, cuando Riaza está ya desgraciadamente deteriorada por la edad, están ustedes encargándose de ella... Julieta Serrano Estamos todos pendientes, sí. Pero creo que más Nuria y Alicia, y también está Jaime... Yo sigo sobre los escenarios, y tengo giras... Pero, como vivo en el mismo edificio que ella, para mí es más fácil pasarme a ver cómo va todo. Pero esto lo hacemos entre todos: somos una familia. Puedes llamarlo sororidad o lo que sea. Cuando estaba en el taller de esmaltados, éramos casi todas chicas y allí ya nos apoyábamos mutuamente. Realmente, visto con perspectiva, sí que era una amistad con un fondo muy feminista. Y no he cortado mi relación con alguna de ellas: las sigo viendo cuando voy a Barcelona o ellas vienen a Madrid. Siempre he sido muy amiga de mis amigas. No veo la forma de no serlo. Yo aprendí mucho de las mujeres que han compartido cosas conmigo, siempre he vivido ese compañerismo. En el teatro nunca he sentido competitividad, ni que me hicieran la zancadilla, sino todo lo contrario. Incluso cuando me vine a Madrid y vivía en pensiones de mala muerte porque no podía pagarme otra cosa, las casas de estas amigas siempre estaban abiertas para mí. Eran familia.

  • Mujerhoy Nunca se ha casado, algo que parece común a muchas mujeres que vivieron en sentido estricto el patriarcado durante la dictadura... Julieta Serrano Eso pesó mucho, sí. El que no hubiera divorcio, el que necesitaras la firma de un hombre para hacer cualquier cosa... Yo, desde luego, siempre he considerado el contrato matrimonial algo con cierto tufo patriarcal. Eso de los papeles me echaba mucho para atrás. Ese "para siempre" no iba conmigo. Y eso que mi familia era republicana, pero muy humilde: tenían ese concepto de la "libertad hasta cierto punto". Muy marcada por la moral. Y el "qué dirán", algo siempre tan presente, tan terrible... Nunca contemplé el matrimonio.

  • Mujerhoy También decidió no tener hijos. Eso sí que no parece propio de las mujeres de su generación. Ni siquiera hoy es fácil expresarlo para muchas. Julieta Serrano Por eso admiro mucho a mujeres más jóvenes, como Maribel Verdú, que lo dicen abiertamente sin menospreciar a las que los quieran tener. Yo la verdad es que nunca sentí esa pasión por tener hijos. Viví 10 años con Enrique, mi pareja, y en algún momento nos lo planteamos, pero realmente ganábamos muy poco dinero. Así que siempre lo dejábamos para más adelante. Pero al final nos separamos y me hice demasiado mayor.

  • Mujerhoy Ha trabajado también para muchas más mujeres directoras que otras actrices de su generación: Josefina Molina, Cecilia Bartolomé, Chus Gutiérrez, Mireia Ros... Julieta Serrano Esto es casual. No ha sido algo particularmente buscado: simplemente, surgió así. Pero sí, insisto, siempre me he llevado muy bien con las compañeras. Debe de estar en mi carácter. O en el de ellas: Nuria [Espert] es la más grande, pero trabajar con ella es siempre precioso, no hay ni sombra de rivalidad ni esas tonterías que se achacan a la profesión.

  • Mujerhoy En 1983 estrena Entre tinieblas. Parece que a esa "niña asustada" no le importa nada interpretar el personaje osado y revulsivo de una monja lesbiana y heroinómana... Julieta Serrano Entre tinieblas es lo mejor que he hecho en el cine en toda mi carrera, no tengo ninguna duda. Pero para ese año, creo que ya habíamos roto muchas cadenas. Y yo ya confiaba muchísimo en Pedro. Mi única inseguridad era enfrentarme al humor. De hecho, leí el guion y no sabía cómo abordar el personaje. Y pensé: "Bueno, ya me dirá él cómo lo tengo que hacer". Y eso fue lo que sucedió.

  • Mujerhoy Muchos piensan que ese es su primer trabajo con Almodóvar, pero a usted ya aparece brevemente en Pepi, Luci, Bom... y otras chicas del montón (1980). Julieta Serrano Es que conocí a Pedro en el año 1976, cuando íbamos a hacer una versión de La casa de Bernarda Alba dirigida por Ángel Facio. En esa obra, salían unas mujerucas del pueblo, que además aparecían como volando del techo, porque era un montaje especial. Pedro era amigo de Ángel Facio y este le ofreció uno de esos papeles de mujeruca. Ahí me hice amiga de Pedro. Lo conocí en su salsa, cuando era un joven, con toda la naturalidad que la fama, irremediablemente, porque es así, le ha ido quitando. Entonces comenzó a rodar Pepi... Total que una vez hablando con Carmen Maura le comenté que yo creía que no tenía sentido del humor, que todo el mundo me veía como una actriz seria, demasiado dramática y que por eso no me llamaba nadie para hacer comedia. Y algo le debió decir a Pedro porque me metieron en ese papel extravagante que sale en la película.

  • Mujerhoy ¿Sigue dibujando? Julieta Serrano Pues no, desgraciadamente no. Siempre me digo que, cuando deje de trabajar tanto, me pondré con ello otra vez. Pero finalmente dedico mi tiempo más a ir al teatro, al cine o a salir con los amigos. Los pocos que van quedando, claro, porque van desapareciendo. El año pasado, que se cumplían mis 60 años de carrera, he de confesar que pensé en retirarme. Me dije: "Monta una fiesta y despídete de una vez". Paré un poco el ritmo, pero veía pasar el tiempo y me aburría. Y yo no me voy a retirar para morirme de aburrimiento. O de depresión. Prefiero que mejor me retire la vida.

Tantas veces Pedro

Almodóvar contactó con Julieta Serrano tras varios años sin verse para hacer Dolor y gloria, donde interpreta un trasunto de la propia madre del director manchego: "Es una mujer que pide cuentas, que está en un punto límite, del que sabe que no va a volver y se atreve a decirle a su hijo cosas que no le ha dicho nunca. Nada ñoña".

El reparto de 'Dolor y gloria' junto a Pedro Almodóvar. / nico bustos