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Ha pasado más de un siglo y todavía el feminismo sigue provocando debates encendidos. Sigue sin estar claro qué es y qué es lo que reivindica. Todavía hoy, hay quien cuestiona el movimiento y peor aún quien encuentra en la palabra feminismo un significado negativo, lejos de su verdadera esencia que es igualdad.
La charla del Santander WomenNOW Summit arranca con una pregunta que parecería simple, pero es más compleja de lo que creemos. Soy mujer y por ese motivo ¿tengo que ser feminista? La realidad dicta que no, así lo explicaba la directora de cine y activista Mabel Lozano: "Hay mujeres que a veces sienten el feminismo como algo sesgado y negativo. Algunas incluso creen que el feminismo es la supremacía de las mujeres. Y eso no es así. Feminismo es igualdad". Y es que tanto ella, como las demás ponentes, -Leticia Espinoza, Adriana Scozzafava, Victoria Ortega, Ana Irusta-, consideran que es importante que informemos qué es el feminsimo. " Estamos aquí porque hubo feministas que nos permitieron estar hoy", recuerda Lozano.
Y cuando se habla de feminismo con adjetivos solo una cosa queda clara, que no existe tal cosa como " soy feminista, pero". Y es que entre todas las ponentes han concluido que cualquiera que crea en la igualdad es feminista sin peros.
Cuotas de mujeres ¿bien o mal?
Quizá no sea la salida ideal, pero es la necesaria. Al menos, así se expresó en la charla"Soy mujer, ¿soy feminista? El postfeminismo". "La discriminación positiva es una medida cortoplacista, sí, pero necesaria porque permite empezar a crear referentes. En mi mundo, el del cine, solo somos 37% mujeres cineastas, así que este tipo de cuotas nos permite llegar y ser referentes de las nuevas generaciones. Es importante. Además, por otra parte ninguna de las mujeres que entran a una industria por una cuota es mala trabajadora. Porque en cualquier industria si no vales te vas, eso es así. Las que han llegado a donde han llegado es porque son talentosas", puntualiza Lozano.
Conciliación
Tener una vida laboral exitosa y la vez una vida personal plena es complicado de conseguir. Y en este caso no solo para las mujeres, los hombres también se ven absorbidos por sus trabajos, labores que no les permiten compartir más tiempo con sus hijos, con su familia, incluso con sus amigos.
Todas coincidieron en que se necesita crear jornadas de trabajo diferentes. "En España se premian las horas presenciales y eso es incompatible con la conciliación. Deberíamos aprender a organizar nuestras jornadas, unas que nos permitan tener vida más allá del trabajo. No se puede coinciliar cuando entras a las 8 de la mañana a trabajar y sales a las 8. Se tiene que cambiar el modelo, debemos empezar a poner el foco de atención a las personas, y trabajar según objetivos y no por horas presenciales", añadió Lozano.
Y otra importante arista de la conciliación es la educación. Para que los hombres compartan las tareas del hogar, la crianza de los hijos, etc, que durante años se han relegado solo a las mujeres, es importante educar. Lo cierto es que la mayoría de hombres han vivido como alejados de esta realidad, por eso es importante que se eduque a la nueva generación en igualdad. "Eso sí, la educación en compartida, tener una sociedad igualitaria depende del padre y de la madre. Todos tenemos que educar a nuestros hijos. Y la sociedad tiene que dejar de culpabilizarnos, culpabilizarnos porque los hijos no son buenos, por esto y por lo otro. Se trata de ser corresponsables", explicó Lozano.
El 8 de marzo
El gran logro del 8 de marzo es que el feminismo ya salió del mundo intelectual y se democratizó, salió a las calles. Las mujeres anónimas de todas las edades, de todos los sectores salieron juntas a exigir un mundo igualitario.
" Seguir alzando la voz. Pide lo que tengas que pedir y educa", con esta reflexión se dio por finalizado el debate.
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