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En la foto tomada por la usuaria de twitter Lana H. Haroun, Ala’a Salah luce el tradicional toub sudanés -una túnica blanca- y pendientes en forma de luna dorada, mientras recita subida a un coche un poema revolucionario. La fotografía se hizo viral y se convirtió en un símbolo de la revolución que pedía la renuncia del expresidente de Sudán, Omar Al-Bashir.
Una línea en el poema que leyó reza: "La bala no mata. Lo que mata es el silencio de la gente ", un verso popular que ya fue entonado previamente por manifestantes en reuniones anteriores.
La protagonista de la fotografía declara para el diario británico The Guardian “ el día que hicieron la foto, fui a diez encuentros diferentes y leí un poema revolucionario. Hizo que la gente se entusiasmara. Al principio encontré un grupo de seis mujeres y empecé a cantar, y ellas empezaron a cantar conmigo y el grupo se hizo realmente grande”.
De acuerdo con las opiniones de Hind Makki, periodista experta en el mundo islámico, la elección del atuendo de la joven no es casual. Aparentemente el blanco representa tanto a las mujeres que trabajan en oficinas en las ciudades como a aquellas del medio rural agrícola. La periodista sugiere una conexión del blanco del vestido con el algodón, fibra textil que supone una importante exportación en Sudán. Por otro lado, sus pendientes aluden a la joyería tradicional Nubia, una comunidad tribal de Sudán. Y sigue la informadora “Su atuendo completo es también un homenaje a la ropa que vistieron nuestras madres y abuelas sudanesas en los años sesenta, setenta y ochenta mientras marchaban por las calles manifestándose contra las dictaduras militares anteriores".
Después de gobernar el país africano durante 30 años, la oleada de protestas en contra de Al-Bashir consiguieron al fin deponerlo el pasado 11 de abril. Actualmente se encuentra en prisión. La constitución de Sudán ha sido suspendida y se ha declarado estado de emergencia de tres meses. No obstante, y a pesar del anuncio de expulsión del mandatario, los enfrentamientos con las fuerzas públicas continúan. Miles de sudaneses rechazan la creación de un gobierno militar de transición de dos años, y reclaman el establecimiento de un nuevo Gobierno civil.
Ala’a Salah que parece una reina Nubia en los medios, era y es una chica corriente. Estudia Arquitectura e Ingeniería en la Universidad de Jartum. Es hija de una diseñadora de moda y de un constructor. Le gusta cantar. Su performance inmortalizado por la cámara de otra chica corriente, se ha convertido en la imagen de un movimiento político de protesta que pone voz también a la historia de las mujeres sudanesas. Podemos atribuir al levantamiento estos poderes, pero seremos más precisas si decimos que son ellas las que, por puro derecho, se han valido de él para recuperarla.
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