actualidad
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Entrar en una escuela Hjalli es colarse en un entorno educativo en el que los niños –varones y hembras- hablan sobre sus sentimientos, se miran a los ojos y se comunican con palabras llenas de afección y respecto. De acuerdo con las declaraciones de su fundadora para El País, una investigación en Reikavik con niños de nueve años encontró bullying en todos los centros educativos islandeses menos en los suyos. El 8% de los niños finlandeses de entre 18 meses y 9 años acuden a estos colegios, mayormente concertados con los ayuntamientos. Este tipo de docencia esboza el milagro de la igualdad de sexos para las generaciones venideras.
Sobre el artífice de Hjalli
Detrás de este sistema está Margrét Pála Ólafsdóttir, una educadora y filántropa islandesa que ha escrito numerosos libros y artículos sobre igualdad de género, pedagogía y educación, tanto para padres como para académicos. También es conocida como consultora, profesora y analista, y ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su trabajo.
Niños del futuro
La misión educativa del m étodo Hjalli tiene tres pilares: Igualdad, creatividad y democracia. Y esto se consigue con una manera innovadora de plantear el trabajo en el aula. Por ejemplo, para garantizar la igualdad, el sistema promueve que los niños trabajen en grupos pequeños de un solo sexo durante la mayor parte de su jornada escolar. Esto sirve para liberarlos de los roles de género tradicionales y del comportamiento estereotipado, y para garantizar que las niñas y los niños reciban atención e igualdad de oportunidades en el aula. El uso de los uniformes escolares, que los hace a todos semejantes, también contribuye a darles un sentido de pertenencia.
Porque el mundo necesita nuevos enfoques, desde este sistema se fomenta el pensamiento imaginativo e innovador, y se trabaja con materiales que permiten a los niños desarrollar su ingenio, como plastilina, almohadas, mantas, agua, arena… materiales polivalentes que permiten múltiples respuestas.
Todos los días se habla sobre democracia y se exige a los niños que hablen en público, que expresen sus deseos frente al grupo, y compartan sus opiniones e ideas de manera positiva.
El éxito de la fórmula islandesa
El país nórdico lleva desde 1975 abriendo camino hacia la igualdad de género. Mientras empezaban a sucederse manifestaciones de mujeres en otros continentes, en ciudades como en Nueva York o Leeds, el 24 de octubre de ese mismo año, en Islandia se manifestaban 25.000 mujeres en Reikiavik, hartas de su escasa representación política, y de estar mal pagadas. Esta manifestación no fue sorprendente solo por su afluencia – representaban la quinta parte de la población femenina- sino también porque ese mismo día, el 90% de la población femenina se declaraba en huelga laboral. Incluso las amas de casa se rebelaron para demostrar lo indispensables que eran.
Hoy Islandia está a la cabeza del informe del Foro Económico Mundial sobre la paridad de género durante nueve años consecutivos. ¿Cuál es el secreto del éxito de este pequeño país? Acción colectiva y voluntad política. Pero ante todo gracias a la solidaridad de las defensoras de los derechos humanos que desafían y protestan por el monopolio del poder en manos de los hombres.
Educación, la fórmula de la igualdad
La educación: el eje del empoderamiento de las mujeres