María lleva vestido de Carmen March, joyas de Elixa y zapatos de Pura López. Dani, camisa vaqueros y deportivas de Levi’s. / chesco lópez

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María León y Dani Rovira: ¿Por qué la comedia es una cosa tan seria?

Ante la cámara ejercen de cómicos, pero cuando se apagan las luces y caen las máscaras reflexionan muy en serio sobre la difícil alquimia del humor, sus (supuestos) límites y su capacidad de servir de catarsis o de fuga en situaciones de crisis.

Si, como cantaba Raffaella Carrà, “para hacer bien el amor hay que venir al sur”, parece que para hacer reír a carcajadas hoy, en España, hay que venir de allí. Pero más allá del cliché de la gracia andaluza, María León (Sevilla, 1984) y Dani Rovira (Málaga, 1980) representan muy bien un tipo de comedia que juega con el humor local y nuestras diferentes idiosincrasias, ese que en los últimos años arrasa en taquilla. Rovira, que se había dado a conocer como monologuista y humorista televisivo, se convirtió en icono nacional junto a su hoy expareja Clara Lago con Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez Lázaro, 2014), que le valió un Goya al Mejor Actor Revelación. María León poseía linaje cómico. Y aunque su verdadero salto lo dio en el drama La voz dormida (Benito Zambrano, 2011), con la que ganó junto al resto del reparto la Concha de Plata en San Sebastián, fue su hermano Paco León el que la catapultó a icono cómico nacional, junto a su madre Carmina Barrios.

Lo hizo en una serie de modestas películas que venían a actualizar con inusitado sentido del gag la tradición del humor pícaro-folclorista español: Carmina o revienta y Carmina y Amén, a más gloria de la matriarca de la familia. Una revitalización expeditiva de unos tópicos sobre el sur marginal, pero vital, que funcionaba tanto en el plano sociológico como en el humorístico; una vuelta de tuerca al humor localista que, en el caso del cine español, incluye los omnipresentes conflictos nacionales de nuestro estado autonómico; pero ahora también, con Los Japón, nuestro lugar en el mundo.

Los Japón (estreno, 28 de junio) está dirigida por otro malagueño, Álvaro Díaz Lorenzo, y cuenta la historia de una familia andaluza que, casualidades del destino, se convierte en heredera del imperio nipón. Las diferencias entre nuestra cultura y la japonesa suscitan una cascada de situaciones cómicas que, en manos de un Dani Rovira en el papel de adorable manipulador manipulado, y una María León más leona que nunca (en formato “madre que lo puede todo”), se convierte en un auténtico festín para sus fans.

  • Mujerhoy Ambos son los reyes de la comedia en España. ¿Es el momento de reivindicar el oficio de cómico o se sienten más cómodos en el más amplio de “actor”? María Léon Yo con lo que me siento más incómoda es con la palabra “reyes”, la verdad.

  • Dani Rovira Ahí has estado muy fina, María. Yo no creo que en España tengamos una visión reñida entre los oficios: yo tampoco sé si llamarme cómico, humorista, monologuista... Aunque si vas a rellenar un formulario donde te preguntan la profesión, uno tiende a poner “actor”, que es más fácil. Pero yo he sido antes cómico que actor. Eso es verdad.

  • M.L. En tu caso, ser monologuista, que es ser un cómico, es todo un género. Para mí es un piropazo. Es un oficio: hay tantas “comicazas” en este país, tenemos tan gran tradición.

  • D.R. De hecho, tú y yo nos conocimos en El club de la comedia hará unos siete años. Yo todavía no había hecho cine y mi primer contacto con los actores fue allí. Un día te tocaba con Amaia Salamanca, otro con Canco Rodríguez, otro con María León... Era un subidón conocer a gente que estaba en otra liga.

  • M.L. ¿Liga? ¿La nuestra? Liga la que teníais montada entonces en El club de la comedia. Que llegábamos allí y lo teníamos que hacer, pero sin dominar como vosotros las claves de un género tan específico... Ser cómico es una profesión muy difícil. Y Dani Rovira sí está en esa liga. Yo soy solamente una actriz que disfruta haciendo comedia...

Ante una situación de tristeza, pienso que donde voy a estar mejor es sobre un escenario"

DANI ROVIRA

  • Mujerhoy Pero su fuerte, por lo que se ha hecho célebre, es por esa capacidad proverbial suya de saltar de la comedia al drama, de hacer tragicomedia. M.L. Ahí sí que tiro a la piscina. Porque lo que más me gusta de ser actriz es poder jugar con las emociones. Esos pequeños cambios de tono que se producen en un segundo y que te llevan de la comedia al drama, o al revés. A mí la televisión me ha dado esa rapidez [chasquea los dedos] que es vital para la tragicomedia.

  • Mujerhoy ¿Creen que el público es consciente de que el cómico no deja de ser humano, de que puede tener un mal día y aun así está obligado a salir a un escenario a hacer reír a la gente? D.R. El público no suele ser consciente de muchas cosas. Es que de eso se trata. Pero es verdad que también puedes tener un día nefasto o te puede haber ocurrido alguna desgracia, y tienes que cumplir. Aunque, y esto es una realidad, ante una situación de tristeza, muchas veces pienso que dónde voy a estar mejor que subido a un escenario durante una hora y media. Para mí es catártico.

  • M.L. Yo este oficio siempre lo planteo desde el juego. Y para jugar, para lograr contar eso que pone que tienes que contar, es forzoso que te olvides un poco de ti misma. Dani es de los pocos actores que he coincidido que, como yo deja el móvil aparte cuando trabaja. No estamos en esas. Y para eso hay que concentrarse en disfrutarlo, no en lo demás. En Los Japón, además, Dani y yo llegábamos cansados al rodaje porque habíamos participado en muchos proyectos, todos muy seguidos.

  • D.R. El problema no es solo la tristeza, que es muy poética. Es que es todo: el frío, el calor, el cansancio, el sueño, la incomodidad de la ropa que llevas... Vamos que a mí me cuesta más hacer comedia cuando estoy aterido de frío, que cuando tengo un bajón.

  • Mujerhoy ¿El humor en Andalucía es una institución o es un tópico? M.L. Yo creo que los andaluces sí tenemos una cosa en común: cantamos tanto las penas como las alegrías. Hay una musicalidad concreta en Andalucía. Pero, por suerte, en España, donde vayas hay un humor distinto en cada pueblo.

  • Mujerhoy El éxito de Ocho apellidos vascos parece haber hecho más porque los españoles nos reconciliemos que los políticos... D.R. Sobre todo, ayuda a quitarle hierro al asunto. Aun así, estando el país como está, sigo convencido de que son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan. No es realista que pretendamos ser tan diferentes en un territorio tan pequeño. Todo esto lo alimenta la crisis económica, la poca altura de muchos políticos, una prensa que está ideológicamente implicada y que alienta esas discusiones torpes y sin argumentar de las redes sociales... Sufrimos una crispación que no había hace ocho años.

  • Mujerhoy ¿Por qué ahora sí? M.L. Este tipo de humor que juega con los rasgos locales, desde Ocho apellidos vascos a la serie Allí abajo, en la que participo, lo que hace es que podamos –y hasta veamos bien– el reírnos no del otro, sino con el otro. Pero, sobre todo, de nosotros mismos. Nos hace ver que no somos tan diferentes si retiramos la máscara ideológica. Y que te puedas ver reflejado en el vasco, el andaluz, el catalán...

Camisa y pantalón de Carmen March. / chesco lópez

  • Mujerhoy ¿Dirían que la autocrítica es una virtud de los españoles? D.R. España se caracteriza por tener un sentido del humor muy concreto. Pero igual que otros países. La sociedad que no tiene sentido del humor, que no tiene un lado sarcástico y crítico, o incluso bufonesco, está condenada al narcisismo, al sentimiento de ofensa continuo y a la censura...

  • Mujerhoy Pero ¿estarían a favor de ponerle límites al humor? M.L. Yo creo que la libertad es lo que nos une. Y esa libertad tiene que estar del lado del espectador. Me refiero a que no todo es humor ni todo vale, pero tampoco vale ofenderse por tonterías.

  • D.R. Este es un debate eterno, muy difícil. Yo creo que la gente pone el límite al humor en los temas que le tocan personalmente. Y me parece muy egoísta: nos podemos reír de todo menos de lo que nos atañe. “Lo mío no se toca; lo de los demás, fenomenal”.

  • M.L. Efectivamente, ahí está el problema.

  • D.R. Para mí hay un humor, en cierto contexto, que puede ofenderme. Por supuesto. Pero también sé que voy a luchar con uñas y dientes para que esa persona siga haciendo el humor que quiera, a pesar de que a mí no me guste. Me limitaré a no consumirlo. Pero igual que no vuelvo a un restaurante que no me ha gustado. Lo que no haría nunca es intentar es que cierren ese restaurante para que no coma nadie más.

  • Mujerhoy A usted [Rovira], le ha pasado de tener ofendidos en sus redes por un comentario personal, por dar una opinión o hacer un chiste. Gente que ataca desde la impunidad del anonimato. D.R. Creo que lo mejor que puedes hacer en ese caso es respetarte, tener tu escudo y pasar del tema. Si subo cualquier cosa y alguien me viene con un exabrupto, le bloqueo. Luego te dicen eso de “hay que ver tu sentido de la libertad de expresión”. Y no: claro que te puedes seguir expresando, pero en mi casa no entras a cagarte en la alfombra. Por pura educación.

Este oficio me lo planteo como un juego, y para jugar debes olvidarte de ti misma".

MARÍA LEÓN

  • M.L. Esto puedes ponerlo como quieras: yo las redes sociales me las paso por ahí. Leo lo que me interesa, busco la noticia que me interesa. Sí que es verdad que participo en Twitter, en Instagram, me gusta jugar en las redes, estar, pero hay una cierta intimidad que me gusta mantener. En el fondo, me siento obligada a tener que contar cosas sobre mí. Y esta obligación no me gusta nada. Esta nueva generación conectada, este mundo multipantalla... pues es muy útil para muchas cosas, incluso decisivo para otras. Pero cuando se convierte en algo destructivo, cuando veo que no me lleva a ninguna parte, automáticamente lo aparto.

  • Mujerhoy La popularidad, que ambos adquirieron tan rápidamente, ¿les condiciona en su día a día? ¿Les ha cambiado la vida? M.L. Es una circunstancia que te hace crecer hacia otro lado, como todo en esta vida.

  • D.R. La misma persona ya no puedes ser. Pero lo mismo que te cambia la popularidad, le cambia a un carpintero el mudarse de local o de barrio. A mí, con el boom de la película Ocho apellidos vascos, me preguntaban constantemente si había cambiado. Y no: yo hago esfuerzos por ser la misma persona. Lo que sí que ha cambiado es mi contexto. No puedes emperrarte en seguir llevando una vida absolutamente normal si cambia lo de fuera; que lo intentas, pero no puedes. Por ejemplo yo, en Semana Santa en Málaga, no me voy a meter en la calle Larios. La gente está demasiado pendiente de ti, quieras o no. Y son muchos los que quieren algo: una mirada, una sonrisa, unas palabras... Porque es verdad que hay muchísimo cariño, pero a veces tienes que salir escopetado.

Camiseta de Tod’s, pantalón de Hermès y deportivas de Levi’s. / chesco lópez

  • Mujerhoy Supongo que les abordarán muchas personas, incluso alguna buscando algún tipo de intimidad… M.L. Esto es muy común ahora, también por esta cosa de las redes sociales. Hay gente que se acerca y que rápidamente te dice que te conoce y admira tu trabajo y eso a veces es muy bonito. Pero cuando se te acerca alguien y te pide hacerse una foto contigo y ni siquiera sabe lo que has hecho, o te confunde con otro... Eso no sienta tan bien. Y pasa mucho. Pero cuando notas admiración y reconocimiento sincero, es todo un regalo.

  • D.R. Efectivamente, es un regalo. Hay una cosa que a mí me juega en contra muchas veces, que es que la persona te conoce, te admira, pero no es del todo consciente de que solo ha visto lo mejor de ti. Y hay que estar equipado para asumir su decepción. Vienen con una visión de ti tan idealizada, que lo único que puede suceder es que al final se decepcionen. Es algo que he ido asumiendo. Hay gente que piensa que uno es todo gracia, todo chispa... Y en la realidad yo soy una persona muy tranquila, muy callada. No soy ni siquiera particularmente sociable.

  • M.L. Y ellos esperan constantemente que les hagas un chiste.

  • D.R. Y no lo haces. Sé que, desde que soy una persona conocida, he decepcionado a muchísimas personas.

Cuando la gente se acerca a ti, con una visión idealizada, lo más normal es decepcionar"

DANI ROVIRA

  • Mujerhoy ¿Cómo fue el rodaje en Japón, un país tan extremadamente protocolario y distinto al nuestro? D.R. Dentro del primer mundo es, desde luego, el país más distinto. Me pareció muy bizarro, divertido y loco todo. Porque son excesivamente protocolarios en algunas cosas y muy caóticos en otras. También son muy infantiles en unos temas y muy sofisticados en otras.

  • M.L. Y son extremadamente amables, pero luego te están mintiendo descaradamente por pura amabilidad.

  • D.R. Parece como si estuvieras en un capítulo de la serie Black Mirror.

  • Mujerhoy Pero, ¿creen ustedes que si los japoneses rodaran la trama de esta película pero a la inversa, con un japonés heredando el trono español, el español monárquico sería capaz de tomárselo a risa? D.R. Yo sí me reiría mucho. Sobre todo porque creo que la percepción japonesa estaría tan alejada de nuestra realidad como la nuestra de la de ellos. Y eso me haría mucha gracia.

  • M.L. Yo la vería, eso seguro.

  • Mujerhoy Dani, usted ejerce una gran labor filantrópica a través de la entidad que formó con Clara Lago. ¿Cómo surgió el proyecto de la Fundación Ochotumbao? D.R. Es una fundación con tres objetivos claros: las personas, los animales y el medio ambiente. Porque estas tres cosas cubren absolutamente el espectro de todo lo desfavorecido que puede haber en el planeta. Y como ni a Clara ni a mí nos afectaba directamente nada –quiero decir, somos realmente unos privilegiados–, digamos que lo hemos hecho solo desde la conciencia. Creo que asumimos que este poder que nos había dado la prensa, o nuestra propia exposición pública se podía usar para bien.

  • Mujerhoy ¿Eran conscientes del trabajo que suponía? D.R. Éramos lo suficientemente conscientes como para embarcarnos en ello. De hecho, el proceso de creación de la fundación fue bastante duro, tedioso... Hay una parte fea, burocrática, estatutaria... Lo que pasa es que, en cuanto despega y comienza a funcionar, es tan bonito... Si te metes en la página web [www.ochotumbao.org] verás que acabamos de terminar una maratón de spinning, que hizo Clara, y que con todo lo recaudado vamos a ayudar a limpiar un tramo del río Guadarrama. También hemos publicado el libro Habla de nosotros (Valparaíso, 2018) [un volumen colectivo en el que participan, junto a Lago y Rovira, muchos otros artistas y escritores], con el que se van poder recaudar unos 30.000 euros que servirán acondicionar a los primates que están en un centro de protección de animales.

El humor nos hace ver que no somos tan didferentes si nos quitamos la máscara ideológica".

MARÍA LEÓN

  • Mujerhoy ¿Creen que se está despertando una conciencia social más acusada en los españoles? M.L. Meter a todos en el mismo saco y compararnos con el mundo lo veo muy complicado. Yo, francamente, creo que en el mundo hay poca conciencia. Y me incluyo la primera. Ni con el feminismo, ni con el cambio climático, ni con los derechos humanos. La gente es muy egoísta en sus pretensiones, todos ansían llegar a un lugar... y no vamos a llegar a lugares distintos. Vamos a llegar todos al mismo. Y no será muy bonito si seguimos sin hacernos cargo de nuestras responsabilidades.

  • Mujerhoy ¿La profesión se ha quitado el miedo a las represalias por las declaraciones colectivas, como las del “No a la guerra”? M.L. Yo espero que sí.

  • D.R. El miedo a las listas negras está ahí, no nos engañemos. Encuentro muy lícita y muy normal la posición del actor que no se manifiesta públicamente: está en su derecho. En mi caso no es ya una cuestión política, sino de buscar una determinada justicia social.... Por ejemplo, yo estuve en un acto de Manuela Carmena porque había una propuesta de una concejalía de protección animal; y si hay un partido que va a apoyar algo así, cuenta con mi interés, sea quien sea. Pero yo he perdido campañas publicitarias porque se han tergiversado cosas que he dicho sobre ciertos temas. Aunque luego duermo muy tranquilo.

  • M.L. Es muy triste que el mundo funcione de esta manera. Pero es peor el miedo. Para eso está la gente valiente y que es honesta consigo misma. El miedo no vale para nada.