Ursula Von Der Leyen, la mujer más poderosa de la Unión Europea

El suyo es un nombre de mujer para la Historia. Hija de un alto funcionario alemán de la antigua CEE, nació en Bruselas, adonde ahora regresa para ser primera presidenta de la Comisión Europea. Allí creció en una burbuja, montando a caballo y estudiando en un colegio internacional. De esa educación le quedó un perfecto dominio de varias lenguas, excelente oratoria y una cortesía inmaculada de la que deja constancia en el cuerpo a cuerpo político de los debates más ásperos: nunca pierde la sonrisa, pero tampoco da su brazo a torcer.

Su vida adulta comenzó cuando, con su familia amenazada por el terrorismo del Ejército Rojo, tuvo que mudarse a Londres y vivir con una identidad falsa protegida por Scotland Yard. Se matriculó en Economía, pero los 70 fue una década de efervescencia y alguna vez ha reconocido que en esa etapa vivió más que estudió: "Londres era el epítome de la modernidad, de la alegría de vivir y de probarlo todo. Esa experiencia me dio una libertad interior que he mantenido hasta hoy, y también la constatación de que las distintas culturas pueden llevarse bien juntas".

Cuando regresó a Alemania se doctoró en Medicina y trabajó como ginecóloga hasta que se casó con un compañero de universidad y lo dejó todo para formar una familia de siete hijos. Durante unos años ejerció en exclusiva de esposa y madre. Pero a los 45 cumplidos, cuando el menor de sus retoños sopló cuatro velas, cerró el paréntesis e inició su carrera política en el partido Unión Democráta Cristiana. El de Merkel. En 2005 la canciller la nombró ministra de Familia y ha sido la única con cartera en sus cuatro mandatos.

Desde que llegó al poder, Von der Leyen abrió a la prensa las puertas de su casa, una magnífica propiedad con caballos, siete niños haciendo galletas y, a cargo de la intendencia doméstica, un marido sin remilgos para contravenir los roles tradicionales. Ser madre y profesional es (o debería ser) posible. Ese era el mensaje. Como ministra, creó 500.000 nuevas plazas de guardería e impuso la baja por paternidad.

Leal a Merkel, pero también a sus principios, ha defendido la discriminación positiva y el matrimonio homosexual. Un verso suelto en un partido que, con frecuencia, encuentra demasiado liberal a esta madre de familia numerosa y cristiana practicante. El periodista Daniel Goffart eligió para su biografía un título a su medida, Canciller en la reserva. Y, sí, tras asumir las ingratas carteras de Trabajo y Defensa, se rumoreó que aspiraba a suceder a Merkel. Pero, finalmente, ejercerá su influencia desde la cúspide de la UE. Su sueño, dice: unos Estados Unidos de Europa.