La cantante Kylie Minogue. / gtres

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Kylie Minogue: "Me arrepiento de las mentiras que me he dicho a mí misma"

De ídolo adolescente en los 80 a ser reconocida como leyenda en el festival de Glastonbury, la incombustible cantante australiana tiene nuevo álbum y parece haber conquistado (casi) todos sus demonios.

Kylie Minogue brilla. Obvio, siendo adorada por millones de fans desde los años 80, cualquiera podría imaginar que la chica dorada de la cultura pop flota a unos centímetros del suelo, en perpetuo estado de luminosidad. Además, se ha pasado la tarde bailando para el fotógrafo y, como ella misma apunta, "debo de estar brillando con todo este maquillaje". Pero no, su brillo no es cosa del maquillaje y los polvos irisados. Con un nuevo álbum recopilatorio en el mercado, 51 años cumplidos y una nueva pareja, dice que está feliz. "No puedo contarte nada, pero puedes leerlo todo aquí -dice señalando su propio rostro sonriente-. He conocido a una persona con la que me siento bien. Me siento muy a gusto".

Después de las fotos, se sienta con las piernas cruzadas en el sofá de un estudio londinense, su cuerpo de 165 cm enfundado en un vaporoso vestido lencero. Se ha escrito mucho sobre sus excesos con el bótox, algo que ella misma admitió hace una década, pero ahora se la ve bella y natural, con unas finas líneas en su rostro, pero aún así muy lejos de aparentar su edad. Habla tan bajito que a veces cuesta escucharla y, además, contesta muchas preguntas con una risita. Aparenta ser todo delicadeza y suavidad, aunque en el fondo tenga unos nervios de acero. "Nadie me ha regalado nada -afirma-, pero era mi destino, yo nací para esto".

Kylie lleva en mi vida desde que tengo memoria. Yo tendría unos cinco años, pero recuerdo haber visto una cinta de VHS con sus vídeos durante meses. Más tarde, Fever (2001) y Aphrodite (2010) -esos CDs rayados por el uso- formaron parte de la banda sonora de mis 20 años. Así que entrevistar a Kylie es para mí una prueba mayor: intento parecer profesional mientras me contengo para no tocarle la cara y parecer muy fan. Y no soy la única.

Un tesoro nacional

En 2005, cuando, con 36 años, anunció que había sido diagnosticada de cáncer de mama, las manifestaciones de apoyo de los fans y de la prensa fueron enormes. Y cuando ha terminado alguna de sus muy publicitadas relaciones, el mundo siempre se ha puesto de su lado. Es, tal vez, la única artista no británica considerada un "tesoro nacional" por la prensa inglesa. De hecho, el diario sensacionalista The Sun llegó a poner en marcha una campaña para que su trasero fuera considerado Patrimonio de la Humanidad ya que, adujeron, cumplía con el requisito de ser un "Área de excepcional belleza natural".

La marca Kylie ha logrado lo que parecía imposible: triunfar durante tres décadas, acumular discos de oro y platino y lograr la adoración global sin mayores escándalos de por medio. Ojo, puedes subestimarla, pero bajo tu propio riesgo. Porque ser Kylie, dice ella misma, "da muchísimo trabajo y genera grandes dosis de inseguridad. No siempre es como lo ves en el producto final. Hubo veces en las que pensé: "No puedo más2... Pero ya sabes, tienes que asimilar esos bajones, porque siempre llegan. No es un camino de rosas, ni mucho menos". Luego añade, tras una pausa: "Pero tal vez si fuera de otra manera, tampoco sería tan bueno al final".

Para ella, su vida privada es un "tesoro", aunque admite haber sacrificado algo de su privacidad. Sin duda, en gran parte por sus sonadas relaciones, que han sido carne de paparazzi durante años. La más mediática de todas: la que sostuvo con Michael Hutchence, el recordado cantante de INXS, entre 1989 y 1991. Seis años después de la ruptura, Hutchence se suicidó.

"En la fiesta de mi 50 cumpleaños bebí solo una copa de champán y estuve bailando toda la noche. Fue un subidón".

Después, durante cuatro años, salió con el actor francés Olivier Martinez, que la acompañó durante toda la época en la que le diagnosticaron cáncer. "Oli siempre estuvo allí", dijo la cantante en 2006. Rompieron en 2007, aunque 10 años después aún había rumores de reconciliación [rumores que ella nunca ha comentado]. Durante cinco años estuvo con el modelo español Andrés Velencoso, y luego se comprometió con el actor británico Joshua Sasse, 20 años más joven que ella y con quien empezó a salir en 2015. La cantante dijo a la prensa que Sasse era "su amor" y anunciaron su compromiso en 2016, pero rompieron un año después. Meses más tarde, él se casó con una empresaria australiana.

Intentar que todo esté bien

Puede parecer todo un poco triste, pero su firmeza aparece rápidamente. "Tú has pasado por rupturas, te han roto el corazón...", comienzo a decirle, pero ella me interrumpe de inmediato. "No sé si diría que me han "roto el corazón"... He cometido errores...". "¿Como cuáles?", pregunto. " Me arrepiento de haberme mentido a mí misma, por ejemplo. De haberme dicho: "Todo está bien" y hacer la danza de la alegría. ¿Sabes? ¿Como cuando hay algo dentro de ti que sabe que no, no todo está bien, pero estás muy ocupada intentando que lo esté? Me arrepiento de haber hecho eso. No es justo para una misma y, sin embargo, todas lo hemos hecho alguna vez, todas hemos pasado por ahí. Pero no me veo cayendo en lo mismo ahora. Ahora estoy con alguien con quien me siento bien". Minogue lleva un año saliendo con Paul Solomons, director creativo de la edición británica de la revista GQ. Cuando hablamos de él se le ilumina el rostro. "Puedo sentir como me cambia la cara. La gente me lo dice todo el tiempo: "Te cambia la cara cuando hablas de él". Y creo que es así. Debe ser la felicidad. Es un tío divertido, talentoso, inspirador. ¡Y tiene un trabajo de verdad!".

Por lo general, la pareja pasa los fines de semana en su casa del exclusivo barrio londinense de Knightsbridge viendo documentales en Netflix -"Nos encantó Las cintas de Ted Bundy, a mí me daba miedo verla sola"- o escuchando podcasts. Es él, dice Minogue, quien suele encargarse de la cocina. "Pero ojo, también me ha hecho cocinar a mí. Es el primero que ha sido capaz de hacerlo. Estoy harta de que en mi familia la broma más habitual sea que no sé cocinar".

Su familia sigue viviendo en Australia. Sus padres, Ron y Carol, trabajaban como contable y bailarina, y su hermana pequeña, Danii, siguió los pasos de Kylie como cantante pop. También tiene un hermano menor, Brendon. Son una familia unida, que se envía mensajes diariamente y habla a menudo. Supongo que son muy sobreprotectores con los novios de Kylie, pero ella me cuenta que al verla tan bien, "ya le querían [a Paul Solomons] antes de conocerlo, y después de conocerlo lo quieren más".

Aunque mantiene su acento australiano, lleva viviendo en Londres desde los años 90 y el Soho es su territorio favorito. "En esa época estaba metida de lleno en la vida nocturna de la ciudad", dice. Hoy, por lo general, solo se desvela cuando está de gira. Su última juerga memorable fue la de su 50 cumpleaños, hace un año. Rick Ashley y Jake Shears [el líder de la banda Scissor Sisters] actuaron para ella. "Me acosté como a las cinco de la mañana, pero no bebí más que una copa de champán esa noche. Estuve hablando y bailando, fue un subidón de vida".

"A los 36 años tenía en mente tener hijos, pero el cáncer lo cambia todo. No quiero vivirlo como un duelo".

Es significativo que Minogue tenga la energía para bailar hasta las cinco de la mañana a una edad en la que muchas mujeres están pasando por las incomodidades de la menopausia. De hecho, ella ya pasó por eso. Como suele ocurrir con las mujeres jóvenes que han atravesado un cáncer, Kylie tuvo una menopausia médicamente inducida durante el tratamiento para suprimir los niveles de estrógenos. En alguna ocasión declaró que le hubiera encantado formar una familia. Es un tema difícil de sacar, pero no puedo evitar preguntarle si ella siente que ese tren ya pasó. "No pasa nada, puedo hablar de eso perfectamente -dice-. Yo tenía 36 años cuando fui diagnosticada. Siendo realista, probablemente eran los últimos años en los que podía haber ocurrido... Pero aunque lo tenía en mente, el cáncer lo cambia todo. No quiero vivirlo como un duelo, pero a veces sí me pregunto cómo hubiera sido. Luego todo el mundo te dice que hay opciones, ya sabes, pero no sé. Tengo 50 y estoy cómoda con mi vida ahora mismo. Tengo que ser tan filosófica como pueda. Tienes que aceptar el lugar en el que estás y vivir con ello".

Aquellos maravillosos años

Nacida y criada en Melbourne, Minogue se convirtió en una superestrella con solo 18 años gracias al papel de Charlene en el culebrón australiano Neighbours [Vecinos, que comenzó en 1985 y continúa en antena]. La boda de su personaje en 1987 fue vista por más de 20 millones de personas en el Reino Unido. Pero a pesar de no tener formación profesional en canto o baile, lo dejó todo para dedicarse a la música. Su álbum debut, Kylie, publicado en 1988, estuvo en el número uno de los rankings durante seis semanas. Desde entonces ha lanzado 13 discos, además de docenas de recopilatorios, directos y remixes. Ahora acaba de publicar Step Back in Time, su último álbum de grandes éxitos. "Ha sido genial" dice. Tuvo que contenerse al escuchar algunas de las pistas más antiguas. "Piensa que grabé Locomotion cuando tenía 18 o 19 años. ¡Era tan tan joven y me sentía tan mayor!". Sacude la cabeza con aire de perplejidad.

La cantante acaba de terminar su Golden Tour [con el que pasó por el Festival Cruïlla de Barcelona], seis meses de shows por Europa y Australia que culminaron con su presentación, por primera vez, en el capítulo de " leyendas" del Festival de Glastonbury, un lugar que han ocupado antes Dolly Parton, Barry Gibb o Lionel Richie. "No sé cuanto tiempo me queda hasta que mis rodillas y caderas de "estrella" empiecen a protestar -se ríe-. Seguramente me dirán algo como: "Tía, llevas en este negocio mucho tiempo, es hora de parar un poquito, ¿no?". En ese momento interviene su representante: hay un coche esperándola para llevarla a otro sitio. " Siempre amenazo a mi equipo con que voy a jubilarme", dice con un guiño, como asegurando que le quedan décadas de carrera. Con eso se despide. Brillando.