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Élite: cuatro de sus protagonistas nos cuentan lo que puedes esperar de la segunda temporada

Fue una de las series revelación del año pasado, con un cóctel infalible de hormonas adolescentes, conflictos sociales y thriller. Ahora, Élite estrena temporada, con más secretos y tabúes rotos. Cuatro de sus protagonistas, dos de las veteranas y dos nuevas incorporaciones, nos lo cuentan.

De izq. a dcha., Georgina Amorós lleva vestido de Teresa Helbig y bailarinas de Pretty Ballerinas; Claudia Salas, total look de Valentino; Danna Paola, top de Zara, pantalón de Max Mara; y Ester Expósito, vestido de Fendi, zapatos de Úrsula Mascaró, lencería de Valentino, diadema de Zara y pendientes de Tous. / Pedro Walter

guillermo espinosa

¿Cuál es la importancia real de la adolescencia hoy? Todos hemos sido adolescentes y nuestra capacidad empática con ese momento en el que abandonamos la cápsula protectora de la niñez para entregarnos a los acuciantes placeres y los angustiosos problemas que perfilarán la vida adulta, parece no conocer límites... e incluso resultar adictiva. Quizá por eso triunfan series como la española Élite ( Netflix, que el 6 de septiembre estrena su segunda temporada), o como Por trece razones (en la misma plataforma) y Euphoria (HBO). Son contenidos dirigidos a los hijos que también disfrutan sus padres, en algo que no podemos calificar de “placer culpable”: ni los conflictos, ni el engrandecimiento melodramático con que los viven, ni su factura técnica y narrativa impecables justifican por sí solos el fenómeno.

“Los adolescentes somos el futuro”, reconoce Ester Expósito, una de las actrices revelación de la primera temporada de Élite, que con 17 años comenzó a interpretar a Carla, hija de una familia aristócrata. Ahora tiene 19 y sigue siendo de las más jóvenes. “Hay que contar lo que nos pasa. Nunca se nos ha escuchado de verdad, no se habla de nuestra realidad. Nos enfrentamos a problemas que para nosotros tienen muchísima importancia”, reflexiona.

No se equivoca. La adolescencia importa, en un momento en que parece alargarse. Los adultos necesitan comprender los problemas y crisis de unos jóvenes que viven en casa pero son cada día más herméticos y desconfiados. Porque sus aún maleables personalidades perfilarán los valores éticos, sociales y políticos de una sociedad por venir.

Sexo, conflictos y lealtades

Para los que no hayan visto la serie, Élite narra la llegada a un colegio para ricos de unos alumnos de clase media y baja, becados por un constructor corrupto para subsanar su mala imagen por el hundimiento de un colegio público. Los conflictos generados por la diferencia de clases, los prejuicios religiosos –una alumna es musulmana–, la xenofobia, el bullying, el tráfico de drogas y la delincuencia, o las lealtades de pertenencia a un grupo o a la propia familia se intercalan con elementos psico-emocionales: las inseguridades, la competitividad, la incipiente y audaz libertad sexual, las salidas del armario y hasta los problemas vinculados al VIH. Todo organizado en torno al asesinato de una compañera de clase, Marina, que queda esclarecido, pero no resuelto judicial ni emocionalmente, en la primera temporada.

DANNA PAOLA. Mexicana, 24 años. La puedes conocer por: es una estrella de las telenovelas mexicanas desde su infancia y una conocida diva del pop latino juvenil, con tres discos publicados. Su personaje es: Lu, la hija de unos diplomáticos. Es la mejor estudiante de la clase, pero también la más mala, sarcástica y clasista de todos. En la segunda temporada: conoceremos más los motivos que la hacen ser así, sus orígenes y su profunda soledad. Su frase: “Todos tenemos un lado oscuro”. (Jersey de Pedro del Hierro, falda de Valentino y Diadema de Zara.) / pedro walter

De las cuatro actrices de este reportaje, dos pertenecen al elenco original: Ester Expósito, curtida en thrillers televisivos (Vis a vis) y cinematográficos (Cuando los ángeles duermen, 2018); y la mexicana Danna Paola (24 años), actriz infantil de telenovelas en su México natal, pero también cantante de éxito con tres álbumes publicados y, posiblemente, el motivo más evidente del triunfo de la serie en Latinoamérica, donde es una estrella. Aunque en la serie no la veamos cantar –“Lu no canta, no le pega nada al personaje”, confiesa–, hay alguno de sus temas en la banda sonora. Paola interpreta a la malvada de la serie, una Lu inteligente, competitiva y con el sarcasmo siempre en los labios, en la que palpita esa maldad tan afín a los personajes de clase alta de las telenovelas latinas, que ella borda. “Lu se ha apoderado de mí, me ha dado nuevas perspectivas para pensar y ser. Me ha aportado valentía y fuerza para decir lo que realmente quiero sin poner muchos filtros, para ser directa y valiente conmigo misma y con los demás. El personaje es una hija de perra, muy lista, pero es muy divertida la manera en que hace las cosas. La odias y la amas a la vez. Y creo que, de alguna manera, saca mi alter ego a relucir... Todos tenemos un lado oscuro; nadie es bueno ni malo al 100%. Lo he tenido que explorar bastante bien... y me he divertido haciéndolo”, reconoce.

Las recién llegadas

Las dos incorporaciones son Georgina Amorós (21 años) y Claudia Salas (25 años). Georgina, experimentada en thrillers como Bajo sospecha o Vis a vis y en comedias como Es por tu bien (2018), es Cayetana, de apariencia ingenua y amigable, “pura luz, pero también una chica con muchísima determinación, dispuesta a todo por lograr lo que quiere”. Por su parte, Claudia, salida de los escenarios teatrales, ha compaginado su primer papel televisivo en La peste con la nueva temporada de Élite, “saltando de la Sevilla del siglo XVI a un instituto actual en el trayecto del Ave a Madrid: tenía que repasar mis notas en el tren, quitarme un personaje y meterme en otro, casi sin transición”. Ella es la misteriosa Rebeca, destinada a tener un papel significativo por sorprendente: “No le gustan las etiquetas, algo con lo que me identifico. No es la misma persona según con quién esté, pero no por tener muchas caras, sino porque es tan abierta y libre que ni se encasilla ni encasilla a nadie”, razona.

GEORGINA AMORÓS. Barcelonesa, 21 años. La puedes conocer por: sus papeles en Velvet, Vis a vis o la comedia Es por tu bien. Su personaje es: Cayetana, una joven que quiere ser diseñadora de moda. Es nueva en el instituto, y según la actriz, pura luz. Su frase: “Tenemos más información sobre el mundo que las generaciones anteriores”. (Top de Etam y chaqueta de Easy Wear, en El Corte Inglés.) / pedro walter

“El éxito de la serie se veía venir. Tenía todos los componentes para interesar y, encima, se ha hecho bien”, esgrime Ester. Todas reconocen el excelente trabajo en equipo y la pericia de sus creadores: Carlos Montero, especialista en series adolescentes, artífice de Física y Química y el más firme candidato, según los rumores, a ser la persona que se esconde bajo el pseudónimo de Laura Norton, el fenómeno de la chick-lit española; su co-creador, el guionista Darío Madrona; el productor de origen mexicano Francisco Ramos, responsable de buena parte de la comedia y del cine adolescente español de las últimas décadas; y el cineasta Ramón Salazar, autor de películas como Piedras o La enfermedad del domingo, que forzó un mes de ensayos con los actores, extraordinario en una producción televisiva.

El otro punto fuerte de Élite es un elenco de jóvenes intérpretes convertidos ya en estrellas: Danna Paola y Ester Expósito, pero también María Pedraza, Miguel Bernardeau, Jaime Lorente, Miguel Herrán... “Somos como una familia. No había vivido un ambiente de grabación así nunca”, confirma Paola. “No me esperaba ese mes de ensayos –reconoce Georgina–. Porque nos enfrentábamos a lo mismo que nuestros personajes: llegar nuevas a un grupo de gente que ya se conoce. Y con la presión de que la serie la ha visto muchísima gente. Así que entras dándolo todo para ganarte a un público que te va a evaluar, que ha empatizado con los personajes y se ha enamorado de sus tramas. Tú eres un elemento perturbador, tienes que buscarte un hueco”. Claudia reconoce que llegó “como una espectadora más. Y no, no la encajo en la típica serie adolescente. Estoy segura que muchos adultos la disfrutan. A mí me enganchó”, apunta.

Romper con los tabúes

Aunque las fotos de este reportaje apuesten por la belleza serena e inocente, la realidad del éxito de Élite es la contraria: su oscuridad. El poner ciertos temas tabú sobre la mesa, y relacionarlos con menores de edad. “Es importante contar la vida de los adolescentes tal y como es, con su crudeza y su realidad. Últimamente se valora mucho el romper con los tabúes sociales. Y eso hace más realistas las series. Es una forma de activar conciencia sobre ciertos temas, como feminismo, sexualidad, políticas de género...”, reconoce Ester Expósito. Sobre ella recae uno de los pesos de la serie: Carla es quizá de los primeros personajes femeninos adolescentes que, en una serie española, toma las riendas de su sexualidad, explicitando con soltura unos apetitos que la muestran activa, dispuesta a disfrutar de tríos y experimentos. “Eso me encantó del personaje. También la cantidad de capas que tiene, esa capacidad de caer bien y mal al espectador. Es como si lo estuviera viviendo yo misma, me divertí muchísimo –dice con un leve rubor–. Ojalá todas las mujeres pudiéramos ser como Carla, tenerlo tan claro e irradiar esa fuerza”, explica.

ESTER EXPÓSITO. Madrileña, 19 años. La puedes conocer por: Vis a vis o la película Cuando los ángeles duermen. Su personaje es: Carla, la aristócrata que se monta tríos. Es buena y mala a la vez. Conoce la identidad del asesino de Marina. En la segunda temporada: su personaje se oscurece por ese secreto y es más maduro. Su frase: “Los adolescentes somos el futuro”. (Jersey y diadema de Zara y pendientes de Tous.) / pedro walter

“En Latinoamérica somos más conservadores –reconoce Danna Paola–. Élite también ha sido un reto para mí. Al principio, fue fuerte de asumir para mi familia. Pero mucho más para México: me han visto crecer y esta ha sido mi forma de decirles que soy una mujer de 24 años. Creo que todo el mundo está orgulloso con el cambio que he dado”, afirma feliz por su cambio de registro. Ella es consciente de que en Latinoamérica las diferencias de clase son más evidentes que en España, pero apunta “que el mundo es muy clasista, no es cuestión de zonas geográficas. Y esta serie aborda muchos temas importantes, como los prejuicios con el Islam. Todos los que esperaban que fuera muy superficial, se han llevado una sorpresa. Al final, la gente quiere ver eso que no puede contar abiertamente de su vida”, remata.

Los miedos de los padres

La serie juega –porque es una manera de ganarse al público adulto– con las preocupaciones de los progenitores. Ester Expósito reconoce que, a sus padres, la carga sexual de su personaje “no les supuso problema. Mi familia entiende que es trabajo. Me han inculcado cierta libertad, pero también prudencia. Para ellos y para mí, el sexo es bonito y divertido, siempre que sea consentido y a uno le apetezca”, apunta.

“Hoy, con las redes sociales y la cantidad de información, puedes vivir experiencias nuevas a través de los ojos de otros. Y eso te hace madurar antes, porque te enfrentas, aún indirectamente, a conflictos que están fuera de tu órbita”, reconoce Georgina. “Soy partidaria de mostrar las cosas sin demasiado edulcorante, siempre entendiendo que es ficción y que se exageran en función de una trama –apunta Claudia–. Me gusta que la realidad se muestre, sobre todo para generar conciencia sobre algo en lo que debemos insistir: que la mujer es cada vez más libre para decidir sobre su sexualidad y su libertad. Igual que el hombre. Ese pacto de igualdad creo que define la serie. Y es lo que yo comparto, respeto e intento comunicar a los que tengo alrededor”.

CLAUDIA SALAS. Madrileña, 25 años. La puedes conocer: si la has visto sobre un escenario o en la serie La Peste. Su personaje es: Rebeca, una chica que no se encasilla y trata de no juzgar a sus compañeros. Es un misterio que ni la actriz ni la productora quieren desvelar. Quizá porque va a dar más de una sorpresa. Su frase: “Soy partidaria de mostrar las cosas sin demasiado edulcorante”. (Pantalones de Maliparmi, jersey de Pedro del Hierro y pañuelo de Valentino). / pedro walter

“La realidad es esto, señores –dice Ester–. Pero no creo que los padres deban preocuparse... No me refiero a que tomar drogas sea bueno, pero al final muchos jóvenes lo van a hacer. Se trata de abrir vías para que los padres sepan qué les interesa a sus hijos. Es mejor verlo tal y como es, sin vendas en los ojos. El sexo y las drogas no son el mensaje final de la serie, sino cómo te relacionas con la amistad o el amor, cómo se lleva una pareja homosexual, qué problemas tienen los jóvenes, que cosas les atan...”, concluye.

Danna se va a quitar en esta temporada la espinita de sostener el personaje más desdibujado, “una mala que no sabíamos por qué era mala. Ahora vamos a conocer su historia, su familia y qué la motiva a luchar, lo que permite entenderla mucho mejor”. Y apunta algo que le ha enseñado su paso por España, no solo la serie: “ El empoderamiento de la mujer a todos los niveles. A lo largo de mi vida he tenido problemas con muchas mujeres, no me entendía con ellas, siempre había una rivalidad de fondo... Tengo apenas una amiga de verdad en México, aparte de mi madre y mi hermana, y acá he encontrado a mujeres maravillosas con las que compartir y vivir. Ha sido un descubrimiento. Y lo estoy viviendo también en la música: ahora que me he metido a escribir y componer mi próximo álbum, que me he convertido al fin en jefa de mi proyecto musical, me he dado cuenta de que, una vez que tomas las riendas, en este caso de tu carrera, la gente comienza a tomarte respeto. Sabes que has de ganártelo, pero se ha de basar en el trabajo, no en tu género, ni en tu aspecto. Si no te han enseñado esto, es momento de aprenderlo”.