Jersey de cuello alto, mono y zapatillas, todo de Pedro del Hierro / JAVIER LÓPEZ/ ESTILISMO: BELÉN ZAVALA

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Sandra Gago quiere ser wedding planner

Modelo , estudiante, romántica, viajera... Tras su boda con el tenista Feliciano López, ahora sueña con ser wedding planner.

Empezó a trabajar como modelo con apenas 14 años y ha llegado a colaborar con algunas de las agencias más prestigiosas del mundo: Oui Management (París), Established Models (Londres) o The Industry (Los Ángeles), entre otras. En la actualidad, es una de las modelos más conocidas de Traffic Models (España), pero si todo el mundo ha hablado de ella recientemente es, sobre todo, por su boda con el tenista Feliciano López el pasado 20 de septiembre, cuando se cumplían exactamente dos años desde que se vieron por primera vez; un día que, según sus propias palabras, “todavía estoy viviendo e intentando alargar”.

En la moda ya no existe un prototipo de belleza. Hay hueco para diferentes cuerpos y estilos”.

Es consciente de que su imagen tiene más visibilidad ahora, pero se define como una modelo todoterreno capaz de transformarse: “Me gusta manejar mucho el trabajo; tengo 24 años y energía de sobra para hacerlo”. Dice que su seña de identidad es saber adaptarse “a cualquier circunstancia; es una de las características que ahora mismo se busca en las modelos, además de que tengan una personalidad acorde con lo que la firma o el diseñador quieran transmitir. De las modelos se espera que sean profesionales, pero también camaleónicas. Profesionales constantes, trabajadoras, fuertes y que se adapten al medio, la situación y el espacio”. Quizás por eso se identifica con el momento actual de la moda. “Ya no hay un prototipo como antes. Hay diferentes perfiles y bellezas: modelos de pasarela, de fotografía, comerciales, más delgadas, con curvas, bajitas, altas… Hay un hueco para todas y para todos”. De hecho, para ella, si hay un debate actual en la industria es el de “la frialdad; porque a veces nuestro trabajo parece un poco frío, pero no es así”, afirma.

Cuando terminó Bachillerato, Sandra no tenía muy claro lo que quería estudiar. Finalmente, se decidió por Periodismo: “Aún me quedan algunas asignaturas sueltas para terminar la carrera”. ¿Por qué la eligió? Confiesa que no fue tanto por vocación, sino porque “es una formación que no limita ni cierra puertas, y que enseña el trato y el respeto hacia la gente y la lealtad que tienes que tener contigo misma…”.

Gago puede parecer, en las distancias cortas, todo candor (“Muestro la inexperiencia de mi edad, soy consciente. En realidad he vivido mucho, pero no dejo de tener 24 años”, asegura), pero que nadie se lleve a engaño. Su ritmo de vida es, como señala, “el de la incertidumbre, porque en esta profesión se puede trabajar mucho o poco; así que no tengo rutina, ni horario, ni estabilidad”.

Eso es lo que más le cuesta llevar: “ La inestabilidad es complicada en la vida cotidiana... Por eso mantengo el hábito de madrugar y hacer deporte temprano, para pasar luego a organizar mi agenda. Antes practicaba boxeo, que me encanta, pero ahora tengo que proteger mi espalda y he optado por un entrenador personal. Me cuido bastante y esto incluye pasar tiempo con mi familia y amigos, porque tener esos momentos me parece crucial para mi propio bienestar”.

Precisamente, guarda como un tesoro los consejos que le han dado sus padres: “ Nunca pierdas a la gente que más te ha querido, tu círculo más cercano, tus amigas de toda la vida; sigue siendo tú, pase lo que pase; muéstrate siempre discreta; soluciona tus problemas personales en la intimidad; y disfruta de estos años, que son los mejores de tu vida. Sobre todo, sé feliz”. Consejos que mantiene unidos a sus propios principios: “ Respeto y fidelidad; soy muy fiel a mis personas queridas”.

En cuanto a su estilo personal, Sandra apuesta por la firma Pedro del Hierro, porque “me puedo vestir con ella en el día a día; es una firma versátil para personas jóvenes y no tanto. La verdad es que no suelo arriesgar en mis estilismos –explica entre risas–. Suelo recurrir a lo básico, bonito, cómodo y natural. Prefiero no ir recargada. Mi armario contiene una línea de ropa natural y sencilla, no me gusta llamar la atención; y en mi bolso simpre llevo un frasquito de perfume, cacao, crema hidratante y un imperdible. Mis básicos son: zapatillas cómodas –siempre con un poquito de alza–, jeans, camisetas, americana y un buen bolso. Y en belleza: crema hidratante, iluminador, bronceador y labial”, asegura.

Y así vive el día a día... mirando hacia el futuro: “Pienso en una familia, sin duda; en disfrutar del mundo de la moda el tiempo que pueda; y en la que espero sea mi profesión, wedding planner”.