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Un beso al cabezón después de un par de lágrimas. Benedicta Sánchez ( conócela aquí) se alzaba con el Premio Goya 2020 a la mejor actriz revelación y cumplía con todos los pronósticos. A sus 84 años, no tenía otra manera de comenzar su discurso: "Tengo que decirles que la vida te da sorpresas. Esta es una muy grande en toda mi larga existencia".
"Gracias. El Goya... Son infinitas las personas a las que quería dedicárselo. Empezaré por mis padres, que son por los que estoy aquí, los que me dieron la existencia. A mí hija, que me llevo al 'casting'. Oliver Laxe y su equipo, que me trataron como... No creo que haya princesa a la que hayan tratado tan bien como ellos a mí. Gracias por concedérmelo, por mi tierra, Galicia Meiga. Me faltan palabras, familiares, políticos... yo qué sé", continuaba muy nerviosa y superada por la situación.
" ¡Ayúdenme! Díganme cosas para que yo pueda decirlas, porque me quedo enmudecida", pedía al patio de butacas. Abrumada. Sin saber si reír, llorar, hablar... Y lanzaba unas palabras en su lengua materna, porque ella es de Corgo, Lugo: " Eu son galega e quero o Goya tamén para Galiza, a miña terra meiga".
"Quiero decir también que estoy enamorada de España y me siento muy querida", dejaba claro, por si hubiera dado pie a polémica alguna esta mujer a la que la vida le ha dado un regalo incalculable, pero que hacía una tierna petición a sus nietos: " Adrián y Pau, que no se olviden de la yaya, que les quiere mucho".