Capitana Marvel, con una protagonista piloto interpretada por Brie Larson, aumentó el interés de las jóvenes en las Fuerzas Aéreas. / d.r.

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Este es el año de las superheroínas

En 2020 se estrenarán cinco películas de superhéroes protagonizadas y dirigidas por mujeres. Y es un dato más significativo de lo que parece: se trata del género más caro y rentable del momento… y un espacio de poder que ya no nos está vedado.

Este año, iremos al cine a ver cómo la villana Harley Quinn (Margot Robbie) y sus amigas unen fuerzas (y superpoderes) contra un malvado señor del crimen; acompañaremos a Mulán a salvar China de los invasores, disfrazada de hombre; visitaremos Rusia con la supersoldado Viuda Negra (Scarlett Johansson) y salvaremos el mundo, en plena Guerra Fría, gracias a Wonder Woman. Y después de un merecido descanso veraniego, veremos a Angelina Jolie y Salma Hayek enzarzarse en un duelo entre alienígenas milenarios.

Sí, son películas de superhéroes (y, en el caso de Mulán, de acción), y tienen algo más en común: están protagonizadas y dirigidas por mujeres, algo muy raro en el patriarcal Hollywood, donde, hace solo dos años, Wonder Woman era la primera cinta que lograba este doblete. Es más: estas cinco películas se encuentran entre las 10 más esperadas del año, según la web de entradas Fandango, experta en estas de previsiones, y se espera que recauden unos 400.000 millones de dólares.

Con Aves de presa (dirige Cathy Yan, protagoniza Margot Robbie), Mulán (dirigida por Niki Caro, con Yifei Liu); Viuda negra (de Cate Shortland, con Scarlett Johansson); Wonder Woman 1984 (Patty Jenkins y Gal Gadot) y The Eternals (de Chloé Zhao, con Jolie y Hayek) a la vuelta de la esquina, nos preguntamos: ¿por qué es importante el ascenso de las mujeres en un género, sin ánimo de ofender, radicalmente palomitero? En primer lugar porque, en ámbitos masculinos, la presencia femenina visibiliza y abre puertas a la diversidad. Niki Caro lo verbalizó así en un encuentro con la prensa en Madrid: “Cuantas más voces cuenten historias, mejor será el cine. Cuando todos cuenten esas historias desde todos los puntos de vista, cambiaremos el mundo”.

Fotograma de la película Mulán (estreno, 27 de marzo). / d.r.

Cuestión de dinero

En segundo lugar, porque el techo de cristal, en Hollywood como en tantos otros espacios, es económico: solo nueve mujeres han dirigido películas con presupuestos de más de 100 millones de dólares, y tres de ellas (Jenkins, Caro y Anna Boden, directora de Capitana Marvel) lo han logrado con proyectos de acción y superhéroes. Es decir: que haya mujeres dirigiendo estas películas significa, sobre todo, que por fin hay productoras a las que confían grandes presupuestos. Y sí, este avance tiene que ver con la cuarta ola del feminismo, pero, sobre todo, con el hecho de que los primeros experimentos han sido rentables: Wonder Woman fue la tercera cinta más taquillera de 2017; Capitana Marvel, la cuarta de 2019. El año pasado, 15 de las 100 películas más taquilleras fueron dirigidas por mujeres.

No se admiten chicas

Pero la toma de esta fortaleza no se ha logrado sin oposición: un sector de los fans opina que los superhéroes no son cosa de chicas. Capitana Marvel, que se publicitó como película feminista, se encontró con todo un boicot: la web de críticas cinematográficas Rotten Tomatoes vetó a los usuarios la posibilidad de puntuar la película, tras un aluvión de reseñas demoledoras.... antes de que se estrenara. Brie Larson, la protagonista, fue objeto de burla por no sonreír en las fotos promocionales. La actriz respondió publicando en Instagram inquietantes versiones “sonrientes” de superhéroes masculinos. Ha habido más: abucheos cuando se anunció que Natalie Portman sería el nuevo Thor, montajes fan de Vengadores: Endgame que eliminaban a los personajes femeninos... Pero ellas están aquí para quedarse y las cifras dicen que el público las respalda: el 38% de las mujeres ve películas de superhéroes, algo que también está cambiando el tono de los guiones.

Wonder Woman 1984 (estreno 5 de junio). / d.r.

Pero no basta con lograr presencia: hace falta también una buena representación, lejos de los clichés del género (hipersexualización, indefensión a mayor gloria del héroe, motivaciones solo románticas…). En este sentido, Wonder Woman fue una pionera, como explica Elisa McCausland, autora de Wonder Woman, el feminismo como superpoder (Errata Naturae): “Todo en su origen responde al deseo de sus creadores por imbricar el feminismo en la cultura popular”. Pero no todas las películas han estado a su altura. “La hegemonía de lo superheroico como modelo de entretenimiento –dice Elisa McCausland–está coartando la creatividad y el riesgo. Hay que ser muy lúcidas en cuanto a lo que podemos esperar de rompedor y subversivo en estas películas”.

Los cómics en los que se basan, sin embargo, llevan años rompiendo moldes en cuanto a feminismo y diversidad, sobre todo gracias a guionistas como Greg Rucka, Kelly Sue DeConnick o Jason Aaron. Y la televisión, también más audaz que el cine, nos ha dado superheroínas tradicionales (Supergirl), lesbianas (Batwoman), negras (Watchmen), noir (Jessica Jones) y, en breve, musulmanas (Miss Marvel).

Una nueva era

¿Por qué el cine avanza más despacio? “El riesgo es mayor –explica McCausland–. Y la inclusión, más discreta en los productos que han de venderse a todo el orbe, incluidos mercados no muy tolerantes con la diversidad”. Con defectos de forma o de fondo, la hora del relevo ha llegado. Marvel ha anunciado el fin de una era –jubilando a sus héroes más icónicos, Iron Man y el Capitán América– y el inicio de una nueva fase. Todo indica que sus protagonistas serán, al fin, mujeres.

Ver para creer

El poder aspiracional de las películas de superhéroes es indudable. Tras el estreno de Capitana Marvel, en la que la protagonista trabaja como piloto de pruebas, las Fuerzas Aéreas vieron cómo las solicitudes de ingreso femeninas aumentaban un 5%. “Es el efecto Scully –dice Elisa McCausland–, llamado así por la proliferación de vocaciones STEM [científicas y tecnológicas] que inspiró en los 90 el personaje de Gillian Anderson en la serie Expediente X”. El estudio Super Powering Girls, del Women’s Media Center y BBC America, concluyó que las niñas se sienten más seguras de sí mismas y valientes cuando ven en pantalla a superheroínas con las que se pueden identificar. “Si no la ves, no puedes ser como ella –dijo la presidenta de BBC América, Sarah Barnett, en un comunicado–. Con una mayor representación de heroínas, podemos dotar de superpoderes a la siguiente generación de mujeres”.