Assange a la salida del jucio en Londres. / d.r.

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Julian Assange, el justiciero en busca de justicia

Por sus palabras le conoceréis: "En alguna ocasión he pensado en escapar. La mente vuela hacia fuera, pero más me vale no hacerlo; la vigilancia es constante". 60 minutes. Australia, 2015.

Julian Assange empezó a hackear páginas web con 16 años. Al parecer, uno de sus primeros ataques fue a la NASA. El juez le soltó bajo la promesa de buen comportamiento y justificó sus trasgresiones por la inestabilidad de su niñez: tras el divorcio de sus padres, había vivido en 50 ciudades distintas.

Este hombre, de cabello encanecido a los 20 años, acaba de comparecer ante otro tribunal, en Londres: EE.UU. le acusa de espionaje y pide su extradición. Enfermo y enflaquecido tras 10 años en arresto domiciliario, embajadas y prisiones, se enfrenta a 175 años de cárcel.

¿Quién es?:

  • Julian Paul Hawkings nació en 1971, en Townsville (Australia). Su madre, artista, y su padre, constructor, se separaron antes de que naciera. Él lleva el apellido de su padrastro.

  • Se casó antes de los 20 años y tuvo un hijo. En 2015 reconoció a otro.

  • Estudió Programación, Matemáticas y Física, pero no se graduó. En 1994 colaboró con la policía en la búsqueda de menores explotados.

  • Acusado de violación en 2010, el Gobierno sueco pidió su captura. Estuvo en arresto domiciliario y en la Embajada de Ecuador, donde vivió durante siete años.

Su web, Wikileaks, fundada en 2006, ha sacado a la luz más de 10 millones de documentos confidenciales, que desvelaban que los soldados estadounidenses mataban civiles deliberadamente en Irak, que la policía de Kenia ejecutaba a los detenidos sin juicio o que EE.UU. espiaba a sus aliados. Para muchos intelectuales, periodistas y políticos es un defensor de la libertad de información.

Assange en la Embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió. / getty

Pero su figura de soldado de la transparencia se ha ido empañando. Sus revelaciones han acabado en oscuros episodios de espionaje, como la exposición de los correos confidenciales del Partido Demócrata, facilitada por Rusia, que destrozó la campaña de Hillary Clinton frente a Trump en 2016. Sus acusadores sostienen que puso en peligro la vida de cientos de informadores ocultos. ¿Vale la verdad a cualquier precio? Cuando la mentira es un arma política, quizá sea la única forma de defenderse.