Mary-Kate Olsen y Olivier Sarkozy se divorcian tras cinco años de matrimonio: las claves de un punto y final polémico

Se acabó. Y no de manera amistosa. El matrimono de Mary-Kate Olsen y Olivier Sarkozy se ha roto y se avecina una guerra de esas que pasan a la historia del panorama 'celebrity'. Porque parece que hay lío con el momento en el que se solicitó el divorcio y el techo que compartían en Nueva York.

Al aprecer, ella pidió el divorcio a mitad del pasado mes de abril, solicitando la disolución del matrimonio en el juzgado. Sin embargo, al encontrarnos en medio del estado de alerta por la pandemia del coronavirus, se le informó de que era un trámite que no podía realizarse en ese momento. Que los divoricios estaban paralizados y que no podían hacer nada ante el hecho de que fuesen a tener que pasar el aislamiento bajo el mismo techo.

Parece que es este extremo el que puede provocar que la relación que han mantenido durante ocho años, los últimos cinco como marido y mujer, termine en una auténtica batalla. Porque Olivier habría mandado a sus abogados que le notificasen a esta que debe abandonar, de manera urgente e inmediata, el apartamento de alquiler que han compartido hasta la fecha en Nueva York. Ella ha pedido que su esancia se alargue hasta finales de este mes, pero la defensa de Sarkozy parece mantenerse firme en esa decisión.

La única vía para que se pueda resolver esto con los menores daños para ella, sería un divorcio exprés que, dada la excepcionalidad en la que nos encontramos por la crisis sanitaria, no es una opción. Y el único consuelo que le queda a ella es que su patrimonio, una fortuna de unos 500 millones de euros compartidos con su hermana, Ashley, están protegidos por el acuerdo prenupcial que firmaron antes de ese 'sí, quiero'.