Naomi Campbell cumple 50 años convertida en la diva más caprichosa (y espectacular) de la moda
Repasamos los mejores momentos de la top que ha hecho de los excesos y la excentricidad su sello de identidad.
17 Fotos
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Ha sido musa de algunos de los grandes diseñadores de la historia, desde Yves Saint Laurent a Azzedine Alaïa, Valentino o Dolce & Gabbana. Desde que comenzó su carrera como modelo cuando sólo tenía dieciséis años, Naomi Campbell puede presumir de ostentar, y con toda la razón, el estatus de icono incontestable. Más allá aún de los numerosos escándalos y excentricidades por las que ha dado qué hablar. Desde su obsesión compulsiva por la limpieza y la desinfección -que en estos tiempos ha cobrado más relevancia que nunca-, sus peculiares dietas o sus devaneos amorosos .
Nacida en Streatham, al sur de Londres en 1970 y con ascendencia afro-jamaicana, nunca conoció a su padre, que abandonó a su madre, la bailarina profesional Valerie Morris, cuando aún estaba embarazada. El primer contacto de Naomi con el mundo de la farándula lo tuvo a los cinco años, cuando salió en el vídeoclip de Bob Marley Is this Love. Diez años después, paseando por Covent Garden, una agente de modelos le echó el ojo y el resto ya es historia.
Junto a Linda Evangelista, Christy Turlington, Cindy Crawford y Tatjiana Patitz formó el grupo de las supermodelos. Aquellas mujeres que no necesitaban usar más que su nombre de pila y que, inmortalizadas en el impecable blanco y negro de Peter Lindbergh, aseguraban no levantarse de la cama por menos de 10 mil dólares. Una pandilla épica que recorría las pasarelas internacionales convertidas en diosas por obra y gracia de creadores como Gianni Versace. Tal fue el impacto que tuvieron que en 2017, dos décadas después de la muerte del diseñador, su hermana y heredera del imperio Donatella, decidió reunirlas para invocar aquel espíritu que incluso tuvo banda sonora propia: Freedom, de George Michael, cuyo videoclip protagonizaron y que quedará para la memoria de la historia de la cultura pop.
Hoy Naomi, con cincuenta años recién cumplidos, observa desde la cima el fruto de sus esfuerzos, aunque por muchos de ellos haya tenido que pagar un precio nada razonable. La fama de diva caprichosa y voluble la acompaña como su sombra, pero ella ha sabido defender y mantener su carácter indomable como una seña de identidad, sabiendo que en la vida siempre es preferible pedir perdón que pedir permiso.
Con los diseñadores Stefano Dolce y Domenico Gabbana y la modelo Iman en la primera gala del Met a la que Naomi acudió, en 2001.
En marzo de 2019, en la primera fila del último desfile diseñado por Karl Lagerfeld tras la muerte del diseñador, con Clémence Poésy, Monica Bellucci, Nicolas Lefebvre, Laura Bailey, Claudia Schiffer, Joana Preiss y Virginie Ledoyen
Durante el entierro de Azzedine Alaïa, al que consideraba como su padre, en noviembre de 2017.
En septiembre de 2017, con Claudia Shiffer, Donatella Versace, Cindy Crawford y Helena Christensen al terminar el desfile de Versace que conmemoraba el veinte anniversario de la muerte de Gianni.
Durante un desfile de Alta Moda de Dolce & Gabbana en el lago Como en julio de 2018.
Con Riccardo Tisci en la Gala del Met de 2011.
En septiembre de 2019 desfilando para Saint Laurent en París.
Con Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino, con un vestido hecho a medida por él en la Gala del Mer de 2019.
En diciembre de 2019, el Consejo de la moda británica le concedió un premio como icono de moda, convirtiéndola así en la primera mujer negra en recibirlo.
En 2003 junto al diseñadort Valentino Garavani tras su desfile en París.
El famoso tropezón que sufrió en 1993 durante un desfile de Vivienne Westwood por culpa de unas sandalias de tacón de plataforma imposible.
Con Mario Testino y Kate Moss en la fiesta de 60 cumpleaños del fotógrafo.
En 2007, abandonando la comisaria de Nueva York tras haber pasado cinco días prestando servicios comunitarios, luciendo un vestido de noche de lentejuelas plateadas con un corsé metálico, prestado por sus amigos Stefano Dolce y Domenico Gabbana.
Al final de uno de los desfiles que anualmente organiza para Fashion Relief, la fundación benéfica que creó en 2005.
Uno de los capítulos más complicados de su vida, en 2010, cuando se vio envuelta en un caso de tráfico de diamantes de sangre al destaparse que había recibido piedras preciosas de procedencia dudosa del presidente de Liberia Charles Taylor.
En la Gala del Met de 2011 vestida por Alexander McQueen.
En agosto de 2012 durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres, desfilando junto a Lily Cole, Stella Tennant, Karen Elson, Lily Donaldson, Kate Moss, Jourdan Dunn, Georgia May Jagger y David Gandy.