Trato cerrado. La que era hasta ahora la casa de Madonna en Los Ángeles, lo es ahora de Justin Bieber y de su mujer, Hailey, que han desembolsado 30 millones de euros por el lujoso y mítico inmueble, situado en Beverly Hills, del que la cantante trataba de deshacerse desde que se mudó a Lisboa, en el verano de 2017.
Un negocio redondo para Madonna, que dice adiós a la que ha sido su casa y de la que ahora disfrutará el matrimonio Bieber. Una mansión con ocho habitaciones que son auténticas suites y con una cantidad de baños que ríete tú de ese título de Villa Meona que le dieron a la casa de la Preysler: 14. Sí, 14 cuartos de baño, uno detrás de otro. Ideal para hacer grandes fiestas con un número indecente de invitados.
Unos invitados que pueden quedarse en alguna de las dos casas independientes con las que cuenta dentro de ese terreno de 4.000 metros cuadrados. Spa, piscina en forma de cascada, pistas de tenis, vegetación rodeándolo todo... Un lujo al alcance de muy pocos bolsillos y con el que la diva de la música ha conseguido hacer negocio. Claro, que el simple hecho de que ella haya vivido ahí, revaloriza la casa.
¿Queremos saber más de esas comodidades con las que cuenta? Un cine con 15 asientos, gimnasio privado, varios comedores para elegir dónde quiere uno darse el banquete cada día y hasta siete chimeneas para ambientar el hogar en los días que el frío aprieta. Efectivamente, no le falta detalle. Y al dinero que se ha dejado Justin deberá sumar el del personal de limpieza, porque esa debe ser la parte más ingrata de contar con una propiedad de estas características.
Madonna pagó en su día (2002) unos 10 milones de euros. Se deshizo de ella 10 años más tarde por casi 17, aunque más tarde la recuperaría para deshacerse ahora, parece que de manera definitiva. Al menos, las intenciones de esta son las de pasar una buena temporada en Europa, apoyando la carrera futbolística de su hijo.
20 de enero-18 de febrero
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