Selma Blair, la estrella que ha visibilizado la esclerosis múltiple

Cuando, en agosto de 2018, a la actriz Selma Blair le dijeron que padecía esclerosis múltiple, lloró. No fueron lágrimas de pánico, ha contado, sino de alivio. Por fin había encontrado una explicación a por qué su cuerpo llevaba tiempo dejando de obedecerla. Encontró entonces el ánimo para contar cómo la encargada de vestuario de Otra vida, la serie en la que continúa trabajando, tenía que vestirla y desvestirla cada día en su camerino.

Lloró también cuando pisó de nuevo la alfombra roja en la fiesta posterior a los Óscar de Vanity Fair. Con un espectacular vestido de Ralph & Russo y ayudándose de un bastón que le daba un aire aún más chic y elegante, no pudo contener unas lágrimas que esta vez eran de alegría: había reunido las fuerzas para posar ante los fotógrafos como una estrella, sobreponiéndose a su enfermedad y a la vez visibilizándola.

Esa alegría desbordante no ha abandonado a Blair. Incluso, puede ser uno de los efectos colaterales de la esclerosis múltiple. A los espasmos que han alterado su habla y el deterioro muscular que dificulta su movilidad, se suma un estado de euforia que se ha registrado en otras personas con la misma enfermedad. Esta lectora voraz –sobre su cama se amontonan libros y libros–, gansa sin remedio, como demuestran los vídeos que sube a redes sociales, y acreedora de una enorme empatía, está poniendo toda ese energía al servicio de su influencia. En estos meses, ha cedido su Instagram a mujeres que luchan contra el racismo, autoras desconocidas, diseñadoras y estilistas que trabajan para persona.