“Te quiero, te admiro y estoy muy orgullosa de ti. Y aunque mamá ya no está aquí para ver cómo su hija hace historia, toda la nación verá en tu fuerza, tu integridad, tu inteligencia y tu optimismo los valores en los que ella nos educó”. Con estas palabras presentó Maya Harris a su hermana, Kamala, en la última convención demócrata que sirvió para hacer oficial la candidatura de la senadora a la vicepresidencia de Estados Unidos. Acostumbrada al segundo plano, Maya siempre ha sido la mitad de un tándem perfecto. Su primera “ campaña política” juntas fue un éxito y consistió en convencer al propietario del edificio donde vivían para que construyera un parque infantil. Kamala tenía 13 años; Maya, 11. “Cuando éramos pequeñas, mi hermana siempre estaba ahí para defenderme si algún pobre chaval se metía conmigo. Ahora soy yo la que quiero defenderte a ti mientras Joe y tú lucháis por proteger nuestra democracia”, concluyó Maya en su discurso. Si dentro de unos días el ticket Biden-Harris consigue vencer a Donald Trump en las urnas, la proyección de las hermanas Harris en Washington podría no tener límites. De hecho, hay quien ya habla de ellas como la nueva dinastía de la política norteamericana.
Crecieron en Oakland, California. Su madre, Shyamala Gopalan, había llegado desde la India en los años 50 para doctorarse en Biología en la universidad de Berkeley. Allí conoció a Donald J. Harris, un universitario de origen jamaicano, que terminó siendo profesor emérito de Economía en Stanford. Participaron juntos en el movimiento por los derechos civiles en los 60, pero cuando Kamala tenía siete años se divorciaron y, poco después, las hermanas se fueron a vivir a Canadá con su madre.
Las dos han contado que Shyamala, a la que la senadora ha descrito como “una auténtica fuerza de la naturaleza”, fue su gran inspiración. “ Mi hermana y yo fuimos educadas por una mujer fuerte que no solo nos enseñó a soñar sino también a hacer. Nos enseñó a creer en nuestra capacidad para corregir aquello que está mal. Y era el tipo de madre que, cuando te escuchaba quejarte sobre algo al volver del colegio, te decía: “Vale, ¿pero qué vas a hacer al respecto?”. Y yo decidí aspirar a la presidencia de Estados Unidos”, contó Harris en 2019.
Siguiendo el ejemplo de su madre, las hermanas Harris siempre han perseguido la excelencia académica. Kamala estudió Ciencias Políticas y Economía antes de licenciarse en Derecho en la universidad de Hastings; Maya lo hizo por Stanford y después de haber sido madre a los 17 años, cuando estaba en el instituto. Ha contado que su experiencia inspiró su posterior vocación política. “Fui una madre soltera adolescente y no hubiera podido hacer lo que hice si no hubiera tenido acceso a guarderías y mecanismos que me permitieron pagar mis estudios en la universidad”.
Y mientras Kamala se convertía en fiscal del distrito de San Francisco y posteriormente en fiscal general de California antes de ganar las elecciones al senado en 2017, Maya componía un currículum impresionante: ha sido directora ejecutiva de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, vicepresidenta de la Fundación Ford, analista política en televisión, profesora en la universidad de San Francisco y decana de Derecho en la Lincoln Law School de Sacramento. “La mayoría de la gente que trata con Maya te dirá que es una de las personas más inteligentes que conoce”, asegura su hermana. También trabajó como asesora política de Hillary Clinton en su campaña de 2016 y dirigió la frustrada campaña por la candidatura demócrata a la presidencia de Kamala.
Ahora, la duda es si Maya formará parte del staff de la Casa Blanca en el caso de que Joe Biden gane las elecciones. “Sería muy positivo para Kamala tenerla a su lado, como jefa de la oficina de la vicepresidenta o en un puesto similar. Maya está muy curtida en el terreno político porque trabajó con Hillary Clinton y es una mujer muy inteligente y capaz. Podría hacer mucho por su hermana en Washington”, explica la analista política y editora del Daily Beast Molly Jong-Fast.
Maya es, además, confidente de su hermana en un entorno en el que encontrar personas de absoluta confianza es casi imposible. Además de hermanas, son amigas íntimas. Fue Maya quien ofició la boda de la senadora con el abogado especializado en el show bussines Douglas Emhoff, en 2014. “ Tenemos un vínculo inquebrantable. Cuando me pongo a pensar, todo los momentos bonitos, todos los momentos difíciles, todos los momentos de transición, siempre hemos estado juntas”, explicó Harris el año pasado en una entrevista con el Washington Post. De hecho, hay quien se refiere a ellas como los nuevos Jack y Bobby Kennedy. “A los demócratas les interesan mucho menos las dinastías que a los republicanos. Y si Trump pierde, creo que tratarán de huir de esa palabra como sea. Por eso, si sucede, será de una manera muy discreta”, explica Jong-Fast. Juegan en su contra las críticas contra el nepotismo sin complejos ejercido por Donald Trump y su prole, con su hija Ivanka a la cabeza. “Son situaciones completamente distintas. Maya tiene una trayectoria y un currículum impresionantes, tiene experiencia política y legislativa. Además, Kamala no será presidenta, es una dinámica diferente. Sin embargo, es cierto que a los demócratas les preocupan mucho las apariencias y existe la posibilidad de que decidieran no hacerlo por lo que se pudiera decir”, señala la analista.
Juntas podrían darle un giro de 180 grados a la vicepresidencia de Estados Unidos. A menudo, la segunda autoridad del estado ha tenido un perfil bajo en la política americana. Pero no será el caso de Harris. “ Si Biden gana, será una vicepresidenta muy poderosa. Es una mujer muy inteligente y capaz, y tiene muchísima experiencia. Ha sido una senadora con mucho poder que ha brillado en el Congreso. Llegaría al puesto con un gran capital político. Y en nuestra historia reciente, ese no ha sido siempre el caso de los vicepresidentes. No es una Sarah Pallin o un Dick Cheney, que nunca aspiró al Despacho Oval. Además, acompaña a un candidato más mayor y eso podría crear una dinámica muy interesante e inusual entre ellos”, explica la periodista.
El elefante en la habitación, del que nadie habla, pero en el que todo el mundo piensa, es la sucesión de Biden. Algunos analistas ya apuntan a la posibilidad de que, si llega a la Casa Blanca, pueda no aspirar a la reelección, un movimiento que prácticamente no tiene precedentes contemporáneos. En 2024, se enfrentaría a un segundo mandato con 82 años recién cumplidos. Eso colocaría a Harris en una posición privilegiada para convertirse en la primera presidenta de los Estados Unidos.
De momento, solo son elucubraciones. “ No creo que los demócratas tengan un plan. Si Trump pierde, como dicen las encuestas, habrá que ver qué pinta tiene el partido republicano en 2024. Su futuro dependerá de eso”, explica Jong-Fast.
Primero, tiene que llegar a la Casa Blanca. Y después, encontrar su hueco en un escenario tan polarizado como volátil. De hecho, Harris todavía tiene que meterse en el bolsillo a una parte del partido demócrata, que la considera demasiado moderada y no le perdona que, como fiscal general de California, se hiciera famosa por su mano dura y por negarse a despenalizar delitos menores por los que las minorías raciales abarrotan las cárceles.
“Su mayor reto será superar la misoginia. Estados Unidos se encuentra en un momento terrible. La América que hereda Harris no es la América de Obama. Es un país dividido, enfadado, racista. Va a ser muy duro. Después de cuatro años de Trump, las mujeres están bastante cabreadas. Y Kamala, que es vehemente de un modo parecido al que lo era Hillary, tiene la oportunidad de canalizar ese enfado”, explica la periodista. En esa misión la ayuda de Maya, su asesora más valiosa y experimentada, se antoja fundamental. Aunque nadie quiera oír hablar de una nueva dinastía, en enero las hermanas Harris podrían aterrizar en Washington para revolucionar la política norteamericana.
MEENA HARRIS, LA SAGA CONTINÚA... Maya Harris tenía 17 años y cuando nació su hija Meena. Ahora, la sobrina de Kamala tiene 35 años, dos hijas y también es abogada tras estudiar en Stanford y Harvard. Después de trabajar en compañías tecnológicas como Slack, Facebook o Uber, fue asesora en la campaña de su tía al Senado antes de fundar, en 2017, Phenomenal Woman Action Campaign, una organización que apoya causas relacionadas con el empoderamiento femenino y que cuenta entre sus embajadores con Serena Williams, Viola Davis o Lizzo. Muy unida a su madre y a su tía, en junio publicó un libro infantil sobre su historia, Kamala and Maya’s Big Idea, un bestseller en su país.
20 de enero-18 de febrero
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