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Son la pareja del momento. Kamala Harris (56 años) se acaba de convertir en la primera mujer racializada (de padre jamaicano y madre india) que llega a vicepresidenta de los Estados Unidos. Pero, además, su marido será el primero que protagoniza una interesante inversión de roles de género en el papel de segundo caballero, el equivalente masculino a segunda dama: será interesante ver cómo se trasladan las atribuciones feminizadas de este rol a un hombre. Se trata de Douglas Emhoff, abogado de prestigio y, a tenor de sus recientes manifestaciones, la persona perfecta para poner de manifiesto las trampas de género que esconde la posición de consorte, considerada poco más que una decoración.
Doug Emhoff (56 años), esposo de Kamala Harris desde 2014, no tiene problemas con su masculinidad por verse superado por una mujer (la suya). De hecho, no ha dudado en dejar su profesión para dedicarse por entero a facilitar el triunfo político de su esposa. Sus declaraciones públicas son las de una pareja sinceramente enamorada. "Kamala trabaja durísimo, es incansable... Es increíble la cantidad de cosas que puede hacer en un día. Nuestra relación está basada en la paridad y el respeto mutuo. Yo siempre apoyo absolutamente a las personas que quiero y ellas me apoyan a mí", ha declarado él. Ella le ha correspondido: "Amo a mi marido. Es divertido. Es bueno. Es paciente. Le gusta cómo cocino. Es un gran hombre".
La relación de Kamala Harris con este abogado de causas famosas (trabajó durante mucho tiempo para el mundo del espectáculo) es digna de una película romántica. Se conocieron en 2013 a través de una cita a ciegas: fue una amiga la que sugirió el 'match' e intercambió teléfonos. Para Emhoff, divorciado después de 16 años de matrimonio y padre de dos hijos, de 25 y 19 años, fue "amor a primera vista". "La mañana después de nuestra primera cita, Doug me envió un email con la lista de sus días libres para el resto del año", confesó Harris en un post en Instagram. "Ya estoy muy mayor para juegos o hacerme el interesante. Me gustas de verdad y me gustaría intentarlo", le propuso el abogado. Se casaron en menos de un año, en agosto de 2014. Era el primer matrimonio de Kamala Harris en sus 49 años.
Lo cierto es que el curriculum sentimental de Kamala Harris resulta sorprendentemente discreto. Solo dos relaciones importantes han trascendido al dominio público: el flechazo adulto con boda incluida con Douglas Emhoff y un romance veinteñaero mucho más polémico. A los 29 años, cuando era una joven fiscal en San Francisco, inició una relación con Willie Brown, el poderoso alcalde de la ciudad de 60 años, 31 años mayor que ella y cuatro años mayor que su propio padre. Estuvieron cinco años juntos, un lustro que fue decisivo profesionalmente para Kamala, pues se convirtió en fiscal del estado. Era un hombre extremadamente polémico: tuvo muchísimas amantes, fue dos veces investigado por corrupción por el FBI y su red de influencia política era insuperable para sus rivales políticos.
La relación entre Kamala Harris y Willie Brown terminó abruptamente: ella llegó a asegurar que no le temblaría la mano al perseguirle desde la fiscalía por sus presuntos delitos. "Su carrera ha terminado", llegó a decir entonces. "Sin embargo, yo estaré viva y coleando los próximos 40 años, No le debo nada". Su relación con Doug Emhoff no puede ser más distinta: aquí es ella la poderosa y él el que ofrece toda su disponibilidad.
De hecho, cuando los medios de comunicación le han preguntado qué papel va a jugar en la posible vicepresidencia de su mujer, se ha quitado de encima las sugerencias que le colocan como posible asesor. "No voy a ser consejero de Kamala. Yo me limito a hacer lo que siempre hago: apoyarla, estar ahí para ella, quererla". De hecho, cuando le han interrogado acerca de sus opiniones políticas no ha querido manifestarse. "No soy una persona demasiado politizada", ha respondido. "Soy mayormente su marido".
Doug Emhoff, el flamente y envidiado marido de Kamala Harris, anunció que dejaba su trabajo de abogado en el bufete internacional DLA Piper el pasado agosto, después de que Joe Biden anunciara que Harris sería la perona que completara el ticket demócrata a las elecciones presidenciales. La decisión, por romántica que parezca, es eminentemente política: el trabajo de Emhoff podría producir con conflicto de intereses con el puesto de vicepresidenta dada la relevancia de sus clientes.
Ha representado a la farmacéutica Merck frente a reclamaciones de enfermos; a los Laboratorios Abbot, en un caso de fraude relacionado con la comercialización de opioides, e incluso a la distribuidora de armas Dolarian capital. Además, su firma realiza labores de lobby en Washington, con lo que su salida del bufete era previsible.
Durante la campaña, Douglas Emhoff no ha dudado en intervenir en todos los mítines y eventos que le han correspondido, muchas veces como 'partenaire' de Jill Biden, la esposa del actual presidente. "Muy pocas personas saben lo que conlleva ser la pareja de un candidato", ha declarado Jill Biden. "No es un papel que elijas, pero es un honor increíble y una poderosa plataforma que ni Doug ni yo vamos a infrautilizar. Estoy deseando ver las cosas increíbles que va a hacer como segundo caballero".