Pasado a máquina y encuadernado en canutillo, el primer guión que escribió Javier Fesser (Madrid, 1964) aguardaba en un cajón desde 1988. “Sin experiencia, sin haber rodado ni escrito antes una película, pensaba que sería capaz de hacerlo –recuerda en una céntrica plaza de la capital–. Leído ahora, era bastante malo, pero tenía esa cosa maravillosa de la inconsciencia, cuando tienes de todo menos miedo”. Fascinado por su osadía juvenil, el director ha recuperado el espíritu iconoclasta, la estructura de episodios y el título para hacer Historias lamentables, su nueva película tras el fenómeno que supuso Campeones. Ya disponible en Prime Video, llegará a las pantallas de los cines la próxima primavera. “No podía quedarse en un cajón –explica–. Habría salido sola de ahí”.
Javier Fesser. Es un concepto que he heredado de Gomaespuma [la pareja formada por su hermano Guillermo y Juan Luis Cano], algo trágico sin ser grave. Cuando le pasa a otro, es muy gracioso; cuando es a ti, lo pasas mal, pero no es para tanto.
Todas. La imaginación no es la capacidad de inventar, sino de relacionar cosas que conoces, has visto o te han contado. Por muy absurdo que parezca lo que se ve en pantalla, casi todo me ha sucedido a mí o a alguien cercano.
No creo que tenga un trauma al respecto, aunque no presumo de carecer de ellos. Lo que sí sé es que lo que somos y cómo nos comportamos proviene en un 99% de la infancia. Es el momento en el que la persona toma forma. También me interesa mucho la vejez, esa vuelta a la infancia. Lo que pasa entre medias, la madurez, me interesa menos. Tengo la sensación de que lo vivimos casi por obligación.
Tanto que hicimos un casting de directores de casting. Había que encontrar a quien entendiera que este debía ser un reparto diferente. Como espectador, me gusta no hacer esa disociación entre actor y personaje. Y cuando dirijo me ayuda a no tener ideas preestablecidas. Además, hay muchísima gente en España que no aparece en los carteles y que tiene un talento gigante, y es chulo descubrirlo y dar una oportunidad. Yo estoy muy agradecido a quien creyó en mí cuando no tenía un gran currículo detrás.
Me gusta pensar que mi sello es que cada película es una sorpresa, que no soy fácil de clasificar. Por algo no hice Mortadelo y Filemón 2 cuando fue un éxito, o una secuela de Campeones justo después... Soy el primero al que necesito sorprender.
Solo pretendía hacer algo divertido y emocionante, lo que estaba asegurado desde que reuní a los actores. Lo que no podía prever es el cambio de mirada que se iba a producir en la sociedad. Es un regalo que no podía soñar. Ganar un Oscar es anecdótico comparado con los mensajes que hemos recibido. Cuando alguien te dice que tu película le ha hecho sentir que importa, que cuenta, deja cualquier premio a la altura de la zapatilla.
Campeones ha existido gracias a mucha gente que ha estado décadas trabajando por la inclusión y la visibilización de las personas con discapacidad intelectual. El cine tiene un poder transformador enorme a través de la empatía y la emoción, pero recoge esa labor bestial. Muchas luchas abiertas para recuperar derechos se han materializado ahora, como su derecho al voto, por ejemplo. Y a mí también me ha cambiado como cineasta. Ahora incorporo a personas con discapacidad a mis historias de una forma natural. En Historias lamentables hay tres actores de Campeones que tenía sentido que fueran ellos.
Estupendamente. Casi desde el primer día ya fueron más famosos que yo. Volviendo de París con tres de ellos en un avión, vi cómo les metían en primera clase y yo me quedaba en turista. Les enseñaron incluso la cabina, que creo que ahora ya no dejan pasar a nadie. Uno de los actores aprovechó para pedir al comandante que me enviaran una Coca Cola, “de parte de los Campeones”.
El concepto de éxito es tan relativo... De joven, lo interpretas de una forma arrogante, errónea. Ahora, lo relaciono con lo feliz que me hace mi trabajo, no con millones de espectadores, premios o críticas buenas. Tiene que ver con ese momento antes de dormir, cuando valoras si has sido honesto, aprendido algo, inspirado cosas interesantes a los demás... Cada película es una oportunidad para buscar un éxito distinto.
20 de enero-18 de febrero
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