actualidad
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De alguna manera, esta semana se ha oficializado la brecha cultural que lleva varios años abierta entre las llamadas generaciones líquidas (los centennials o Z) y sus padres y abuelos mayores de 40 y 50 años. Por primera vez en sus 64 años de historia, un artista ha llegado a lo más alto de la lista Billboard 200 con un álbum en español. Ha sido el puertorriqueño Bad Bunny (1994), artista más importante del 2020 para 'The New York Times' y capitán del barco de los ritmos latinos, del reguetón al trap. Son los géneros incomprendidos en unas generaciones cuyos gustos culturales se han formado bajo la influencia de lo anglosajón y ahora no entienden que cambien tantísimo las tornas. Su gusto cultural ha sido absolutamente destronado justo por lo que antaño era devaluado: los ritmos calientes, populares y plebeyos de los barrios.
El disco que oficialmente hace de lo latino la influencia cultural del momento se llama 'El último tour del mundo' y se ha abierto con un primer single, 'La noche de anoche', en el que participa Rosalía, la contribución española más visible a la nueva hegemonía latina. Para que nos hagamos una idea de lo que significa Bad Bunny, ha sido el artista más escuchado en Spotify durante 2020, con más de 8.000 millones de reproducciones, casi la mitad de las mismas procedentes de su álbum 'YHLQMDLG', también el disco más escuchado en toda la historia de la plataforma.
Otro fenómeno inescrutable para los mayores de 40 y 50 (y sobre todo mujeres) tiene que ver con los canales de 'streaming' en directo, sobre todo con Twitch. Se trata de un universo paralelo en el que los chavales (sobre todo ellos) retransmiten en directo sus partidas de videojuegos, una emisión que ha ido sofisticándose hasta crear auténticos programas de entretenimiento y generar su propio star system de estrellas carismáticas. La más fulgurante de todas es Ibai Llanos (Bilbao, 1995) , quien ya ha saltado al mainstream con campañas para distintas marcas cosméticas y muy masivas. Tiene más de dos millones de seguidores en cada una de sus redes.
Su perfil probablemente jamás se habría hecho hueco en el 'prime time' de la televisión y, sin embargo, Ibai es un comunicador extraordinario. Llamado a lo más grande si logra no quemarse en las larguísimas horas de directo que hace cada día. Su nombre aparece día sí día también en los 'trending topics' de Twitter y ha firmado la emisión más popular de noviembre (más de 250.000 personas vieron su partida de 'Among Us' con Neymar). Para la generación Z que ya ha superado YouTube es un dios y, de hecho, acaba de recibir el premio al 'streamer del año' en los premios The Esports Awards 2020. Su próximo objetivo: arrasar en Nochevieja dando las campanadas de fin de año.
Un tercer fenómeno que suscita cierta incompresión generacional tiene que ver con el consumo: pasamos de comprar como forma de ocio y placer inmediato en las generaciones de mayores, a una conciencia cada vez mayor sobre el precio que paga el planeta por un consumo desaforado. Los Z o centennials prefieren experimentar a poseer, de ahí que no sea una prioridad comprar coche, casa o incluso lavadora. El pago por uso y el 'renting' hasta para los muebles se configuran como nuevas formas de consumo, al igual que la segunda mano que le da más vida a objetos que, probablemente, personas de otra edad desecharían.
Muchos mayores no se explican que haya quien prefiera no estrenar y recurrir a lo usado o reparado porque para ellos supone un gozo. Sin embargo, Ccada vez más jovenes sacrifican ese placer por un bien mayor: proteger el planeta en el que han de vivir y por muchos más años.