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Es inminente (si nada, ni nadie -léase Donald Trump e insurrectos-, lo impide). Mañana, 20 de enero, el líder demócrata Joe Biden prestará juramento como 46º presidente de los Estados Unidos. Su administración obtendrá el control de las cuentas oficiales de Twitter de la Casa Blanca y Doug Emhoff, el hombre que lo dejó todo para que Kamala Harris fuera la triunfadora, hará historia.
Él ha conseguido eclipsar los últimos movimientos en redes sociales: poco importa que Biden no vaya a heredar los seguidores de la cuenta oficial (como le pasó a Trump, que se encontró con un público de 13 millones en Twitter por la cara -gracias a Obama-) o que la cuenta de Trump se transfiera a los Archivos Naciones y esté disponible bajo el usuario @POTUS45 (después de que la suya personal, @realdonaldtrump, haya sido suspendida tras el ataque al Capitolio). Lo que realmente ha causado furor es que, por primera vez en la historia de Estados Unidos, se ha creado una cuenta para el Segundo Caballero. Menos de 24 horas le han bastado para superar el medio millón de seguidores. ¿Cómo lo ha hecho? Esta es la historia del @SecondGentleman, el primer hombre en ocupar, de manera oficial, este puesto.
Doug Emhoff (Brooklyn, 1964) era un abogado especializado en entretenimiento que ya se había separado de su primera mujer, Kerstin Emhoff, cuando durante una reunión de trabajo le preguntaron si tendría una cita a ciegas con Kamala Harris. “¡Es guapísima!”, ha contado alguna vez que pensó. Y tras una serie de mensajes -incluido uno de voz en el que pecó de verborrea y que ella, todavía hoy, escucha en cada aniversario-, quedaron. Tan solo unos meses después, en 2014, llegó el sí quiero con guiños a las raíces de ambos (ella le puso a él un collar de flores y él pisoteó un vaso) y una apuesta decidida por dos personas que superaban de largo los 50 y que elegían hacer equipo.
Doug se convirtió en un auténtico cónyuge político durante la carrera por el Senado de Harris en 2016. Su círculo íntimo cuenta que, al principio, se vio sorprendido por las exigencias, pero que pronto acabó disfrutando de su papel. Incluso se hizo muy amigo de otro aspirante a caballero de la Casa Blanca: Chasten Buttigieg, el marido de Pete Buttigieg, quien explicó durante una entrevista que, “cuando estás en la arena del debate, eres como las madres del recital de danza, quieres que tu hijo sea el mejor. Pero con la senadora y Doug, era como si estuviéramos en el mismo equipo, queríamos que el otro lo hiciera bien”.
Ahora, su mujer ha hecho historia y él no ha dudado en dar un paso al lado. Dejó su trabajo para que no hubiera conflicto de intereses y ocupó un discreto, pero incondicional, segundo plano. Dice Lori Poloni-Staudinger, profesora del departamento de política y asuntos internacionales de la Universidad del Norte de Arizona -y cuyo trabajo se centra en las mujeres y en la política-, que “ hay una fascinación por la vida doméstica de las mujeres candidatas que no vemos en la vida de los hombres. (…) Normalmente son relegadas a la esfera privada, y cuando entran en la esfera pública, es como si se les tuviera que dar permiso. Así que su cónyuge tiene que demostrar que le apoya totalmente y que no está castrado por ella”. Y Kamala cuenta con el apoyo absoluto de su marido, pero ya durante la campaña sentaron ciertas bases al negar la posibilidad de entrevistas a Emhoff y él ha declarado en más de una ocasión “ no soy su asesor político. Soy su marido. Así que mi papel es estar ahí para ella, amarla, ayudarla”.
Mensajes de apoyo, fotos cómplices y tiernas y amor, mucho amor. Así se muestra Doug Emhoff en sus redes sociales y podríamos pensar que algo parecido va a ocurrir en su nueva cuenta oficial @SecondGentleman en la que ya ha iniciado sesión para escribir su biografía. “Futuro Segundo Caballero. Papá devoto. Orgulloso esposo de la vicepresidenta electa Harris”. Porque, como ha dicho sobre él Chasten Buttigieg, “Lo que Doug hace tan bien es que ama a su esposa tan abiertamente”.