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La verdad incómoda de la lista de las mujeres más ricas del mundo también se cumple con Melinda Gates: es el techo de diamante que no rompen ni las multimillonarias

El divorcio sin acuerdo prematrimonial entre Melinda y Bill Gates podría partir en dos las posesiones de la pareja: más de 146.000 millones de dólares. Eso daría entrada a la recién divorciada en la lista con los más ricos del planeta. Como casi todas las mujeres de la misma, con una fortuna ajena.

El final del matrimonio de Melinda y Bill Gates tiene todas las papeletas para convertirse en el divorcio del siglo, y eso que aún no han trascendido las negociaciones ni los términos de la separación. Lo cierto es que la separación definitiva de la pareja más influyente de la tierra tiene todos los ingredientes imaginables para justificar la viralidad que protagoniza. De hecho, ya se rumorea que la decisión de separar caminos la tomó Melinda a raíz de divulgarse la amistad de Bill Gates con el millonario fallecido en prisión Jeffrey Epstein. Recordemos: encarcelado por una acusación de abuso y tráfico de menores.

Además, ha trascendido que en 2019 tuvo que dejara la junta de gobierno de Microsoft por mantener una relación con una trabajadora de la firma. Parece que Bill Gates no tiene por costumbre establecer relaciones correctas con trabajadoras y colaboradoras: también ha acallado acusaciones de acoso sexual.

Una de las cuestiones calientes del divorcio que se avecina entre Bill y Melinda Gates gira alrededor de la herencia de sus tres hijos. En principio, Bill Gates había establecido que ninguno iba a recibir más de 10 millones de dólares y que el resto iría a organizaciones filantrópicas. Sin embargo, el equipo legal contratado por Melinda para llevar las negociaciones económicas parece indicar que pretende romperlos acuerdos a los que llegó durante su matrimonio de 27 años: además de los abogados de divorcios habituales en estas separaciones VIP (Harriet Newman Cohen and Martha Cohen Stine, madre e hija y abogadas también de divorcio de los Clinton), se han sumado abogados especializados en 'trusts' y en legislación estatal. La batalla va a ir hasta el fondo de las propiedades de Gates.

La fortuna de Bill Clinton asciende a 146.000 millones de dólares, con lo que es bastante probable que la lista con las 20 personas más ricas del mundo haga una nueva adquisición en año que viene. Melinda Gates entrará en la lista con una fortuna a su nombre, y se sumará a las otras tres mujeres que ya figuran en los puestos 11, 14 y 17. La mujer más rica de mundo es Françoise Bettencourt Meyers, francesa, con 73.600 millones de dólares en su cuenta gracias a L’Orèal. Por detrás tiene a Alice Walton, propietaria de 64.500 millones de dólares gracias a la cadena de supermercados Walmart. Cierra la nómina la conocidísima Mackenzie Bezos, rica gracias a su divorcio del hombre más rico del mundo: tiene 59.000 millones de dólares.

Si atendemos al perfil de todas estas mujeres, veremos que no tienen mucho en común con Miuccia Prada, millonaria por derecho propio, o Kim Kardashian, una de las mujeres llamadas a entrar en breve en el top 20 de la lista. La influencer global ha labrado su fortuna, selfie a selfie, por sus propios medios. Sin embargo, tanto Melinda French Gates como Bettencourt, Walton y Bezos lo ha heredado de sus familias o la han obtenido tras un divorcio. Dicho de otra manera: su dinero fue ganado por ellos, no por ellas. Este mismo patrón de mujeres ricas por herencia o divorcio se repite en la mayoría de los países, revelándose el techo el diamante que las mujeres enfrentan a la hora de entrar a jugar con el gran dinero: es un territorio, aún, totalmente masculinizado.

Como en todos los espacios en los que el poder y el dinero sigue en manos de hombres, la explicación a esta segregación inexplicable se justifica con razones subjetivas. Por ejemplo, que las mujeres prefieren cultivar la vida familiar que la competitividad extrema del mundo de los negocios. O que no están programadas para asumir los riesgos que requiere el éxito empresarial y financiero. Sin embargo, las especialistas en emprendimiento sostienen teorías distintas. "Aunque tengas una gran idea y estés dispuesta a correr el riesgo, es dificilísimo convencer a los inversores si eres una mujer", explica la profesora Heather McGregor, directora de la escuela de negocios en la Heriot-Watt University. Los llamados ángeles de los negocios son selectivos a la hora de financiar: los prefieren a ellos.