El futuro de las aulas: hablamos con los representantes de las universidades sobre el imparable cambio

Tras un año marcado por la pandemia del coronavirus y una adaptación a velocidad supersónica a modelos educativos sostenidos por la tecnología, las universidades españolas aspiran a que más estudiantes puedan pisar las aulas en el otoño de 2021. “No hay ninguna razón para que no operen presencialmente, tomando todas las cautelas sanitarias. Lo sabíamos hace 12 meses, cuando reabrimos el campus, y hoy lo podemos decir con muchísima más contundencia”. Juan José Güemes, vicepresidente económico de IE University, afirma que la idea de universidad como espacio seguro de Covid se va extendiendo entre las instituciones. IE University, en la que más del 75% del alumnado es extranjero, ha mantenido una tendencia de más del 90% de presencialidad a lo largo del curso 2020-2021. A esta dirección también apunta Miguel Ángel Castro, rector de la Universidad de Sevilla: “El sistema universitario público español ha abogado y defendido esta herramienta clave en la educación superior”.

Los escenarios ante los que se preparan las universidades para el curso que entra son múltiples. El ministro de Universidades, Manuel Castells, anunció el 12 de mayo que los campus abrirán en su totalidad, “con medidas extraordinarias”, si la situación no empeora, algo que se evaluará en agosto entre el Ministerio de Universidades con los rectores y gobiernos autonómicos. El deseo de alcanzar la máxima presencialidad que permita la situación sanitaria lo corroboran fuentes de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, compuesta por 76 instituciones.

La Universidad de Santiago de Compostela y la Autónoma de Barcelona (UAB), como ejemplos, plantean tres posibilidades de docencia: mixta, presencial y no presencial. “Lamentablemente no ha sido posible pasar al 100% de presencial, como era nuestro propósito”, afirma María Valdés, vicerrectora de Programación Académica e Innovación de la UAB, institución que espera que los alumnos presentes en el aula lleguen a entre al 60% y 70% al inicio del curso para alcanzar el 100% al final del primer semestre. Otros centros universitarios diseñan un escenario muy similar al que ya se ha dado el 2020-21, con la combinación de clases presenciales en el campus e híbridas para los alumnos que no puedan asistir, como sucede en la escuela de negocios IESE, también con alumnos presentes en sus campus desde junio. “La pandemia ha puesto de manifiesto que vivimos en un mundo en el que el cambio es constante y donde la capacidad de desaprender y aprender se ha convertido en una de las habilidades más demandadas por el mercado laboral”, reflexiona Joan Rodón, vicedecano de Profesorado e Investigación de Esade. La llegada de las sucesivas olas de la Covid ha marcado el ritmo a diversas instituciones, que han tenido que suprimir la parte presencial de teoría, mientras mantenían las prácticas en las instalaciones universitarias, al compás de las indicaciones de las autoridades sanitarias y los protocolos que se aprobaron al inicio del curso.

Los esfuerzos para que la universidad haya permanecido libre de contagios y se mantuviera un nivel de alumnos físicamente en las aulas han sido titánicos; el trabajo realizado, como asegura Ángel Bartolomé, vicerrector de Estudiantes y Vida Universitaria en la Universidad CEU San Pablo, hace que la adaptación a cualquier formato esté garantizada. En el caso de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), se han invertido 12 millones en infraestructuras y 1,3 millones en otras actuaciones vinculadas a la pandemia que garantizaran la distancia social. “El escenario en 2021-22 será similar al que teníamos”, explica Leonor Gallardo, vicerrectora de Coordinación, Comunicación y Promoción de la UCLM.

En el CEU San Pablo se establecieron medidas como la instalación de cámaras termográficas en las entradas, un equipo de rastreo y una aplicación para el seguimiento de casos; IE University ha realizado unos 40.000 tests para una población de unas 7.000 personas, según Güemes. El pasaporte sanitario, el cambio en la forma de circulación en los espacios del campus o la reducción a la mitad de los estudiantes por aula –con el consecuente desdoble de horarios y reprogramación– han sido otras de las medidas implementadas por esta universidad. La Complutense de Madrid, con más de 70.000 estudiantes, ha organizado cursos semipresenciales adaptados a sus circunstancias. Dependiendo del número de alumnos, han podido organizar clases presenciales o planificar desdobles, grupos rotatorios y aulas espejo (espacios de la universidad para seguir las clases por streaming). Mantendrán las mismas medidas de seguridad, reforzadas con la experiencia adquirida, indica Carmen Nieto Zayas, vicerrectora de Centros y Departamentos de esta universidad.

"No hay ningún indicio de que el campus haya sido un vector de propagación de la epidemia; al revés, es un entorno supervisado”, puntualiza Güemes. De la universidad como espacio libre de contagios también se enorgullecen entre otras la UCLM, la UAB, en la que se han realizado dos cribajes en abril y mayo con un total de 13.000 pruebas, con una incidencia detectada de alrededor del 0,5% de Covid, y la Universidad de Navarra, “sin ningún contagio en las aulas”, afirma Pablo Sánchez-Ostiz, vicerrector de Ordenación Académica. En esta universidad ha habido por encima de un 92% de presencialidad, “a pesar de que un 25% de nuestros alumnos procede de otros países”, aclara el vicerrector.

La tecnología ha sido un componente clave para el desarrollo del curso. Ha hecho falta adaptación tanto de los espacios como del profesorado y los estudiantes. La Universidad de Sevilla, explica el rector Castro, como han hecho otras universidades, invirtió en tecnología más de un millón de euros. La vicerrectora Gallardo destaca el reciente ciberataque a la UCLM, que ha puesto en evidencia la preparación del sistema informático.

A pesar de las dificultades y el temor a no poder completar el programa lectivo, el balance del curso ha sido satisfactorio. Gallardo afirma que los estudiantes de UCLM han podido completar sus planes de estudio con normalidad y que se han adaptado a las prácticas, con algún cambio de fechas. Nieto asegura que la docencia semipresencial u online en la Complutense “se ha realizado garantizando la adquisición de competencias” y que el uso de herramientas de simulación ha podido sustituir prácticas presenciales sin pérdida de calidad. “Sin duda, las titulaciones más afectadas han sido las relacionadas con la salud, por la suspensión de las prácticas clínicas. Ha precisado una reorganización y una negociación continua con las autoridades para llevarlas a cabo”, apunta Nieto. María Valdés, vicerrectora de Programación Académica e Innovación de la UAB, responde en esa línea: “El aumento de la docencia no presencial no ha supuesto ninguna pérdida sustancial de contenidos ni de calidad”.

¿Cambiará la actual crisis la educación del futuro? Si bien “la evolución que la universidad esperaba hacer en cinco o seis años se ha adelantado y viene para quedarse”, sostiene Gallardo, la presencia de los estudiantes en el campus no se limita a recibir conocimientos. “Hemos confirmado el valor de que compartan experiencias con los profesores y con estudiantes de otros países, que se fomente el pensamiento crítico y la convivencia”, asegura Sánchez-Ostiz. En cualquier caso, “la combinación de lo mejor del mundo virtual y del presencial, está para quedarse, en las universidades y en las empresas”, indica Güemes.

La UNED, que en 2022 celebrará su 50 aniversario, plantea el próximo curso como de vuelta a la normalidad. Ricardo Mairal Usón, su rector, cree que se consolidará su transformación tecnológica, el uso de la inteligencia artificial y la digitalización. “Este año hemos aprendido que no podemos dejar en el camino a quienes tienen dificultades para adaptarse a la nueva situación. Creamos un sistema de evaluación en línea, AvEx, que ha sido utilizado por otras instituciones, y lanzamos el proyecto UNED100% para no dejar a nadie atrás –explica Mairal–. En los momentos de crisis se suele producir un aumento de los estudiantes universitarios. Es un patrón que ya se produjo en 2008”.

Con su modelo semipresencial y online, la UNED ha aprendido en estos meses a valorar la presencialidad. “Debemos seguir trabajando para fortalecer, a través de nuestros centros territoriales, nuestro papel como elemento vertebrador en el reto demográfico e impulsor de la formación a lo largo de la vida y la conciliación”.

Pasaporte universitario

El enfoque internacional, clave ya para las universidades, se afianzará tras la pandemia. “Aunque todavía existe incertidumbre sobre la movilidad internacional para el otoño de 2021, IE University tiene previsto enviar de intercambio unos 450 estudiantes de grado y 50 de máster a más de 130 destinos. También espera recibir a unos 500 estudiantes de intercambio en septiembre en sus campus de Madrid y Segovia”, afirma María Eugenia Marín, directora de Relaciones Internacionales de IE University. De los 8.700 alumnos de grado de la Universidad de Navarra, en sus campus de Pamplona y San Sebastián, se han concedido plazas de intercambio a 656 estudiantes, en destinos de 42 países de los 5 continentes. 513 saldrán en el primer semestre. En el caso de la UCLM se han recibido 832 solicitudes, con destino a 40 países. Màrius Martínez, vicerrector de Relaciones Internacionales de la UAB, cifra en un 20% más las recogidas en este periodo con respecto a antes de la pandemia. CEU San Pablo explica que el trabajo de internacionalización ha sido posible en 2020-21 gracias a los trabajos colaborativos con otras universidades con las que mantienen acuerdos.