Ellas también son Generación NEXT . Por eso, en el Día de la Mujer, queremos destacar la labor que las jóvenes activistas realizan para conseguir una sociedad menos desigual, más justa y con más futuro. Ellas son la conciencia y la llamada a la acción que necesitamos.
«Acercarse a la Historia del Arte sin atender a las contribuciones que las mujeres han hecho como artistas y mecenas implica acceder a una historia sesgada e incompleta. Forman una parte integral e imprescindible en el desarrollo de las artes y su historia», asegura Eugenia Tenenbaum (26 años, Santiago de Compostela), que lucha contra el olvido y la discriminación de las artistas.
Graduada en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, reconoce que su visión sobre la historia del arte cambió «en tercero de carrera, gracias a una profesora que introdujo la perspectiva de género y el arte feminista en su asignatura. Desde entonces, seguí tirando del hilo, investigando a artistas por mi cuenta, asistiendo a congresos, haciendo cursos, leyendo mucho y pensando todavía más».
Los últimos años de carrera, los compaginó con la divulgación cultural en redes (tiene más de 90.000 seguidores en Instagram y más de 40.000 en TikTok), la crítica de arte a través de artículos en Patreon y la participación en congresos y actividades como ponente. «Empecé a divulgar por inercia, sin saber que lo que hacía en redes podía considerarse divulgación: hablar de mis inquietudes, de mis descubrimientos y de aquello que me apasionaba en la Historia del Arte desde un tono cercano pero con rigor académico. La respuesta que recibí por parte de mis seguidoras fue la que me animó a seguir haciéndolo: mucha curiosidad, mucho desconocimiento y muchas ganas de aprender», reconoce.
Sobre los tópicos en torno a las mujeres y al arte, asegura que «¡Existen tantos! Quizás los más extendidos sean sobre el número de mujeres que se han dedicado a las artes (se cree que fueron pocas, lo cual no es cierto, ¡hay miles!), las condiciones en las que crearon (se piensa que lo hicieron siempre en los márgenes, cuando en realidad crearon en el centro del mundo artístico, como sus homónimos masculinos) o las razones por las cuales sigue sin hablarse de ellas (se cree que la razón principal es que no tuvieron talento, cuando lo cierto es que si no se habla de ellas es por prejuicios sexistas y patriarcales que nada tienen que ver con el valor de sus obras o la relevancia de sus figuras)».
Aunque reconoce que no hay una artista que le interese especialmente, «disfruto investigando y conociendo a todas las que puedo, aunque ahora tengo en mente Leonora Carrington, porque estoy preparando visitas guiadas a su retrospectiva en Madrid».
En mayo de 2022, Tenenbaum publicó su mi primer libro, « La mirada inquieta» (Temas de Hoy), un ensayo sobre arte que confronta el discurso tradicional con la perspectiva de género, la perspectiva de clase y la perspectiva decolonial. Y en poco más de un mes publica el segundo, « Las mujeres detrás de Picasso» (Lunwerg), un conjunto de relatos ficcionados sobre las ocho mujeres que hicieron posible que Pablo se convirtiera en Picasso.
Desde el pasado enero y durante dos años, esta murciana residente en Bélgica se convertirá en la primera mujer que presida el Foro Europeo de la Juventud, una organización que reúne a organizaciones juveniles no gubernamentales internacionales y consejos nacionales de la juventud de toda la Unión.
Propuesta por el Consejo de la Juventud de España, ha anunciado que sus objetivos son «la promoción de los derechos de las personas jóvenes, fortalecer la organización y convertir a la juventud europea en actor fundamental de las decisiones políticas«. Cuando el pasado noviembre fue elegida, aseguró que « las personas jóvenes estamos liderando cambios políticos y sociales, reivindicando justicia climática, acciones para proteger nuestra salud mental y nuestra democracia.
«Es un honor representar a esta generación», y recalcó que « nuestra generación merece voces que defiendan con determinación sus derechos, especialmente en estos tiempos de crisis e incertidumbre. Tenemos grandes oportunidades por delante, como la Presidencia española del Consejo de la UE o las elecciones al Parlamento Europeo de 2024». Abogada y experta en relaciones internacionales, ha tenido una larga trayectoria de activismo social en apoyo a los jóvenes y la comunidad LGBT+.
Tras ser elegida representante de los alumnos de su instituto, presidió la federación de asociaciones de estudiantes y la confederación estatal Canae, desde donde dio el salto al Consejo de la Juventud de España como vicepresidenta. Ahora se encuentra haciendo un doctorado en Relaciones Internacionales en la Universidad de las Naciones Unidas (Bélgica) con una beca de posgrado.
«Si empezásemos a ver la migración desde un punto de vista más abierto, si nos diéramos cuenta de que, a nuestro alrededor, incluso en nuestro grupo de amigos, hay personas que migraron y salieron de sus pueblos para ir a vivir a la ciudad, lo mismo nos daríamos cuenta que todos podemos convertirnos en migrantes». Lo explica Shalini Arias, activista por las migraciones de 25 años, que trabaja como Communications Event Manager en Ashoka Europe y es responsable de Comunidad y Jóvenes en nuestro país de esta organización que promueve el emprendimiento social.
Ella misma no es ajena a lo que supone sentirse refugiada. Adoptada en la India cuando solo tenía año y medio, vivió en Valdepeñas, Ciudad Real, con su madre, hasta que se mudó a Madrid para estudiar Antropología y se dio cuenta «de que el mundo no era esa pequeña burbuja en la que había vivido y que me trataban como si fuese migrante, aunque yo misma no me percibía como tal», explica.
El segundo impacto le llegó cuando estudiaba su Erasmus en Inglaterra y, como trabajo de campo, decidió grabar un corto documental sobre los refugiados sirios y afganos que en 2015 llegaban a Alemania tras la decisión de Ángela Merkel de abrir las fronteras. «Me dí cuenta de que las cosas no eran tan bonitas como las pintaban los medios de comunicación, ni la situación tan fácil».
Y a esa sensación de desasosiego se unió la necesidad de reconstruir su identidad: «En Madrid me consideraban una mujer negra, pero en el Reino Unido me di cuenta de que no lo era, de que era una mujer marrón. A mí me toca vivir la vida de inmigrante de manera indirecta, con mis privilegios de tener la nacionalidad, pero con un fenotipo que me señala. Por eso decido trabajar en migraciones».
La Fundación por Causa fue su primer destino, haciendo análisis económico, social y demoscópico, y más tarde llevando la comunicación. «Lanzamos nuevas narrativas, para aproximar las migraciones desde una perspectiva distinta, sin recurrir a estereotipos, humanizando y dignificando a las personas que migran».
Hace un año y medio, Shalini dio el salto a Ashoka España, como directora de comunicación, y ahora lleva desde Berlín la iniciativa Hello Europe Refugee Found, para recaudar fondos y apoyar a emprendedores sociales que intentan ayudar a refugiados ucranianos y a quienes los acogen. Seleccionada por la iniciativa canadiense She Leads como una de las mujeres menores de 30 años que está luchando por cambiar el mundo, cree que debemos « reclamar a los representantes políticos que se aborde el tema de las migraciones de otra manera«.
«La externalización de las fronteras europeas nos ha estado sirviendo durante unos años, pero el sistema está roto, no funciona. Llevamos 20 años invirtiendo en generar la Europa fortaleza, pero la gente sigue llegando. Si invirtiéramos ese dinero público en crear vías seguras y regulares para que la gente migre, estaríamos hablando de otra manera», reflexiona.
La activista también considera necesaria la regularización de las casi 500.000 personas migrantes que se anunció durante la pandemia, «que cubren tareas esenciales y cuidan a nuestros mayores y niños. Quizá a mucha gente el discurso sobre los derechos humanos se le ha quedado manido, pero deberían pensar que si los regularizásemos contribuirían directamente a las arcas públicas y mejoraría nuestra economía».
« El activismo ambiental no es importante, es crucial para mi generación. Alzarnos y pedir acción contra la emergencia climática es la única forma que tenemos los jóvenes hoy de asegurarnos un futuro habitable mañana». Lo dice María Serra (Barcelona, 20 años), estudiante de tercer curso de Relaciones Internacionales, colaboradora del Pacto Climático Europeo, Earth Uprising y Oxfam Intermón, y participante en la COP 27, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebró en Egipto el pasado noviembre.
«Las COP son complicadas, ineficientes, y un sin fin de cosas negativas, pero también son el único espacio donde se juntan todos los países para negociar cómo combatimos la crisis climática. Decir que no sirven para nada es falso, y peligroso», reflexiona.
«Crecí en la naturaleza y creo que el amor y respeto que tengo hacia ella es innato. Si algo puedo agradecer a mis padres es la oportunidad de criarme en un entorno natural y el amor que me han inculcado por la montaña y los espacios naturales», asegura Serra, que se inició en el activismo feminista a los 13 años y pasó al activismo climático a los 16. «He encontrado en el activismo por la justicia climática, una lucha interseccional que me ayuda a luchar por todo en lo que creo a la vez. Me enamoré de la lucha por el clima por que tiene en sus raíces luchas por los derechos humanos y animales», explica.
Serra opina «que l a gente es consciente de que existe una crisis, y del cambio climático, pero no de cómo les afectara a ellos. Se ha hecho un muy buen trabajo a la hora de reducir las consecuencias de la crisis climática para la población. Se han hecho millones de campañas para el reciclaje, pero no hay campañas de como reducir o reutilizar.
Se ha hecho mucha publicidad a soluciones al cambio climático individuales y que no alteren nuestra realidad consumista, pero la ciudadanía tiene muy poca información de las consecuencias de no actuar a nivel global contra la crisis climática. Cuando los jóvenes hablamos de un futuro habitable, hablamos de un futuro con millones de refugiados por olas de calor o subidas del nivel del mar. Esto está cambiando, en parte gracias a la juventud que ha alzado la voz, pero hay mucho camino por recorrer».
De momento, ella está aportando su granito para hacer que nuestro planeta sea más habitable. «Mis días consisten en organizar, educar y empoderar a jóvenes para luchar contra la crisis climática, y creo que es lo más útil y poderoso que puedo hacer ahora mismo. Y en mi día a día llevo un estilo de vida que va en línea con mis valores y lo que defiendo«.
«Llevo cuatro años sin comer carne, raras veces compro ropa, y si lo hago es de segunda mano, escojo consumir productos de cercanía y reducir mi uso de transportes individuales... Todo esto son pequeñas cosas que podemos hacer todos. Deberíamos cuestionarnos si nuestros hábitos y modelo de vida están alineados con un futuro sostenible. Pero lo más importante es exigir medidas radicales y consistentes para reducir las emisiones a la atmósfera y asegurarnos un futuro para mi generación y las generaciones futuras».
Ella se define en las redes sociales como « actriz, cómica y mamá», pero tanto en sus monólogos, como en su podcast y en sus colaboraciones con medios de comunicación, nunca deja de lado la crítica al racismo. « Ningún ser humano es ilegal. Ilegal debería ser nombrar así a un ser humano. Por eso y más razones, regularización ya», dijo en el Congreso de los Diputados el pasado febrero.
Nacida en Malabo, Guinea Ecuatorial, ella se define como « demasiado española para ser guineana y demasiado negra para ser de aquí« y ha denunciado en numerosas ocasiones la política de inmigración española y las barreras que las mujeres negras y afrodescendientes tienen en la industria audiovisual. «Les necesitamos para recoger fruta, cuidar de nuestros abuelos, incrementar la natalidad y pagar las pensiones. Luego dicen que hemos venido aquí a delinquir. ¿Cuándo? Si no tenemos tiempo», dice en uno de sus monólogos.
Con más de 150.000 seguidores en redes sociales, hizo su primera película en 2010, Área de Descansa, y desde 2015 se dedica a la stand up comedy, con diferentes espectáculos. Ha participado en programas como La Resistencia, Las que faltaban o Comedy Central, y en 2021 presentó su libro « Y a pesar de todo, aquí estoy«, y el espectáculo afrofeminista Humor Negra. Además, es una de las integrantes del podcast No hay negros en el Tibet.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?