Un somero vistazo al prime time de nuestros canales de televisión nos podría hacer pensar que los principales programas de máxima audiencia se lo siguen repartiendo entre tres o cuatro presentadores estrella como Jesús Vázquez , Carlos Sobera o el valenciano Pablo Motos . Y es que llegar a la fama cuesta, pero de cuando en cuando, aparece un rostro joven y nuevo que va escalando poco a poco en popularidad, programa a programa. Es el caso de Aitor Albizua (Arrigorriaga, Vizcaya, 1992) que a base esfuerzo, talento y desparpajo está ganando adeptos y responsabilidades con la misma rapidez. Ahora lo mismo le vemos en el concurso 'Cifras y letras' que le escuchamos en 'Hoy por hoy'.
Formado en Periodismo en la Complutense de Madrid, arrancó su carrera profesional como becario en la Cadena Ser, antes de regresar a casa como el hijo pródigo para trabajar con éxito en la cadena autonómica del País Vasco EITB, donde presentó varios programas y hasta se marcó un Anne Igartiburu dando las campanadas de Nochevieja en 2022 desde Vitoria.
Pero sin duda su popularidad se multiplicó cuando dio su salto a la televisión nacional en octubre de 2022. Entonces comienza a presentar el programa 'El comodín de La 1', una adaptación de un formato turco que tuvo tan solo un año de vida en el canal público, pero que le sirvió a Aitor para coger galones.
Ahora está al frente del regreso de un programa clásico como es 'Cifras y letras'. Tan clásico que el periodista vizcaíno aún no había nacido cuando se empezó a emitir en 1991 en la 2, presentado entonces por Elisenda Roca. Presentar la mítica gala de 'Telepasión' junto a Patricia Conde y Rodrigo Vázquez, y los especiales del Benidorm Fest y del último certamen de Eurovisión , han sido otros de los retos de Aitor, que lo mismo vale para un roto que para un descosido.
Como un chico «simpático, alegre y con amigos de toda la vida». Así se definía Aitor en una entrevista con 'El Correo' realizada poco después de aterrizar en Madrid para arrancar una nueva etapa en la capital. «En lo profesional soy ambicioso, me gusta probar nuevos retos. Que me hayan dado la oportunidad de crecer y aprender haciendo lo que más me gusta es todo un privilegio», añadía.
Aunque proviene de una familia de la que han salido nada menos que dos alcaldes de su ciudad natal, Arrigorriaga, reconoce que a él la política no le ha tentado nunca, pero sí echa mucho de menos el País Vasco y sobre todo a sus abuelas, Bitori y Josebe. «Soy una persona muy familiar. A mis amigos y a la familia es a lo que más echo de menos, pero tengo claro que con un trabajo de estos tienes que tener contacto con la realidad, con tu gente de toda la vida, que es la que más te crítica y apoya», argumentaba como modo de soportar la morriña.
Con el leitmotiv «trabajo, trabajo y trabajo» por bandera, reconoce sentir un poco de vértigo por el reciente aumento de fama que está viviendo, pero tiene claro que quiere ir gestionando su presente y su futuro paso a paso.
En las redes sociales de Aitor nos deja asomarnos a momentos detrás de las cámaras, a sus viajes, a sus momentos más foodie y hasta su espectacular transformación para la gala de 'Televisión'. «Hay quien me llama 'Tere Pasión' y hay quien me conoce ya como 'Ternasco Papillote'», escribía junto a un carrusel de fotos de su caracterización en el programa.
Pero fue en su visita al 'Late xou' de su compañero Marc Giró donde le vimos sacar todo su lado más espontáneo. Además de declararse friki de los concursos diciendo que «si a Arturo Valls o Roberto Leal les funciona, a mi también», confesaba una anécdota subida de tono junto a su pareja, Mikel, y no dudaba en bajarse los pantalones después de que el conductor del programa alabara sus piernas.
Algo más serio, Aitor se dejaba entrevistar también en su otro lugar de trabajo, la cadena SER, pasando por los micrófonos de 'La ventana'. Tras agradecer que en la emisora le dieran su primera oportunidad, el ahora «repelente» auditor de 'Hoy por hoy' no se cortaba a la hora de confesar que a veces sufre del síndrome del impostor. «Ahora puede que parezca muy echado para adelante, pero también tengo un síndrome del impostor que me pregunta, '¿tú qué haces aquí?'».
Reconociendo que ya empieza a notar su subidón de fama, tiene claro que «cualquier cosa que puedas hacer en público es susceptible de hacerse noticia» y asegura haber vivido ya alguna que otra situación incómoda, como al salir de fiesta o incluso para ligar. «Me pregunto cómo lo harán los famosos de verdad», razonaba por último tirando de su buen humor habitual.
20 de enero-18 de febrero
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