CARTA DE LA DIRECTORA ¿Qué quieres realmente?

Instagram es, cada vez más o eso me parece, un catálogo que mezcla la autoayuda y el psicoanálisis y nos recuerda que debemos sanar las «heridas del padre» o preguntarnos si aún sufrimos las consecuencias de un estilo de crianza pernicioso en nuestra infancia.

Me resulta tan hipnótico como las recetas y los horóscopos . Termino siempre deslizando las slides que me explican en diez pasos por qué soy una madre controladora o me aconsejan cómo calmar mi necesidad de orden con la misma firmeza con que otros me advierten de un Mercurio retrógado el próximo marzo. Sin margen para la discusión.

No sospecho, solo faltaría, de los beneficios de la nueva preocupación por la salud mental que nos ha traído la pandemia. Pero la autoayuda, como síntoma, me resulta entretenida y vacía en la misma proporción. El terapeuta es el nuevo nutricionista, el nuevo entrenador personal. El nuevo símbolo de estatus. Y a lo mejor está bien que así sea, porque dónde invertir mejor que en nosotros mismos.

Les recuerdo, sin embargo, algunos datos en forma de píldoras menos instagrameables que las de Selena Gómez agradeciendo sus terapias o Anthony Hopkins llamando a la felicidad con un bailecillo. En España, en la Seguridad Social, hay seis psicólogos por cada 100.000 habitantes. Solo un 44 % de los niños y adolescentes con ideas suicidas ha recibido tratamiento psicológico y los casos han aumentado un 120 % en los últimos dos años.

Así que parece que la tendencia es más compleja que la previsión de los próximos eclipses. Por mucho que nos aconsejen, «sólo descubre qué quieres realmente y ve a por ello». ¿Solo? ¿En serio? Esa frase, con suerte, encierra toda una vida.