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Salir de la jaula

«Una metáfora sutil pero clarísima de los niños encarcelados en la frontera».

A lo mejor se nos ha olvidado, pero no hace ni tres años que veíamos, cada día, a decenas de niños inmigrantes separados de sus padres y encerrados en celdas en la frontera de México con Estados Unidos. Entonces nos parecía una tragedia un poco lejana, que se iba diluyendo, como todas, después del espanto inicial. Son imágenes que vuelven, como una bofetada, en medio de Halftime, el documental en el que Jennifer López hace un repaso de su carrera y de su vida, con la excusa de su actuación en 2020 en el intermedio de la Super Bowl, el ESPECTÁCULO con mayúsculas.

Reconozco que no recordaba las pequeñas estructuras metálicas iluminadas que aparecían en el escenario como una metáfora sutil, pero clarísima, de los niños encarcelados en la frontera. Me acordaba de J.Lo en un ejercicio imposible en la barra de pole dance, de su hija Emme cantando Born in the USA o de una Shakira un poco desdibujada. Halftime recupera el empeño de Jennifer López por incluir en su actuación esta llamada de atención. « El mundo está escuchando, ¿qué vas a decir?», se pregunta la estrella. Y lo que dice, gracias a unas niñas asombrosas capaces de bailar chahachá con la música del himno estadounidense, viene a ser esto: los norteamericanos que hemos nacido en otro lugar y hemos hecho este país más grande de lo que es nos sentimos profundamente avergonzados por lo que está pasando.

En realidad, dice dos cosas. Por la segunda pasa un poco más de puntillas. Es muy mala idea que dos artistas compartan la actuación. O como aclara alguien, es una vergüenza que la organización piense que se necesitan dos artistas, en lugar de una, cuando son latinas.