Qué haríamos si descubriéramos que un cometa de 10 kilómetros de diámetro impactará contra la tierra en seis meses y que, con una probabilidad del 100%, destruirá nuestro planeta por completo? Ese es el punto de partida de la divertidísima (a mí me lo parece a otros muchos, no, aviso), gamberra, inteligente y super ácida No mires arriba.
Habrán visto ya, o por lo menos oído hablar, de este estreno retorcidamente navideño de Netflix con un reparto apabullante: Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett, Timothée Chalamet... Actores a la altura de los personajes: una manipuladora presidenta de Estados Unidos capaz, literalmente, de todo y más con tal de seguir en el poder; un gurú autista de la tecnología que ve «una oportunidad» en el «problema» de la desaparición del planeta; un científico deslumbrado por sus 15 minutos de gloria en la televisión…
Y luego están los secundarios, que somos todos nosotros. Los tontos que miramos al suelo mientras el cometa se acerca a toda velocidad sobre nuestras cabezas. No mires arriba es un espejo de nuestra propia estupidez, esa es la primera y más obvia lectura. Pero por favor, fíjense también en algunos detalles. Esa canción de Ariana Grande, esa esponsorización de la Presidencia de Estados Unidos, ese general que revende las chocolatinas de la Casa Blanca… Realmente, no necesitamos un cometa para extinguirnos, más pronto que tarde. Todavía me estoy riendo, igual es que tampoco soy muy lista.