Una vida

«Y de repente, una explosión, el horror y la nada. Después seguimos desayunando»

Esta mañana hemos visto cómo un misil impactaba en una mujer que estaba explicando a cámara lo que ya empiezan a ser cuestiones cotidianas de la guerra en Ucrania. Sonreía levemente y en un momento ha mirado hacia el cielo, seguramente intentando identificar el sonido de un avión. Y de repente, una explosión, el horror y la nada. El presentador ha comentado algo así como: «Esto no es una película, es la guerra».

Y después de un sobresalto, todos hemos seguido desayunando. Dos horas después, un desconocido ha contado en la sala de espera de una consulta médica que había conducido hasta la frontera de Polonia, con un grupo de otros 60 voluntarios, para llevar alimentos y traer mujeres y niños que han conseguido salir de su país. Volverán en tres semanas. Los que estábamos allí hemos escuchado con aprobación antes de volver a consultar el móvil.

Una invitación de la Norman Foster Foundation me convoca a un debate sobre refugiados y da un dato previo: la media de los éxodos que provocan los conflictos armados es de 26 años. Una vida. Nosotros, mientras tanto, continuamos con las nuestras.