Si no has leído 'El infinito en un junco', seguro que sabes sobre él, lo has regalado o lo has pedido prestado en tu biblioteca favorita: es la última sensación superventas de la divulgación española y Premio Nacional de Ensayo 2020. La investigadora y filóloga Irene Vallejo relata la invención del libro, del papiro al lector digital, entretejiéndola con la historia de la humanidad, justo lo que hace la periodista estadounidense Virginia Postrel en 'El tejido de la civilización. Cómo los textiles dieron forma al mundo' (Siruela). No nos vamos a andar con rodeos: es un ensayo sencillamente apasionante.
De la misma manera que los hilos se cruzan para conformar los textiles, Postrel entreteje economía, arqueología, cultura y ciencia para contar la historia del producto más influyente del mundo y testigo del avance de la civilización: los tejidos. Las telas llevaron a los mercaderes a cruzar continentes e inventar letras de cambio, contabilidad y hasta la diplomacia. La Edad de Piedra podría llamarse la Edad del Cordel y el Renacimiento italiano no existiría sin las riquezas de los mercaderes que cruzaban la ruta de la seda. Y qué diremos del algodón, tesoro del Nuevo Mundo y desgraciado motor del esclavismo. La autora insiste: más allá de la agricultura y la rueda, los textiles marcan el progreso del mundo y su interconexión.
La cultura de Virginia Postrel es enorme y su saber acerca de mundo de los hilos, las urdimbres, los teñidos y los telares, sobresaliente. Cada página de 'El tejido de la civilización' es fascinante, y no solo para las amantes de la moda. «La ropa siempre ha tenido un significado político muy importante», recuerda la autora. «Hubo auténticas luchas entre lo que la gente deseaba llevar y lo que les estaba permitido vestir. En Padua estaba prohibido que las mujeres tuvieran más de dos vestidos de seda, Venecia multaba a quien osara llevar 'modas francesas' y en Florencia sólo se podía enterrar a los cadáveres con lana o lino». Hoy, sin embargo, compramos tanta ropa que los hombres más ricos de Francia y España lo son porque nos la venden.
20 de enero-18 de febrero
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