Gorka Otxoa estrena la segunda temporada de Machos Alfa: «Refleja a cuatro capullos y la gente, al verla, se ha dado cuenta de sus micromachismos»

Este viernes llega a los estrenos de Netflix la segunda temporada de Machos Alfa, una serie española protagonizada por Kira Miró, Raúl Tejón, María Hervás y Gorka Otxoa. Ha sido precisamente con el actor vasco con el que hemos hablado del rodaje de los nuevos capítulos, del enorme éxito de la primera entrega y de los entresijos de la serie.

Para el cómico donostiarra la grabación «ha sido una fiesta continua. Nos lo hemos pasado muy, muy, muy, muy bien». Aunque las bases estaban bien asentadas porque «en el rodaje de la primera temporada ya nos lo pasamos genial porque con esta gente es todo muy divertido. En la segunda todavía hemos hecho más piña, más familia«, porque »ha habido dos viajes, uno de ellos de dos semanas en Ibiza, que era como un campamento de verano con amigos con 15 años.«

Y claro, en los campamentos ocurren imprevistos. Como el «accidentado» día grabando en un yate en el que, según Otxoa, «pasaron miles de cosas, miles de anécdotas: medusas, la de seguridad echando vinagre… Otro se quedó atascado en la ducha y nadie lo oía. Gente vomitando, mareada, grabando acción y quitándose el vómito casi de encima… Pasó un poco de todo»

Una de las claves por las que Machos Alfa ha sido tan bien acogida es que refleja una realidad con la que convivimos en España y con la que mucha gente puede sentirse, de una manera u otra, identificada: el machismo. «Es un tema muy actual, que está a la orden del día», comenta Gorka, que aclara que la serie «no es un panfleto, no quiere aleccionar, sino que refleja a cuatro capullos y cómo actúan en el día a día. Y la gente al verla se ha dado cuenta de sus micromachismos, de sus comportamientos patriarcales».

En la primera temporada de la serie cuatro hombres que asisten a un curso de deconstrucción de la masculinidad y en la segunda entrega son más conscientes de su comportamiento patriarcal. A la pregunta de si los hombres deberían deconstruir su masculinidad, Gorka Otxoa es claro: «¡Sin duda! La tenemos tan integrada, la tenemos casi en la sangre, en la memoria genética. Estamos en ese momento de cambio y creo que todos (unos más y otros menos) tenemos mucho por avanzar y aprender».

En la trayectoria del actor vasco hay cine, televisión y teatro. Si tiene que elegir, Otxoa confiesa que «cada uno tiene cosas buenas y cosas malas, como casi todo en la vida. Yo disfruto muchísimo con las tres y lo que mola es poder ir intercalando. El teatro tiene la maravilla del público y sólo se vive en ese momento y con esa energía. Eso no tiene precio». Sobre el cine opina que »se trabaja mucho más y verlo en una gran pantalla es mágico», mientras que para él las series «se hacen con un nivelazo cinematográfico brutal, pero van más rápido».

Uno de los papeles por los que todos recordamos a Gorka Otxoa es por interpretar a Chema en la película 'Pagafantas'. Un rol que fue más allá de la pantalla. «Me llamaban Pagafantas porque esa película se vio mucho y me encontré a gente que la había visto 25 veces y que se sabía todos los diálogos. Que un personaje o una peli calen en tanta gente de esa manera es una gozada y no siempre ocurre. Fue un regalazo aquello».

A pesar de su amplia trayectoria en el género de la comedia, el actor comenta que «siempre se dice que es más complicado hacer reír a la gente y de hecho a mí me cuesta mucho reírme viendo cosas. Y para hacer llorar siempre dice que la música ayuda mucho y hay otros factores que pueden apoyarlo, Pero la comedia es una cosa muy seria. Es una partitura musical con los silencios, las reacciones, el tempo… Es complicada y sí, es difícil hacer reír a la gente».

Con el rodaje de la segunda temporada de Machos Alfa ya finalizado, Otxoa ya tiene la vista puesta en otros proyectos, aunque como suele pasar en estos casos, el actor no puede decirnos demasiado sobre ellos. «En breve empezamos a grabar la tercera temporada de Machos Alfa y estoy inmerso en otras cosas que no se pueden contar…», comenta escuetamente. Estamos deseando ver con qué nos sorprende.