Javier Fesser, con la cámara (de su padre) en el corazón. / lupe de la vallina

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Javier Fesser, director de Campeonex, la película española del verano: «Ahora me interesa más buscar la emoción que la risa»

El éxito de campeones le cambió la vida. En concreto, la forma de verla (y retratarla). El cineasta Javier Fesser amplía ese universo con 'Campeonex', una secuela escrita en pareja y con su hija como mala de la película.

El padre de Javier Fesser (Madrid, 1964) era aparejador a jornada completa, pero hacía horas extra no remuneradas como fotógrafo familiar. Retrataba a sus nueve hijos, a su mujer y hasta al gato, componiendo después elaborados álbumes que se han convertido en un testimonio de valor incalculable. «Todas esas fotos las hizo con esta cámara», explica en su casa a las afueras de Madrid el cineasta, mientras me muestra un artilugio retro que parece otro elemento de atrezzo de sus películas. Por ejemplo, Campeonex (estreno en cines, 18 de agosto), la continuación de Campeones, aquel inesperado éxito de 2018 que conquistó la taquilla y cambió la percepción sobre las personas con discapacidad intelectual.

«En mi arrogancia, yo pensaba que mi padre no hacía buenas fotos. Cuando luego lo fui yo, me obsesionaba con encuadrarlas bien, darles intención y, sin embargo, no eran tan buenas como las suyas. Con el tiempo me he dado cuenta de que, sin ser un artista, hizo algo mucho más importante: legarnos un recuerdo. Eso es lo que admiro, a la gente que, desde su sencillez y naturalidad, hace algo valioso».

MUJERHOY. Campeones terminaba con la derrota de los protagonistas y el conflicto en Campeonex se inicia por una victoria. ¿Se puede ir más contracorriente?

JAVIER FESSER. En el universo de Campeones, ganar o perder es un concepto particular. No se trata de ser mejor que nadie, sino de la demostración de que el éxito está en el camino, no en la meta. En la anterior película acababan perdiendo y, sin embargo, eran unos auténticos ganadores; en cambio, ahora vencen pero tienen que reinventarse.

Usted afirma que las personas con discapacidad intelectual llevan ventaja al resto de la sociedad.

Muchísima. Están muy acostumbradas a convivir con personas diferentes y lo aceptan con naturalidad, son más espontáneos. En esa diferencia se encuentra la excelencia. En nuestra sociedad todos buscamos desesperadamente la originalidad, a todos nos gusta la idea de ser únicos y distintos, aunque luego nos dé miedo serlo de verdad o encontrarnos a alguien diferente. Por prejuicios, miedos, reparos o precauciones, nos limitamos la posibilidades que te ofrece la vida de aprender y enriquecerte.

Tal y como yo lo veo, las personas con discapacidad funcionan con un sistema operativo diferente. Leo el periódico y lo que me encuentro son historias de violencia, de engaño, de gente que pisa al otro para trepar... Ellos, en cambio, trabajan más con el corazón que con la cabeza. Viven con más alegría porque tienen menos ideas preconcebidas y más ganas de celebrar y aprovechar el momento tal y como viene, sin preguntar en qué lugar les va a dejar, si conviene o no.

Cuando el equipo pierde, Marín, el personaje que interpreta Jesús Vidal, consuela al resto diciendo: «Así no cargáis con el peso de la fama».

Resume la idea de que siempre hay un lado positivo en todo y es tu elección abrazarlo o quedarte enrocado en el negativo. La mayor lección que me han dado las personas con discapacidad es que hay que buscar siempre la parte alegre. En el fondo, lo que buscamos todos en la vida es, básicamente, reírnos. No es una frivolidad, significa sentirte bien, tener ganas de compartir, estar abierto. Así desaparecen las diferencias.

Desde el estreno de Campeones, dijo que no haría una secuela. ¿Qué le hizo cambiar de idea?

Pensé que no la continuaría, pero acompañando Campeones a tantos lugares y conociendo a tanta gente sentí cierta responsabilidad de profundizar más en la discapacidad, también funcional y física.

¿Cómo reaccionaron los actores cuando les habló de la secuela?

Desde que hicimos Campeones no dejaban de preguntarme, así que ya puedes imaginarte. Había bastante presión por meternos en el siguiente fregado. A la vez, no quería decir nada hasta que no tuviese muy claro que había algo nuevo que contar. De hecho, ahora pienso que hay infinitas historias por explorar en este mundo. A todos les he encontrado con el mismo entusiasmo y generosidad, porque su feedback es fundamental... Vaya, yo mismo estoy cayendo en lo de hacer grupos y distinciones, cuando en realidad en esta película no hemos trabajado así, sino como un solo equipo.

¿No ve diferencias?

Sí, claro que las hay, pero porque cada persona es distinta. Anda que no he trabajado con actores y actrices que traían cosas de serie que para qué... Y yo mismo, como director, no te quiero contar. En el proceso de casting alguna vez me han advertido: «Esta persona es muy guay, pero necesita mucho apoyo». ¡Pero si yo necesito 20 camiones aparcados en la calle y un montón de ayudantes y auxiliares para rodar un plano! ¿Cómo va a parecerme una complicación que alguien necesite que le ayuden con una silla de ruedas?

Retrato de Javier Fesser, por Lupe de la Vallina.

Una de las revelaciones de Campeonex es Brian Albacete, alias Brianeitor, un gamer con parálisis cerebral.

Su personaje era una chica en el guión. Hice un casting súper amplio y no encontré a la persona que tenía en la cabeza. Hasta que el hijo de Athenea [Mata, protagonista de Campeones, coguionista de Campeonex y pareja de Fesser], que tiene 11 años, nos habló de un chico al que seguía en redes. Me puso un vídeo de Brian y ese mismo día le contacté y hablé con él. Nos tocó la lotería, porque era incluso mejor de lo que estábamos buscando. Es un gamer auténtico, no hay quien le gane a Fall Guys, y eso que juega sólo con el pulgar de la mano derecha. Cambié el guión porque él tenía tanta verdad que brillaba sólo, tenía que salir con su propio nombre de gamer.

No se recrea tampoco explicando qué limitaciones o necesidades tiene, simplemente incorpora a Brian al grupo.

Hay una anécdota que resume la película. De hecho, después de vivir eso hasta me la podría haber ahorrado. Para el documental que ha hecho Álvaro Longoria sobre Brian durante el rodaje, le preguntamos a Gloria Ramos, la actriz que da vida a Collantes, qué había pensado cuando le conoció. «La primera vez que le vi me impresionó», decía con cara preocupada. «Nadie me había advertido de que Brian es de Almería... ¡y es que yo veraneo allí!». Si lo digo yo, parece que es un chiste que me he currado, pero es realmente lo que pensaba Gloria, que cómo no le habíamos dicho que era de Almería.

¿Se ha visto incluyendo muchas cosas que surgían durante el rodaje?

Sí, y es lo que más me gusta de este proyecto, con diferencia. Nada va a ocurrir como tú tenías previsto, va a ser siempre mucho mejor. Necesitas tener los reflejos para en cada momento cambiar o reconducir. Es una forma de dirigir muy particular, en donde quizás llevas tres horas rodando y de repente surge una frase o un momento de la nada tan bueno que desechas lo anterior y ruedas cuatro planos para utilizarlo. Seguramente la puesta en escena no sea tan perfecta, pero la película gana algo que vale oro.

Con tantos personajes, ¿cuesta encontrar un equilibrio para que todos tengan su espacio en la película?

No es algo que me haya obsesionado, porque aunque algunos tienen más protagonismo, el personaje es el equipo. Si, de repente, una frase que ha ensayado un actor durante tres meses tiene sentido que se la des a otro, no pasa nada y nadie se siente mal. Todos manejamos cierto ego y no es fácil estar en una película tan coral, pero aquí no hay nada de eso. Es un lujo trabajar así, con esa confianza extrema de los actores.

Hablando de confianza, hay pocos personajes desagradables en Campeonex, pero el peor lo interpreta su hija Claudia. ¿Un marrón así sólo se le puede endosar a alguien de la familia?

Soy un tipo bastante exigente y Claudia tuvo que hacer muchas pruebas, medirse con otras actrices. El personaje de mala siempre es muy goloso, lo vi como una oportunidad, porque no es la típica villana de película. Para convencerme, Claudia grabó un montón de vídeos, cambio de imagen, se tiñó de rubia y se convirtió en un tipo de persona presumida y arrogante que no tiene nada que ver con ella.

¿Cómo ha sido escribir con su pareja?

Como actriz, Athenea estuvo muy involucrada y me acompañó en todo el viaje de la película por tantos sitios. Hemos formado una familia tan grande con este universo que nos ha cambiado la forma de ver el mundo. Ahora, ante cualquier dificultad, pensamos en qué harían estos personajes. Juntos, de forma natural, hemos ido alimentándonos de estas historias.

Durante el confinamiento, nos pusimos a ver si éramos capaces de armar algo con todos esos aprendizajes. No pensaba en una película, pero al ponerlo sobre la mesa, la emoción de aquí, el humor de allí, este planteamiento, surgió un guión de una manera muy natural y placentera. Ni siquiera se nos ocurrían gags, porque estas películas no tienen chistes, son algo más espontáneo, más emocional.

Usted empezó siendo un director que se caracterizaba sobre todo por un sentido del humor especial, casi marciano. ¿Qué le hace gracia ahora?

Me sigue encantando reírme, claro, pero ahora me interesa más buscar la emoción que la risa. Juntas son una combinación explosiva, pero primero es la emoción. Si acaso, lo que más gracia me hace es verme reflejado en otros sufriendo por idioteces como yo he sufrido.

Campeones fue la película española más taquillera de 2018, con más de 3,2 millones de espectadores, unas cifras que no se han vuelto a alcanzar desde entonces.

No soy ningún experto. Me sigue gustando mucho ir al cine. También ver películas en casa. Hay una nueva realidad de consumo, pero para mí es sobre todo una cuestión de concentración, ver una película de principio a fin. Conseguir que el espectador se implique es más complicado.

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