La fascinante e increíble vida del diseñador francés Jean Paul Gaultier, de la Factory de Andy Warhol a Emily in Paris: «Pedí matrimonio a Madonna tres veces»

De los sujetadores con forma cónica a las faldas para hombres. Hubo un tiempo en que Jean Paul Gaultier fue considerado disruptivo y, al mismo tiempo, abrió camino a muchos diseñadores actuales. ¿Qué hace hoy? Lo adoran las nuevas it girls de Hollywood, es juez de un talent show de baile y, aunque está retirado, no deja de crear.

Nicolas Coulomb

Laura Craik

Gesticula tanto Jean Paul Gaultier que hay momentos en los que parece que va a atravesar la pantalla del ordenador, agitando sus brazos como si fueran aspas de molino. Su estilo tan francés queda desdibujado en una charla por Zoom: como todos los personajes más grandes que la vida, se le conoce mejor en persona. A sus 69 años, todavía habla con la rapidez y el entusiasmo de los 20 y, aunque es ridículo llamar enfant terrible de la moda a un hombre que pronto será septuagenario, en muchos sentidos el apodo que ha acompañado a Gaultier toda su vida sigue ajustándose a su personalidad.

«Soy un enfant terrible muy viejo a estas alturas –dice, riendo–. No puedo recordar quién me puso el nombre, pero creo que fue la prensa británica. Para mí era un elogio. No quiero ser parte del sistema». Hoy ya no forma parte de ese sistema – se retiró de la moda en enero de 2020, tras presentar su desfile final de alta costura en París y celebrar 50 años en el negocio–, pero todavía es parte de la cultura, y ahora más que nunca, cuando el mundo vive una nueva historia de amor por los 90, en los que los diseños de Gaultier eran una pieza clave.

A Jean Paul Gaultier la prensa británica le llaman enfant terrible.

En la serie Euphoria , el personaje que interpreta Zendaya , Rue, lleva una chaqueta roja de jacquard de 1994, mientras que Carrie Bradshaw, en And just like that, viste un total look firmado por el diseñador de la temporada primavera/verano de 1997. En la vida real, Rihanna, FKA Twigs, Cardi B, Dua Lipa, Bella Hadid y Kendall Jenner son solo algunas las celebridades que han escogido alguna de sus creaciones en los últimos meses. Gaultier habla con despreocupación de esta nueva generación de fans como solo puede hacerlo el hombre que vistió a Madonna con un corsé con copas en forma de cono.

Muy pocos diseños merecen de verdad ser descritos como icónicos, pero su sujetador cónico rosa es uno de ellos. Pertenecía a una serie de diseños que creó para la gira de la artista en 1990, Blond Ambition Tour, tras hacerse amigos en 1989. «Yo estaba literalmente enamorado de Madonna. Le pedí tres veces que se casara conmigo. Rehusó, por supuesto. La primera vez que la vi fue en 1984, en un programa de televisión. Tenía tanto estilo que pensé que era británica.

Es norteamericana, por supuesto, pero es realmente internacional. Tuve mucha suerte de conocerla al principio de su carrera, porque siempre adoré su estilo. Sentía una ósmosis perfecta entre los dos. Le gustaba controlar su propia imagen, algo que no les pasa a todas las estrellas femeninas del pop. Tampoco hoy. Nunca fue una mujer objeto, incluso cuando llevaba un corsé. Era provocativa, pero muy «no, no se toca» al mismo tiempo. Incluso hoy sigue luchando por el derecho de hacer lo que quiera sin importar la edad. Es fantástica».

Calcetines diseñados por Jean Paul para la asociación francesa Sidaction con la que colabora.

SEXY A CUALQUIER EDAD

El diseñador tiene mala opinión de los que insisten en decirle a la cantante que se cubra, como los raperos 50 Cent y Nelly han hecho recientemente. «La gente no critica a los hombres que se hacen mayores. Para las mujeres, las cosas siguen siendo diferentes. A Madonna se la puede criticar por lo que lleva, pero para mí es valiente y excepcional. Puedes mostrar una sexualidad agresiva a cualquier edad, incluso cuando eres muy mayor. Puedes exhibir esa sexualidad incluso en el féretro».

Su compromiso social tampoco ha decaído con los años y ha iniciado una campaña contra el sida que durará tres años, en colaboración con la asociación francesa Sidaction. Para ella ha diseñado unos calcetines con el lema Safe Sex Forever, un eslogan que decoró algunas de sus prendas de la colección de primavera-verano de 1996. «¿Mi único lamento? No haber creado el preservativo. La prenda más bonita de todas. Disfrutad, pero protegeos», dice. Gaultier contrataba regularmente a modelos mayores para sus desfiles en los 80 y 90, mucho antes de que ese gesto se convirtiera en toda una declaración política.

«Creo que algunas personas son más bellas cuando son mayores», dice con simplicidad. Sus desfiles eran también raros ejemplos de glorificación del cuerpo y de la inclusividad de género. Las cantantes Beth Ditto y Conchita Wurst son solo dos de las modelos más sorprendentes. En los 80 puso un famoso anuncio en el periódico francés Libération buscando «modelos atípicas. Las personas con la cara desfigurada no deben abstenerse de escribir».

Juan Paul Gaultier está a punto de cumplir 70 años.

Pero es modesto cuando sugiero que esas decisiones eran rompedoras. «Quizá porque yo mismo era diferente, siempre me gustó la gente diferente. No hay un único tipo de belleza, hay muchos tipos. Solo tienes que mirar. Soy muy anti-moda cuando la moda insiste en que las modelos estén delgadas».

DIVERSIDAD ANTE TODO

Sus desfiles siempre también han sido muy diversos desde el punto de vista racial. Su colección de 1997 se llamaba Lucha contra el racismo y rendía homenaje a las cantantes negras del siglo XX, incluyendo a Nina Simone y Neneh Cherry. Naomi Campbell desfiló. Ambos han sido buenos amigos desde la primera vez que ella estuvo en París para ser su modelo, en 1997. «Naomi ha sido siempre ella misma. Su carácter es muy... especial –dice, riendo–. Es una belleza única». Todavía no conoce a su hija, «pero ser madre es lo mejor que podía pasarle», asegura.

Incluso en el ruidoso mundo de la moda, los diseños de Gaultier eran siempre tan impactantes, honestos y únicos que nunca dejaban de destacar. Les puso faldas a los hombres mucho antes de que la androginia se convirtiera en tendencia: fue en 1985, cuando en su colección Y Dios creó al hombre presentó a los modelos con trajes de chaqueta y falda. Pero no esperen que el hombre que prácticamente inventó la idea de la ropa insta-friendly sea fan de Instagram. «No lo miro. A veces, alguien me enseña algo, pero no me gusta buscar, me da vértigo.

Prefiero inspirarme en lo que me rodea. Puedes decir algo a través de lo que haces, y prefiero hacerlo así». Tampoco es fan de la serie Emily in Paris . «No aguanté más de 20 minutos. Sé que es un gran éxito y que los franceses están ofendidos con ella. Está llena de estereotipos y pienso que, si hubiera sido obra de británicos, tendría más humor, como el Inspector Clouseau. Es un viejo cliché de París». Gaultier creció en los suburbios de París, hijo único de un contable y de una cajera. Es difícil creer que en una época fue introvertido y tímido, aunque es verosímil que sus compañeros de escuela le pusieran el nombre de «chica perdida».

Dice que se dio cuenta de que era gay durante la adolescencia, tras enamorarse de Leonard Whiting en el Romeo y Julieta de Franco Zefffirelli, en 1968. Cuando se lo contó a sus padres, a los 20, ninguno de los dos se sorprendió y lo aceptaron. A los 22 conoció a Francis Menuge, que se convirtió en su pareja en el trabajo y en la vida hasta su muerte en 1987. Otra gran influencia en su vida fue el diseñador Pierre Cardin, que dio al joven Gaultier su primer trabajo a los 18 años, al principio a media jornada, para que pudiera terminar el colegio. «Le debo todo», dijo tras la muerte de Cardin en diciembre de 2020.

«No hay un único tipo de belleza, hay muchos. Solo tienes que mirar»

DE SHOW EN SHOW

Muchos franceses quizá recuerden al diseñador en Eurotrash, el late night de culto que copresentó con Antoine de Caunes en los 90. Su mezcla de moda, cotilleo y noticias era perfecta. Reunía a tres millones de espectadores a la semana y se convirtió en uno de los programas de entretenimiento más populares de la época. ¿Quién fue su invitado preferido? «Oh, bueno, veamos –masculla–. Carla Bruni. Era capaz de adaptarse a cualquier situación y era muy divertida. Y Lolo Ferrari. Tenía unas tetas enormes», dice, haciendo un amplio ademán circular.

El diseñador en Eurotrash, el late night de culto que copresentó con Antoine de Caunes en los 90 / D.R.

Y recuerda un incidente en el que la actriz porno se cayó mientras bailaba y era incapaz de levantarse. «Fue triste. Sus pechos eran tan pesados que no se podía poner de pie». Eurotrash fue un fenómeno de los 90 que no se va a reeditar, pero, si así fuera, Gaultier está demasiado ocupado para presentarlo. Es juez en la versión francesa de Mira quién baila, y el año pasado lanzó un servicio de alquiler y reventa que permite a sus fans disfrutar de una selección vintage de sus piezas, incluyendo sastrería, corsetería y sus tops y vestidos de malla.

Incluso retirado, todavía invita a diferentes diseñadores para inspirarse en sus colecciones de costura. En enero, Y/Project's de Glen Martens fue el elegido. «Es interesante ver a una persona más joven interpretar mi estilo. Es muy halagador». «Sí, sí, sí –afirma moviendo los brazos–. Estoy enamorado de mi vida, de mi trabajo, de mis amigos, de mi pareja. Necesitas que te amen. Estás muerto cuando no estas enamorado».

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