La primera vez que vimos a Jennifer Aniston en la televisión iba vestida de novia y era consolada por cinco jóvenes anónimos destinados a convertirse, al igual que la melena de la novia a la fuga, en historia de la cultura pop. 27 años después del estreno de Friends, la pandemia nos obliga a hablar con ella tal y como la conocimos: a través de una pantalla. Sin embargo, basta con oír su reconocible voz un instante para olvidar la distancia. Mientras que medio Hollywood se enamora y desenamora gracias a la aplicación Raya, el Tinder de los famosos, Jennifer asegura preferir los métodos tradicionales.

Que haya revolucionado las redes por felicitar a su ex, Justin Theroux, y por saludar con cariño a su otro exmarido en los SAG Awards (por si vives en Marte, hablamos de Brad Pitt) dificulta los intentos de la actriz de disfrutar de una vida sentimental tradicional. No ha de ser fácil enfrentarse a una entrevista cuando los insistentes rumores acerca de un romance con David Schwimmer (Ross en Friends) han forzado al representante del actor a negarlo. Sin embargo, como ella misma reconoce, es experta en no mostrar al mundo sus preocupaciones. Sí que sé hacerlo. ¡Ohhhh sí! ¡Oooh, sí!”, dice con rotundidad cuando le preguntamos si comparte con Alex, el personaje al que da vida en The Morning Show, (Apple TV+) la capacidad de sobreponerse instantáneamente ante las cámaras tras un golpe emocional. “

Creo que soy mejor que ella escondiendo las cosas, porque no paso de la comedia al drama en mi vida. Ella, en cambio, tiene muchas sombras en su vida personal y ante la cámara ha de compartimentar. Es una maestra al hacerlo, porque tienes que aprender a mostrar solo una parte de ti. El problema es que ella esconde sus sentimientos demasiado y, por eso, al final de la primera temporada, estalla. La nueva comienza con Alex meses después de esa purga, cuando decide tomarse tiempo y espacio para hacer inventario personal”, explica. ¿Cuántas veces siente Aniston la necesidad de hacer lo mismo? “Es que siempre lo hago, como todos los seres humanos, ¿no? Necesitamos reflexionar y recargar, porque si no, seríamos robots pasando por la vida sin un objetivo. Aunque resulta inevitable pensar que Jennifer es una amiga de toda la vida (para la prensa siempre ha sido la chica de al lado y su vida amorosa, una inacabable fuente de noticias), se trata de una de las actrices más famosas del planeta. Alcanzó el millón de seguidores solo cinco horas y 16 minutos después de abrir su perfil en Instagram, una red que trata con especial cautela.

Los actores compartimos con los presentadores de noticias el tener dos mundos separados, el público y el privado, por lo que hemos de diferenciar la figura pública de la personal –explica–. Los presentadores de televisión han de digerir noticias cada día y tienen una inmensa responsabilidad a tiempo real, y eso para mí es más difícil que actuar, tanto física como mentalmente. Los actores tenemos tiempo para escribir, leer y aprender, por lo que es un proceso creativo hasta cierto punto más disfrutable, aunque a veces es agotador viajar a ciertos lugares emocionales”. También le resulta estresante la promoción de nuevos proyectos, pero no está dispuesta a marcarse un Naomi Osaka. Dijo que los 10 episodios de la primera temporada de la serie fueron el equivalente a 20 años de terapia. ¿A cuántos equivale la segunda? Diría que los mismos, pero la verdad es que estoy bastante centrada, por lo que estoy muy bien–dice después de echarse a reír–. De esta temporada he aprendido mucho sobre comunicación, transparencia, autenticidad, moralidad... Pero, sobre todo, sobre lo que los seres humanos somos capaces de hacer, porque grabamos en plena pandemia y ha sido rarísimo. Al comienzo, sentíamos que estábamos haciendo algo malo por trabajar, como si no pasara nada. De repente, esa situación tan loca se convirtió en la nueva normalidad y asumimos un exhaustivo protocolo Covid. Desde un punto de vista creativo, era especialmente raro, porque no hay nada mejor que tu equipo, que es una enorme familia, y el haber estado separados ha sido muy extraño... Por no hablar de lo raro que resulta actuar en tales circunstancias. Ensayábamos con mascarilla, pero nos la quitábamos para grabar. ¿Qué pasa, que el virus se toma un descansito? Hemos hecho un inmenso esfuerzo para hacerlo de la mejor forma y, teniendo en cuenta eso, hemos hecho un gran trabajo, aunque he echado de menos la conexión. He extrañado a mucha gente”, dice sin tomar aire. Aunque su discurso es tan fluido que podría parecer fruto de una lectura televisiva de Teleprompter, sus interjecciones, sus suspiros y la cercanía de su voz denotan que no hay un guion. La pandemia no solo ha cambiado los protocolos de grabación, también el guion de algunas series, que han hecho del coronavirus un personaje más.

En la primera temporada nos pasó algo parecido cuando estalló el #MeToo. Ya habíamos integrado en el argumento temas como el sexismo, el racismo y la competitividad, y cuando se destapó el escándalo supimos que teníamos que incluirlo en la trama. Entre marzo y octubre, el equipo trabajó mucho para incluir la pandemia en el argumento”. Antes de parar, Jennifer llevaba tiempo pensando que la normalidad con la que estaban actuando no era lógica. “Los estudios estaban cerrando, las fábricas habían parado. ¿Por qué nosotros no? La gente trabajaba desde sus casas, pero como actores no tenemos el lujo de la distancia física. El 11 de marzo, en plena grabación del primer episodio, decidimos parar. Y nos dimos cuenta de que el argumento tenía que cambiar”, confiesa. El equipo ha realizado la postproducción de la segunda temporada... a través de Zoom. “Sé que esto pasará y que nos reiremos al recordar el miedo a vacunarnos. Este es un periodo que vamos a superar y del que hemos aprendido mucho”. Precisamente el que algunos no hayan querido vacunarse es el motivo por el que la actriz se ha alejado de muchas personas cercanas.

Si tienes la variante Delta, aún puedes contagiarme Puede que yo enferme, pero no tendré que ingresarme en el hospital ni me moriré. Sin embargo, puedo pegárselo a alguien que no se haya vacunado o que tenga problemas de salud y estaría poniendo su vida en riesgo. Tenemos que preocuparnos más que solo por nosotros mismos”, explicaba en sus redes sociales, donde promociona la primera colección de merchandising de Friends. La mitad de sus beneficios se destinan a American Care, una organización que ayuda a los afectados por el coronavirus. Julianna Margulies, de The Good Wife, es el nuevo fichaje de la serie. Interpreta a una presentadora de informativos que le pregunta al personaje de Aniston si cree que se han tratado todos los asuntos realmente importantes. ¿Cree Jennifer que en Hollywood ya se han destapado todos los secretos? “Tan solo algunos, pero cada cosa lleva su tiempo. Estamos en ello. Las nuevas normas se están escribiendo y estamos luchando por saber cómo funcionan las cosas. Hay que actuar para destaparlo todo. Por ejemplo, al hablar de la cultura de la cancelación, hay que tener en cuenta lo injusto que es volver a mirar 20 años atrás y machacar a alguien por cómo se comportó cuando las cosas eran totalmente diferentes”. Una de sus mejores amigas, Ellen DeGeneres, ha sido víctima de esa cultura de la cancelación.

La situación es intolerable. ¡Es demasiado fácil cancelar a alguien! No sé ni por dónde empezar, porque es un tema que personalmente me afecta”. Solo al tratar este tema pierde parte de su compostura: El precio de la fama es diferente para cada uno. Para unos, es la salud mental. Para otros, la felicidad... Hay que asumir ciertos sacrificios. Si te empeñas en lograr algo con demasiada vehemencia, puedes distraerte de lo verdaderamente importante”. Le recordamos que no hace demasiado, habría resultado inconcebible que un proyecto televisivo no se recreara en la competitividad entre mujeres, algo que en la serie no tiene cabida. Reese Witherspoon, protagonista y expropietaria de Hello Sunshine, una de las productoras del show, conoce bien la fuerza de la sororidad. “Cada vez hay más mujeres contando historias. Por fin somos parte del proceso creativo y por ello, creamos las tramas. El objetivo de Reese es que sean mujeres las que escriban historias que interpreterán mujeres. Cuantos más proyectos así haya, mejores serán nuestras historias. A veces parece que nuestras historias acaben de comenzar, pero ¡hace tiempo que las mujeres somos un grupo de personas muuuy interesante!, dice Jennifer entre risas. Aunque Reese ha confesado en alguna ocasión que la cultura del silencio respecto a los abusos era parte del negocio, Aniston confiesa haber tenido la suerte de no haber experimentado situaciones incómodas. Gracias a Dios, no he vivido momentos horribles en los que haya tenido que callarme, pero todos sabemos que en Hollywood hay algo que hace que las transacciones ocurran, que se consigan o se pierdan trabajos... Se siguen haciendo pactos a escondidas, y nos queda mucho por descubrir y destapar. Hay que actuar. Es culpable el que comete abusos, pero también el que los permite y guarda silencio para disfrutar de una situación privilegiada. ¡Dejaron que Harvey [Weinstein] siguiera actuando demasiado tiempo!.

Jennifer iba a dirigir algunos capítulos de la nueva temporada de The Morning Show, pero cree que habría sido excesivo. Actuar, producir, manejar al equipo, seguir el protocolo Covid... Era demasiado, dice, dejando claro que le encantaría retomar sus planes. Tras dirigir dos cortos y la película Call me crazy, quiere seguir detrás de las cámaras. Lo que no ente en sus planes es presentar informativos. Esas personas son como vampiros, y algunos llevan 25 años haciéndolo. Se despiertan cada día a las tres de la mañana y aman su trabajo. Me parece un milagro que esos programas, que se emiten a las siete de la mañana, salgan tan bien. Cuando fui a Good Morning America para preparar el papel, me encontré con un lugar que, de cinco a siete, es silencioso, en el que la gente está serena, se toma su café... Y de repente, entra la información, las puertas se abren y se cierran y en 3,2,1... ¡La presentadora sonríe a la cámara y da los buenos días a los espectadores sin que le caiga una gota de sudor! ¡Yo sudaba solo de verlo!”, comenta. Nos despedimos de Jennifer con el deseo poder reunirnos pronto en un café cerca de Central Park que nos haga sentir como un personaje de Friends o frente a una máquina de vending en homenaje a The Morning Show. Quizás entonces hablemos de sus progresos como directora, del siguiente rumor que la persiga o, quién sabe, de que le ha dado una oportunidad al mundo de las citas online.