Jennifer Hudson es Aretha Franklin en Respect, «La primera vez que conocí a Aretha, me dijo que iba a ganar un Óscar por interpretarla. Le prometí que haría todo lo posible»

Aretha Franklin quería que fuera ella y solo ella. Y Jennifer Hudson tuvo que aceptar el reto. Ahora, la cantante (y ganadora de un Óscar) da vida a la reina del soul en Respect. Y está decidida a cumplir la promesa que le hizo antes de su muerte...

Se conocieron en Nueva York cuando Jennifer Hudson tenía 25 años y todavía se sentía como pez fuera del agua en el show business. Sobre todo, si estaba en presencia de una leyenda. «Fue justo después de ganar el Óscar por Dreamgirls», explica la cantante desde su casa, en una entrevista por Zoom. «Entonces, todavía no había un guión, pero ella ya tenía una visión de quién quería que la interpretara... Luego, seis o siete años más tarde, me llamó por teléfono un día y me dijo: «He tomado una decisión. Quiero que seas tú«. También me pidió que no se lo dijera a nadie. Habló con los productores y les explicó: »Ella ya sabe quién es, pero no diré su nombre». A Aretha Franklin le gustaba manejar todos sus asuntos con secretismo. Reservada hasta el extremo, siempre se opuso a que su vida fuera documentada y, de hecho, llegó a demandar en dos ocasiones al productor del documental Amazing Grace, que solo vio la luz después de su muerte, en 2018. Por eso, obedeciendo la petición de la artista a la que había admirado desde niña, Hudson no se lo contó a nadie hasta que llegó el momento. Sabía, eso sí, que la responsabilidad que recaía sobre ella era enorme. “

«Claro que me intimidaba interpretarla. Incluso ahora, tengo que decirme a mí misma: »Jennifer, tranquila. No lo pienses«. Pero saber que la propia Aretha creía que podía hacerlo bien siempre me ha ayudado». En aquella primera cita en Nueva York, Franklin también le dejó claro lo que esperaba de ella. «Lo primero que me dijo fue: ¿Vas a ganar un Oscar por interpretarme, ¿verdad?». Por si no fuera suficientemente abrumador estar sentada frente a Aretha Franklin para que, además, me mirara a los ojos y me dijera eso. Fue como... ¿qué está pasando?«, cuenta sin poder contener la risa nerviosa mientras recuerda el momento. »No te lo puedo garantizar, pero haré todo lo que pueda para cumplir tus deseos«, le prometió a ella. Ahora, Hudson estrena Respect, el biopic en el que da vida a la leyenda del soul, la dueña de 18 Grammys, la primera mujer en ingresar en el Rock & Roll Hall of Fame y, según la revista Rolling Stone, la mejor cantante de la historia.

Luego, con el tiempo, terminaron haciéndose amigas. De hecho, hasta la muerte de Franklin en 2018, se llamaban por teléfono al menos una vez a la semana. Y se ponían al día. «Hablábamos de todo: me daba consejos y me contaba cosas de su vida como preparación para la película, pero también teníamos conversaciones personales en las que yo le preguntaba cómo iba todo y ella hacía lo mismo conmigo», cuenta Hudson. Tenían, claro, mucho en común. Para empezar, las dos crecieron en un ambiente religioso y pasaron gran parte de su infancia en una iglesia: el padre de Franklin era pastor baptista en una congregación de Detroit, donde la cantante dio sus propios pasos artísticos.

Jennifer, que creció admirando a Aretha, pero también a Whitney Houston, Mariah Carey o Patti LaBelle, empezó a cantar en el coro de la iglesia cuando tenía siete años. «El hecho de que las dos viniéramos de un hogar religioso conectó conmigo. De hecho, he llegado a pensar: ¿es por eso que me eligió? No creo que hubiese sido capaz de interpretarla si no fuera por las experiencias vitales que comparto con ella». Aunque no lo dice, también les unían los dramas personales que marcaron sus vidas. En el caso de la gran diva del soul, y tal y como narra la película, dos embarazos precoces (a los 12 y los 15 años) producto de una relación con un adulto de su entorno familiar. En el de Hudson, el asesinato en 2008 de su madre, su hermano y su sobrino a manos del exmarido de su hermana, que está cumpliendo tres cadenas perpetuas por los crímenes.

Su carrera hacia el estrellato, en cambio, tuvo una trayectoria muy diferente. Hudson saltó a la fama en 2004 después de participar en el talent show American Idol, en cuyo casting interpretó una canción de Aretha Franklin. Dos años más tarde, su primer papel cinematográfico en Dreamgirls, la historia sobre el ascenso en los años 60 de un trío vocal femenino inspirado en las Supremes, le valió un Óscar a la mejor actriz secundaria, en 2006. «Entre la historia de Aretha y la mía hay similitudes, pero los tiempos eran muy diferentes. Ser una mujer afroamericana en los años 60 no tenía nada que ver con serlo ahora. Yo soy una persona con mucha confianza en mí misma, capaz de cargar con muchas cosas a la vez; ella, en cambio, tenía otro tipo de carácter, más tranquilo y sosegado, porque en aquella época las mujeres no podían expresarse de la misma manera»

Más allá de hacer justicia al mito, el papel tenía una complejidad particular: el de una cantante interpretando a otra. O mejor dicho, el de una cantante interpretando a su ídolo musical. «Al principio, estaba confundida. Pensaba: »¿Cómo hago esto?«. Aretha era poderosa, todas nos hemos inspirado en ella, pero yo también soy cantante. »¿Cómo logro reconciliar esas dos cosas?« Fue un reto enorme. No quería que fuera una imitación, sino un homenaje. Para mí, Aretha es la música, su interpretación siempre era una experiencia diferente. Aunque lo más importante era asegurarme de que el gospel estuviera ahí, porque esas eran sus raíces». Para explicarlo mejor, Hudson se arranca, Zoom mediante, a cantar el famoso estribillo de Respect. «R-E-S-P-E-C-T. Find out what it means to me... ¿Ves? Es como si su padre estuviera dando un sermón en el púlpito de la iglesia. Su marca personal siempre estaba presente. Y quería mantener esa raíz religiosa de su música, de la que yo también procedo».

Pero la película también repasa el compromiso activista de Franklin y su relación con Martin Luther King, con el que compartió marchas y manifestaciones antes de cantar en su funeral. La actriz encuentra una conexión evidente entre la lucha por la defensa de los derechos civiles que lideró King en los años 60 con el movimiento Black Lives Matter, que en 2020 sacudió Estados Unidos y que, desde entonces, se ha convertido en un fenómeno global. «Esa conexión nos enseña la importancia de un legado como el suyo. Es casi como si nos estuviera hablando desde el más allá... Su mensaje resuena con todo lo que está ocurriendo ahora. Si yo pudiera decirles algo a Aretha, a Sam Cooke o al doctor King les diría: «Todavía estamos intentando cambiar esto. Hemos llegado hasta aquí, es un avance, pero aún falta mucho por hacer. En realidad, es la misma historia en tiempos diferentes. Y por eso, es necesario que se sigan haciendo películas como esta para reivindicar a las personas que señalaron el camino. Y para que la gente de mi generación, pero también los más jóvenes, digamos: «Tenemos que tomar el relevo y seguir luchando».

Mientras Respect se convertía en un auténtico himno feminista, Aretha Franklin también contribuyó a cambiar la percepción de las mujeres afroamericanas en los años 60. Medio siglo después, Hudson es optimista acerca del compromiso de Hollywood con la diversidad y las narrativas femeninas. «Si hay un momento real para el cambio es este. Las mujeres tenemos que dar la batalla para asegurarnos de recibir lo que merecemos. Creo que estamos al inicio de un cambio cultural sin precedentes. Pero tenemos que seguir luchando. Cada día, un paso nuevo».