Si la temporada pasada una de las tendencias seriéfilas fue adentrarse en el mundo de la gastronomía a través de producciones como The Bear y biopics como Julia , en este 2023 nos proponen una ficción con la que maridarlas, Las gotas de Dios. Una serie con vinos , muchos vinos, secretos y una herencia multimillonaria y que también es uno de los mejores estrenos de este año.
Basada en el manga japonés homónimo, Las gotas de Dios es una producción compuesta por 8 episodios y rodada en Tokio, Francia y otras localizaciones europeas. Una serie con una factura visual sobresaliente que cuenta una historia que, en otro momento, en otras localizaciones y con mucho menos dinero, bien podría pasar por un culebrón.
Las gotas de Dios cuenta la historia de Camille e Issei. Ella es una joven de 28 años que en una etapa de su vida fue escritora y ahora no tiene muy claro hacia dónde se dirige su vida. Vive con su madre y lleva 11 años sin ver a la eminencia en el mundo del vino Alexandre Léger, su padre. Hasta que un día suena el teléfono y es él, se encuentra enfermo y quiere que vaya a verle a Japón.
A pesar de las dudas iniciales Camille viaja hasta el país asiático pero es demasiado tarde, su padre ha fallecido. Sin apenas tiempo de asumir todo lo que les ha quedado por decirse, se produce la lectura del testamento, a la que solo acuden ella y un joven al que no conoce. Alexandre solo ha dejado dos cosas, su preciosa casa en Tokio y su legado enológico, más de ochenta mil botellas, que alcanza un valor en el mercado de 150 millones de dólares.
Lejos de denominar un heredero directo, Alexandre ha organizado un concurso y el ganador será quién se quede con su legado. En él competirán Camille, su hija, e Issei, el joven que la francesa desconoce y que fue el alumno predilecto del enólogo mientras impartió cursos en Tokio. Ambos reciben con el mismo asombro las cifras desorbitantes del patrimonio de su padre y profesor, y también el hecho de que vayan a tener que competir por él.
Las tres pruebas del concurso, como no podría ser de otra manera, giran en torno al vino. Y mientras que Issei es uno de los mejores sumiller de Tokio, Camille se ha mantenido alejada del vino en los últimos años. Sin embargo, ambos trabajarán para poder sacar adelante el reto que les ha planteado Alexandre y que les puede cambiar la vida.
A pesar de que una serie franco-japonesa, rodada en sus idiomas nativos además del inglés, pueda resultar algo snob incluso para los más aficionados a las series, Las gotas de Dios es una producción que, como logró el manga, ayuda al espectador más ajeno a la enología a comprender este universo.
Publicado entre 2004 y 2014 el éxito del manga en el que se basa la serie fue tal que impulsó un auge en las ventas de vino en todo el este de Asia. Y buena culpa de ello la tenía que la historia funcionaba como una especie de folleto educativo con el que sus lectores asiáticos podían acercarse a un universo tan alejado de su cultura como el vino. Porque a pesar de ser hija de todo un experto, en el comienzo de la historia Camille debe aprenderlo todo sobre la pasión de su padre.
Las pruebas de Alexander son el vehículo que llevará al éxito a uno de los concursantes, pero también el medio para conocerles y descubrir cómo han llegado a ese momento. Camille deberá echar la vista atrás para analizar la relación con sus padres, antes y después del divorcio. Issei por su parte, hijo de una millonaria familia de empresarios del diamante, tendrá que plantearse si acepta los códigos sociales del país en el que ha nacido.
Fleur Geffrier, a la que hemos visto en la serie Das Boot, es Camille, mientras que Tomohisa Yamashita, Issei, ha participado en series como Tokyo Vice, o la primera temporada de The Head. Stanley Weber (Berlin Station, Britannia, Outlander) interpreta al padre de Camille, Alexander, mientras que Tom Wozniczka, habitual de la ficción francesa, será Thomas Chassangre, un personaje esencial en la evolución vinícola de Camille.
En 2018 el gobierno francés reconoció el manga en el que se basa Las Gotas de Dios con La Orden de las Artes y las Letras por su aportación a las artes francesas, además de haber contribuido a aumentar las ventas en los viñedos del país. Algo que también puede suceder con la serie, por curiosidad o porque para disfrutar al completo de una historia tan interesante y atractiva siempre apetece acompañar el visionado con una buena copa de vino.
20 de enero-18 de febrero
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