Marina Ovsyannikova, la periodista rusa que está detenida por protestar contra la guerra de Ucrania. /
La guerra de Ucrania ha dinamitado por completo el orden, la paz y la estabilidad mundial. Jean Paul Sartre decía que «cuando los ricos hacen la guerra, son los pobres los que mueren» y en dos semanas, la invasión de Vladimir Putin ha dejado ya decenas de miles de fallecidos, millones de refugiados y los detenidos se cuentan por centenares a un lado y otro de la frontera. La libertad ha saltado por los aires y una de las últimas víctimas de la censura del Krémlin ha sido la periodista rusa Marina Ovsyannikova, que después de irrumpir en directo en las noticias de máxima audiencia al grito de no a la guerra y con una pancanta anti-belicista, fue detenida inmediatamente. Después de dos días de incertidumbre, Ovsyyannikova fue puesta en libertad con la única sanción de pagar una multa de 250 euros por «organizar un evento público sin autorización».
«Ha sido uno de los días más difíciles de mi vida», declaró la periodista rusa a la salida de los juzgados. «He estado dos noches sin dormir y he pasado 14 horas detenida y privada de contacto incluso con mis abogados. Ahora solo quiero descansar. Doy las gracias a todos mis amigos y seguidores por su apoyo«.
«Detengan la guerra. No crean en la propaganda. Aquí les están mintiendo. Los rusos, contra la guerra«, se podía leer en el cartel escrito a mano con la bandera de Rusia dibujada con el que Marina Ovsyannikova irrumpió en pleno directo del informativo de la noche del Bremya (el tiempo) de Pervyi Kanal (Canal Uno).
Marina Ovsyannikova, an editor at a TV channel in Russia, interrupted a live broadcast with a sign that read “NO WAR. Stop the war. Don't believe the propaganda. They're lying to you here.” She has since been detained. This is an act of incredible courage. pic.twitter.com/BOJ70m2ztv
Bernie Sanders (@SenSanders) March 14, 2022
En solo 10 segundos en prime time, la editora de la sección de internacional de la cadena ha hecho saltar todas las alarmas del gobierno de Putin y se ha convertido en uno de los rostros heroicos de esta guerra. En un principio, el suceso fue difundido por casi toda la prensa rusa, pero de la noche a la mañana (literalmente) ha desaparecido de las portadas oficiales y, donde se ha mantenido, se ha difuminado el texto de la pancarta hasta hacerlo desaparecer para salvar así la censura. Desde el Krémlin, Dimitri Peskov se ha referido a la acción de Ovsyannikova diciendo que «en lo que respecta a esta mujer, esto es vandalismo».
Antes de atreverse a boicotear los informativos, Marina Ovsyannikova, que fue detenida de forma inmediata y se enfrenta a una pena de cárcel de hasta quince años (hace unos días se detuvo a un manifestante en Moscú por llevar un simple cartel en blanco), publicó un valiente vídeo de poco más de un minuto de duración en su cuenta de Instagram acusando al gobierno de Putin de criminal. « Es un crimen y Rusia es el agresor [...] Lla responsabilidad de esta agresión cae sobre un hombre: Putin. Mi padre es ucraniano, mi madre es rusa, y nunca fueron enemigos«, apuntaba la periodista, que aparecía vestida de negro, con semblante rotundo y luciendo un collar que combinaba los colores de las banderas ucraniana y rusa.
Pero el vídeo de Marina Ovsyannikova que ya se ha hecho viral, no solo es un no a la guerra, también es un grito de desesperanza en el que la periodista entona su mea culpa: «Desafortunadamente, a lo largo de los últimos años he trabajado para Channel One. He hecho propaganda del Kremlin y estoy muy avergonzada por ello, por haber permitido a la gente mentir desde las pantallas de televisión y que el pueblo ruso haya sido zombificado [...] No protestamos cuando el Kremlin envenenó a Navalny. Simplemente observamos en silencio este régimen inhumano. Ahora todo el mundo se ha alejado de nosotros«, comentaba apesadumbrada.
La valiente acción de Marina Ovsyannikova llega unos días después de que su colega ucraniana Daria Kaleniuk sacara los colores a los líderes occidentales en una rueda de prensa de Boris Johnson, acusando a Europa de su inacción frente a la invasión rusa. La reforma acometida por el Kremlin al inicio de la contienda no nos dejaría publicar este artículo, porque contempla como delito «desacreditar a las fuerzas armadas rusas» y prohibe, bajo pena de cárcer, hablar de guerra o invasión. Al referirise a la acción de Ovsyannikova, medios como Nóvaya Gazeta han tenido que comentarlo como «apareció una mujer con un cartel cuyo contenido completo nos prohíbe difundir Roskomnadzor (el supervisor de las telecomunicaciones ruso) y el Código Penal«, y el periodista y premio Nobel de la Paz Dmitri Muratov se vio obligado a borrar un editorial contra la guerra hace unos días. Los principales medios internacionales (incluidos los españoles) hace semanas que pararon temporalmente su información desde Rusia para no tener que plegarse ante la censura. George Orwell decía que »toda la propaganda de guerra, todos los gritos, mentiras y odio, provienen de gente que no está peleando«.